Jerusalen. AFP. Jerusalén vivió el martes su jornada más sangrienta desde el inicio de la actual ola de violencia, con un balance de tres israelíes muertos en dos atentados, mientras que del lado palestino murió un joven en Cisjordania.
El primer ministro, Benjamín Netanyahu, dijo que utilizaría “todos los medios” para hacer frente a las agresiones.
Anunció que su gobierno adoptaría una serie de medidas adicionales para luchar contra el “terrorismo”.
Horas después, el gabinete israelí de seguridad dispuso autorizar que la Policía cierre barrios árabes de Jerusalén Este, según un comunicado de la oficina de Netanyahu.
Adicionalmente, “el gabinete decidió que, además de la demolición de las viviendas de terroristas (aprobada hace pocos días), no se autorizará ninguna construcción nueva en esos lugares, serán confiscadas las propiedades de los terroristas y revocado el permiso de residencia en Israel”.
Atentados. El primero de los ataques lo cometieron dos hombres en un bus, una novedad desde que se inició la escalada de violencia, el 1.° de octubre.
Este atentado avivará sin duda el recuerdo, en una ciudad ya muy nerviosa, de las intifadas de 1987 y 2000, cuando los transportes públicos se convirtieron en objetivos privilegiados de ataques.
Ambos subieron a bordo de un autobús de la línea 78 del barrio judío de Armon Hanatziv, en Jerusalén Este –parte palestina de la ciudad ocupada y anexada por Israel– y mataron a un hombre de 60 años y a otro pasajero. Otras diez personas resultaron heridas, según el portavoz de la Policía, Micky Rosenfeld.
Según testimonios, uno de los atacantes utilizó un arma de fuego y el otro, un cuchillo. Uno de los dos agresores fue tiroteado y el otro, herido por la Policía.
“Yo estaba en mi casa y escuché 20 ó 30 tiros intercambiados entre la policía y los terroristas”, dijo un residente, que pidió no ser identificado.
Pocos minutos después, un hombre embistió con su automóvil una parada de autobús de un barrio ultraortodoxo de Jerusalén Oeste y mató a una persona e hirió a otras ocho. Después, el conductor salió del vehículo e intentó apuñalar a los peatones, pero fue herido de bala y detenido, informaron las autoridades.
Las fuerzas de seguridad no pudieron determinar si esos ataques fueron coordinados, e indicaron que sus tres autores eran originarios del barrio de Jabel Mukaber, en Jerusalén Este.
Entre tanto, los palestinos llamaron a celebrar un “día de la ira” este martes, y los árabes israelíes convocaron una huelga general en solidaridad.
Miles de personas de esa minoría israelí (17,5% de la población) se concentraron en Sajnin, norte de Israel, y sus líderes denunciaron la “incitación al odio” por parte del Gobierno de Israel.
En Belén. También se produjeron nuevos enfrentamientos entre soldados israelíes y cientos de jóvenes que los apedreaban en Bet El, cerca de Ramala, en Qalandiya y en Belén, donde murió Moataz Zawahra, de 28 años.
Con la muerte de Moataz Zawahra, el balance de víctimas desde el inicio de la escalada de violencia el 1.° de octubre, es de una treintena de palestinos y siete israelíes muertos.
Según un portavoz del ejército israelí, los soldados dispararon contra un hombre que estaba a punto de lanzar un cóctel molotov sobre un vehículo militar y que representaba una “amenaza inmediata”.
En la franja de Gaza, unos mil jóvenes lanzaron piedras y artefactos incendiarios contra el punto de acceso de Erez.
Netanyahu indicó ante el Parlamento que si la situación se deteriora, verá como responsable al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás, a quien instó a pedir que cese la “incitación al odio” contra los israelíes.
Los ataques con cuchillo son una de las principales formas de violencia de la actual escalada de enfrentamientos que comenzó en los territorios ocupados de Jerusalén Este y Cisjordania, antes de extenderse a la franja de Gaza.
Las autoridades israelíes y palestinas no consiguieron detener un movimiento de jóvenes frustrados por sus condiciones de vida bajo la ocupación israelí.
“No hay fórmula mágica. Durante las dos precedentes intifadas, tardamos días, semanas e incluso años para conseguirlo. Espero que esta vez sea más rápido”, declaró el ministro israelí de Energía, Yuval Steinitz, un viejo aliado de Netanyahu.
La violencia, que azota los territorios palestinos desde hace meses, se intensificó a partir del 1 de octubre, cuando presuntos miembros de Hamás mataron a tiros a una pareja de colonos judíos en Cisjordania, en presencia de sus hijos.
Estados Unidos condenó “en los términos más severos” estos nuevos ataques.