Washington. El presidente estadounidense aceptó finalmente conservar un contingente militar en el noreste sirio con el objetivo de convencer a los europeos de que participen en una fuerza de observación de un millar de hombres para proteger a los aliados kurdos.
"No doy marcha atrás", aseguró el viernes el mandatario, que en diciembre había anunciado el retorno "inmediato" de unos 2.000 soldados estadounidenses que participaron en la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria.
La Casa Blanca indicó en la noche del jueves que Estados Unidos mantendrá unos 200 soldados en el noreste de Siria.
"Un pequeño grupo de mantenimiento de la paz de cerca de 200 soldados permanecerá en Siria por cierto tiempo", dijo la vocera del Ejecutivo estadounidense Sarah Sanders tras un intercambio telefónico entre Trump y su par turco Recep Tayyip Erdogan.
El senador Lindsey Graham, un veterano político republicano que pasó las últimas semanas haciendo un llamado público para que Trump ajuste el plan de retiro, saludó la decisión.
Hablando con Fox News, aseguró que los 200 efectivos estadounidenses permitirían una mayor presencia de los aliados europeos.
"Estos 200 atraerán probablemente 1.000 europeos", dijo.
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"Miles de europeos fueron asesinados por combatientes (del Estado Islámico) que vienen de Siria a Europa. Ahora, la responsabilidad recae en Europa. El 80% de la operación debería ser europea, tal vez un 20% de nosotros".
La afirmación de Graham de que los combatientes del Estado Islámico han asesinado a "miles" de europeos es una exageración.
Según varios grupos de seguimiento, mucho menos de 1.000 personas han muerto en ataques por islamistas de todos los orígenes en Europa desde 2014.
Sin embargo, esa retórica alimenta uno de los temas favoritos de Trump: su percepción de que los aliados europeos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) no contribuyen lo suficiente a la seguridad global.
Trump pretende retirar a las tropas estadounidenses de países como Siria o Afganistán.
El jefe del Estado Mayor estadounidense, el general Joe Dunford, se dijo convencido de que los europeos aceptarán participar en esta fuerza tras la decisión de Trump.
"No hay ningún cambio en la campaña militar. Los recursos se ajustaron porque la amenaza cambió", declaró a la prensa.
El objetivo es doble: evitar el resurgimiento del EI, cuyos combatientes pasaron a la clandestinidad, pero también no dejar abandonados a su suerte a los kurdos de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), que llevaron a cabo los combates contra el EI en suelo sirio con apoyo de la coalición y que ahora de ven amenazados por Turquía.
Graham afirmó que había convencido a Trump de la necesidad de crear una zona de seguridad entre las FDS y Turquía. "No quieres terminar una guerra y empezar otra", aseguró que le dijo a Trump.
El secretario interino de Defensa, Patrick Shanahan, destacó que la misión de los militares de su país en Siria no había cambiado, al recibir el viernes al ministro de Defensa turco Hulusi Akar.
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"La transición en la cual estamos trabajando es la estabilización y el mejoramiento de las capacidades de las fuerzas de seguridad locales", agregó.
El ministro de Defensa turco destacó a su vez que Ankara nada tiene contra las poblaciones kurdas en Siria. "A quienes combatimos es a las organizaciones terroristas", precisó, en referencia a las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), uno de los componentes de las FDS.
En Múnich, la idea de esta zona se seguridad no había sido recibida con beneplácito por los europeos, sorprendidos en su momento por el anuncio de Trump de una retirada estadounidense de Siria.
"Está totalmente excluido que haya franceses sin estadounidenses" en el terreno, había dicho a la AFP un fuente de París.
Interrogado el viernes, un jefe militar que pidió mantener el anonimato dijo que si bien el número exacto de soldados que participarán en la misión estadounidenses mencionada por la Casa Blanca y su composición aún no se conocen, el objetivo consiste en montar "una fuerza que haga que las cosas sean posibles".
Además de los 200 efectivos en el noreste, Washington pretende conservar presencia en la base estadounidense de al-Tarif, en el sur de Siria.