La Habana
Los cubanos evaluaban este viernes de diferentes formas las consecuencias del fin de la política migratoria conocida como "pies mojados, pies secos", que permitía a cualquier cubano que llegara a suelo estadounidense quedarse y obtener la residencia.
Mientras el gobierno de Cuba elogió la decisión de Washington de eliminar la política migratoria, muchos cubanos vieron con preocupación las dificultades que podrían enfrentar ahora quienes decidan buscar en el vecino del norte mayores posibilidades económicas.
Dauleni Pérez sonríe y llora en el consulado de Estados Unidos en La Habana: fue aprobada. Pero hay varios rostros sombríos por la negativa: los cubanos esperan que Obama otorgue más visas de visita y reunificación, tras cerrar la inmigración ilegal.
Pérez, sicóloga de 32 años, llevaba un año esperando la aprobación para reunirse con su esposo en Estados Unidos.
"Ahora me aceptaron para la reunificación con mi esposo, antes me habían rechazado", dice emocionada mientras abraza su hija de siete años.
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Pérez es una de las 20.000 visas anuales de inmigración definitiva que Washington se comprometió a conceder en los acuerdos de 1994-95 para la reunificación familiar.
El presidente Barack Obama suprimió el jueves la política de "pies secos, pies mojados" que fue aprobada en 1995 por otro demócrata, Bill Clinton, favoreciendo la inmigración ilegal. Su suspensión era un viejo reclamo de La Habana.
Ilegales
Según la Oficina de Operaciones en el Terreno del Servicio de Aduanas y Protección de Fronteras, 50.082 cubanos entraron en Estados Unidos en el año fiscal 2016. De ellos, 38.310 lo hicieron ilegalmente, y solo 11.772 lo hicieron con visa.
Para ir de visita a Estados Unidos, un familiar debe pagar 160 dólares no reembolsables para cubrir los gastos de la entrevista consular.
Cerca de 2,2 millones de cubanos y sus descendientes viven en Estados Unidos. Es difícil que alguno de los 11,2 millones de residentes en la isla no tenga un pariente allá.
Unos 360.000 cubanoamericanos visitaron su país en 2016 y esa comunidad envía remesas familiares por 2.500 millones de dólares anuales. Los lazos familiares saltan sobre leyes e ideologías.
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En Miami, donde reside la mayor parte de la comunidad cubana en Estados Unidos, la noticia provocó alivio, críticas y preocupación.
"Esto al que le hace daño es al que no tiene dinero, no tiene salario y entonces no puede traer a su familia", declaró una cubana de 66 años que trabaja en la limpieza de un café de Miami.
El fotógrafo cubano Ernesto Rodríguez, también residente en Miami, expresó su preocupación por los miles de cubanos que transitan por América Latina hacia Estados Unidos y ahora están en un limbo.
En el limbo
"Lo que más me disgusta es qué pasa con todos los que emprendieron viaje hace uno dos meses y no habían llegado todavía aquí", dijo Rodríguez, que cruzó ilegalmente hace siete años la frontera mexicana.
"Hubo gente que vendió casas, auto, que renunció a todo y hoy están como en el limbo. No van a poder llegar y de volver para atrás, no van tener nada", comentó Leonardo Serrano, empleado de una empresa mixta.
Los ciudadanos consideraron que el cambio de política también obedece a la nueva realidad de cada país.
"La gente abusó de la política y abusó de la ley porque llegaban como refugiados y después al año y dos días estaban en Cuba otra vez. No se respetó para lo que fue creada", manifestó Serrano.
"Se presentaban como refugiados personas que buscaban oportunidades económicas".
La decisión se produce luego de meses de negociaciones enfocadas en que Cuba permita el regreso de quienes sean rechazados por Estados Unidos y en el marco de un proceso de normalización de las relaciones binacionales que iniciaron en 2014 el presidente de Estados Unidos Barack Obama y su homólogo cubano Raúl Castro para restablecer nexos rotos hace más de 50 años.
Seguridad
Algunos dijeronque la eliminación de la política de "pies secos, pies mojados" evitará la muerte de muchas personas, sobre todo jóvenes, que se lanzaban al mar con la expectativa de llegar a Estados Unidos y acogerse a la Ley de Ajuste Cubano.
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"Creaba serios problemas para la seguridad de Cuba, de Estados Unidos, para la de nuestros ciudadanos que se veían expuestos por medio del aliento que implicaban estas políticas preferenciales al tráfico de personas, fraude migratorio, violencia", dijo el jueves Josefina Vidal, encargada del área de Estados Unidos de la Cancillería cubana.
La gente que ya se encuentra realizando trámites amparada por "pies mojados, pies secos" podrá continuar el proceso y obtener su residencia legal, pero algunos cubanos que comenzaron su periplo hacia el norte en Panamá o Centroamérica y están en tránsito han quedado a la deriva.
En los tres primeros años después de la Revolución cubana de 1959, casi 300.000 cubanos abandonan de la isla, en la mayoría de casos personas vinculadas con la extinta dictadura de Fulgencio Batista.
La migración cubana, un punto álgido para EE. UU.
¿Cuándo se dieron las primeras oleadas?
En los tres primeros años después de la Revolución cubana de 1959, casi 300.000 cubanos abandonan la isla, en la mayoría de casos personas vinculadas con la extinta dictadura de Fulgencio Batista. En esta época, La Habana establece su sistema de permisos de salida indispensables para los candidatos a viajar, y confisca los bienes de los migrantes.
En los años siguientes, las nacionalizaciones y expropiaciones empujan a miles de cubanos al exilio.
Estados Unidos, deseoso de acoger a los candidatos a la emigración, adopta en 1966 la Ley de Ajuste Cubano, que ofrece facilidades de instalación a los inmigrantes de la isla. Según La Habana, esta ley incita a la emigración salvaje y peligrosa a través del estrecho de Florida, así como el tráfico de personas.
¿Cuáles crisis migratorias se han registrado?
En 1980 estalla una primera crisis, cuando 10.000 personas encuentran refugio en los jardines de la Embajada de Perú en su búsqueda del exilio. Fidel Castro abre el puerto de Mariel, 50 km al oeste de La Habana, a los barcos llegados de Florida.
Unas 125.000 personas logran llegar así a Estados Unidos. Fidel Castro aprovecha la ocasión para vaciar cárceles y hospitales psiquiátricos. Desde entonces, Cuba se niega a acoger a los miles de nacionales con antecedentes criminales que Estados Unidos quiere extraditar. En 1994 se produce otro éxodo, cuando los "balseros" se lanzan al mar a bordo de cualquier embarcación precaria que pueden encontrar o fabricar.
Unos 37.000 de ellos logran llegar a Estados Unidos, pero las difíciles condiciones de viaje también dejan miles de muertos y desaparecidos.
Nuevo flujo tras el acercamiento bilateral
En 1995 se instaura la política de "pies secos y pies mojados", que permite a los migrantes cubanos que llegan a tierra estadounidense beneficiarse de mecanismos para obtener la residencia permanente. Esta política fue suspendida el jueves.
Con la reanudación de las relaciones bilaterales iniciada a finales del 2014, se observa un aumento de las salidas, motivadas por el temor de que se suprimieran los privilegios concedidos exclusivos a los migrantes cubanos en Estados Unidos.