Beirut. Dos violentas explosiones en el puerto de Beirut dejaron este martes al menos 73 muertos y 3.700 heridos en lo que el ministro de Salud calificó de “catástrofe en todos los sentidos”.
Se trata de un balance provisional, según el portavoz del ministerio, Reda Moussaoui. El anterior era de 50 fallecidos y 2.750 lesionados.
Beirut fue declarada “zona de desastre”, anunció el Consejo Superior de Defensa libanés.
De acuerdo con el primer ministro, Hasan Diab, unas 2.750 toneladas de nitrato de amonio estaban almacenadas en el depósito del puerto.
“Es inadmisible que un cargamento de nitrato de amonio, estimado en 2.750 toneladas, se halle desde hace seis años en un almacén, sin medidas preventivas. Esto es inaceptable y no podemos permanecer en silencio sobre este tema”, declaró durante la reunión del Consejo Superior de Defensa, según declaraciones citadas por un portavoz en rueda de prensa.
El nitrato de amonio es un fertilizante químico y también un componente de explosivos.
"No tendremos descanso hasta que encontremos a la persona responsable de lo sucedido para que rinda cuentas", prometió el primer ministro.
El Consejo Superior de Defensa "recomienda" al gobierno decretar el "estado de emergencia" durante dos semanas en la ciudad de Beirut.
Durante este periodo, un "poder militar supremo se encargará de todas las prerrogativas de seguridad", según el comunicado final del Consejo Superior de Defensa.
El gobierno celebrará una reunión de urgencia el miércoles.
“Es una catástrofe en todos los sentidos”, lamentó el titular de Salud, Hamad Hasan, al ser interrogado por la televisión cuando visitaba un hospital de Beirut. “Los hospitales de la capital están todos llenos de heridos”, subrayó, antes de pedir que se trasladen a otros heridos a los centros hospitalarios de las afueras de la capital.
Antes, el director general de la Seguridad General, Abas, Ibrahim, dijo que las explosiones podrían deberse a “materiales altamente explosivos confiscados desde hace años”, pero agregó que la investigación determinará la “naturaleza exacta del incidente”.
En Washington, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el martes que generales del país le indicaron que las poderosas explosiones parecen haber sido causadas por “algún tipo de bomba”.
“Me reuní con nuestros generales” y ellos piensan “que esto no fue algún tipo de explosión industrial”. “Ellos, que saben más que yo, creen que fue un ataque”, agregó.
Vídeos difundidos en las redes sociales mostraron una primera explosión seguida de otra que provocó una gigantesca columna de humo. Las detonaciones hicieron temblar edificios vecinos y provocaron la rotura de vidrios a varios kilómetros a la redonda.
Según el Laboratorio de Ingeniería Sísmica de la Universidad de Costa Rica, el Observatorio Sismológico de Jordania estimó que la energía liberada por las detonaciones fue como la de un sismo de magnitud 4,5. “Esto equivale a unas 83 toneladas de TNT”, indicó.
Un buque amarrado en el puerto estaba en llamas, constataron periodistas de la AFP. Un oficial pidió a los periodistas que se alejaran del sector al temer una explosión del combustible del barco.
Soldados de la misión de Naciones Unidas en Líbano (Finul), cuya nave estaba anclada en el puerto de Beirut, resultaron gravemente heridos, anunció el martes por la noche la Finul.
Los marinos heridos, “algunos de los cuales gravemente”, fueron evacuados hacia “los hospitales más cercanos”. No se dieron datos sobre la identidad y la nacionalidad de las víctimas.
“Estamos con el pueblo y el gobierno libanés (...) y dispuestos a suministrar asistencia”, agregó la Finul, fuerza multinacional de mantenimiento de la paz presente en Líbano desde 1978.
“Es una catástrofe dentro (del puerto). Hay cadáveres en el piso. Ambulancias se llevan los cuerpos”, afirmó un soldado en las cercanías de la terminal.
Panorama dantesco
Los medios locales difundieron imágenes de personas atrapadas en los escombros, algunas cubiertas de sangre.
“Sentí como un temblor de tierra y después una enorme deflagración y los vidrios se rompieron”, contó una libanesa en el centro de Beirut.
Un buque amarrado en el puerto estaba en llamas, constataron periodistas de la AFP. Un oficial les pidió que se alejara del sitio al temer una explosión del combustible del barco.
El área portuaria fue acordonada por las fuerzas de seguridad, que solo dejaban pasar al personal de defensa civil, ambulancias y bomberos.
En los alrededores, los daños y la destrucción era importantes.
Dos horas después de la explosión, las llamas seguían vivas en la zona. Un helicóptero cargaba agua del mar para apagar los incendios.
"Hemos visto un poco de humo y después una explosión. Y después un hongo (de humo). La fuerza de las explosiones nos ha propulsado hacia atrás en el apartamento", cuenta un habitante del barrio de Manssouriyeh, que vio la explosión desde su balcón, a varios kilómetros del puerto.
Después de la explosiones, numerosos habitantes, algunos de ellos heridos, caminaban por las calles con dirección a los hospitales. Ante el centro médico Clémenceau, decenas de heridos, entre ellos menores, cubiertos de sangre, esperaban atención.
Casi todas las vitrinas de los comercios de los barrios de Hamra, Badaro y Hazmieh estallaron al igual que las ventanillas de los autos.
En las calles había vehículos abandonados con los airbags inflados.
Según testigos, las explosiones fueron oídas hasta en la ciudad costera de Larnaca, en Chipre, a más de 200 km de las costas libanesas.
El 14 de febrero del 2005, un espectacular atentado provocado por una camioneta atestada de explosivos explotó contra el convoy del entonces primer ministro Rafic Hariri matando a 21 personas y dejando más de 200 heridos. La detonación provocó llamas de varios metros de altura e hizo añicos los vidrios de los edificios situados en un radio de medio kilómetro.
El viernes, el Tribunal Especial para Líbano (TSL), con sede en Holanda, tiene previsto anunciar el veredicto tras el juicio a cuatro hombres, todos presuntos miembros del poderoso movimiento libanés Hezbolá, acusados de haber participado en el asesinato de Rafic Hariri.
Líbano vive la peor crisis económica en décadas, marcada por una depreciación de la moneda sin precedentes, hiperinflación y despidos masivos que alimentan desde hace varios meses el descontento social.