Washington
El presidente estadounidense, Donald Trump, lanzó este viernes una nueva estrategia con Irán al prometer enfrentarse al "fanático régimen" y no certificar el pacto nuclear internacional alcanzado en el 2015, que amenazó con abandonar en cualquier momento.
Sin embargo, Rusia, Reino Unido, Francia y Alemania, que junto con China también suscribieron ese convenio, expresaron su respaldo al documento. Los gobiernos de Londres, París y Berlín dijeron en un comunicado conjunto que "siguen comprometidos con la aplicación por todas las partes" del acuerdo.
Moscú, por su lado, denunció la "retórica agresiva y amenazadora" de la nueva posición de Washington.
En un discurso televisado desde la Casa Blanca que tuvo referencias a la Revolución islámica de 1979, Trump criticó el comportamiento de "la dictadura iraní" en Oriente Medio y afirmó que Teherán es "el principal patrocinador del terrorismo en el mundo".
"Anuncio que no podemos ni haremos esta certificación", declaró el mandatario. "No seguiremos por un camino cuyo previsible final es más violencia y terror y la verdadera amenaza de un Irán nuclear".
Su retórica bélica fue rechazada inmediatamente por el presidente de la República Islámica, Hasan Rohaní, quien aseguró que "Estados Unidos está más solo que nunca contra el acuerdo nuclear y más solo que nunca en sus complots contra el pueblo iraní".
"El acuerdo nuclear no es modificable, no se le puede agregar ni un artículo ni una nota", precisó el dirigente. Trump "no leyó el derecho internacional (...) Aparentemente, no sabe que este acuerdo no es un acuerdo bilateral entre Irán y Estados Unidos".
Jaque al convenio. Aunque Estados Unidos no abandona el acuerdo, el giro estratégico de Trump puede abrir un período de incertidumbre al no secundar la posición de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), que hasta ahora ha confirmado que Teherán cumple sus compromisos.
Preciamente, este viernes, el director general de la Agencia, Yukiya Amano, reafirmó el acatamiento de Teherán a los compromisos establecidos en el pacto. Destacó que actualmente Irán está "sujeto al más estricto régimen de verificación nuclear en el mundo".
El presidente estadounidense, quien hizo hincapié en las "agresiones" de Irán en los conflictos que afectan Oriente Medio, aseveró que el acuerdo ha fracasado a la hora de abordar su papel en la región y su programa ilegal de misiles.
Por otro lado, respaldó los esfuerzos del Congreso por lograr nuevas medidas ante las amenazas que plantea Teherán sin torpedear de forma general el acuerdo.
"De todas formas, en el caso de que no seamos capaces de alcanzar una solución con el Congreso y nuestros aliados, el acuerdo se acabará", advirtió.
El pacto, aprobado bajo la presidencia de Barack Obama, "es revisado continuamente y yo, como presidente, puedo cancelar nuestra participación en cualquier momento", aseguró Trump.
Paralelamente a la declaración presidencial, el Departamento del Tesoro dio a conocer medidas económicas contra los Guardianes de la Revolución, el Ejército de élite iraní, por medio de una orden ejecutiva del 2001 y agregó cuatro empresas a su lista negra.
Trump evitó así nombrar a este cuerpo como grupo terrorista. Además de estar involucrados en la economía y el programa balístico iraní, los Guardianes de la Revolución están acusados de ayudar a Hezbolá en Líbano, los hutíes en Yemen y las milicias chiitas en Siria e Irak.
"Hemos considerado que hay riesgos y complejidades a la hora de designar a todo un Ejército", explicó Tillerson.
Ecos en el exterior. La comunidad internacional reaccionó tras el anuncio de Trump.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia estimó en un comunicado que la decisión de Trump de no certificar el acuerdo "no tendrá un impacto directo en su implementación", y consideró en cambio que se trataba de "un elemento de política interna" estadounidense.
El convenio con Irán "ya ha contribuido a fortalecer la paz y la seguridad internacionales", añadió. "Irán se adhiere estrictamente a sus responsabilidades".
En tanto, la primera ministra británica, Theresa May; el presidente francés, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Ángela Merkel, expusieron que "siguen comprometidos con la aplicación por todas las partes" del acuerdo, según comunicado conjunto.
"Alentamos al Gobierno y al Congreso estadounidenses a tomar en cuenta las implicaciones que su decisión tendría para la seguridad de Estados Unidos y sus aliados", señalaron.
Casi en los mismos términos se posicionó China horas antes del discurso de Trump, que consideró el acuerdo "importante para asegurar el régimen internacional de no proliferación nuclear" y "la paz y la estabilidad de la región".
Quienes sí salieron a respaldar a Trump fueron Israel y Arabia saudí.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebró la "valiente decisión" del mandatario estadounidense mientras que Arabia Saudí se dijo contenta con la "estrategia firme" de Estados Unidos.
El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, manifestó su esperanza de que el acuerdo sobreviva, al considerarlo "un logro muy importante para consolidar la no proliferación nuclear y avanzar hacia la paz y la seguridad globales".
La principal negociadora estadounidense del texto en la era Obama, Wendy Sherman, dijo de su lado que "la inquietante política extranjera de Irán es precisamente la razón por la que el acuerdo es necesario".
"Un Irán dotado de un arma nuclear sería mucho más amenazante para la seguridad regional y mundial", escribió Sherman esta semana, advirtiendo de las repercusiones potencialmente "desastrosas" sobre la política extranjera estadounidense en caso de apartarse del pacto.