Washington. Estados Unidos dijo el jueves que recibió una nueva respuesta de Irán sobre la reactivación del acuerdo nuclear del 2015, pero que no era “constructiva”.
Se trata del último ida y vuelta entre los países adversarios mediado a través de la Unión Europea (UE), cuyo jefe de la diplomacia, Josep Borrel, dijo el miércoles que confiaba en una resolución para revivir el acuerdo en cuestión de días.
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La UE presentó el 8 de agosto el que llamó “texto final”. Irán propuso cambios, ampliamente aceptados por los países europeos, y a su turno Estados Unidos emitió una respuesta a través de los mediadores.
El portavoz del ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Nasser Kanani, aseveró temprano el jueves que Teherán envió otra réplica en respuesta a la posición estadounidense, según la agencia estatal de noticias IRNA.
“Lo estamos estudiando y responderemos a través de la UE, pero desafortunadamente no es constructivo”, explicó el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel. Kanani, citado por IRNA, dijo que Irán estaba adoptando un “enfoque constructivo” en su diplomacia.
Puntos en disputa
Estados Unidos se negó a discutir públicamente los detalles, sin embargo, las discrepancias incluyen la insistencia de Irán en que el organismo de control nuclear de la Organización No Gubernamental (ONU) archive una investigación de tres lugares no declarados, donde se sospecha hubo actividad nuclear antes del acuerdo del 2015.
Si el presidente Joe Biden regresa al acuerdo, Estados Unidos aliviaría las sanciones a cambio de que Irán acepte estrictas restricciones sobre su programa nuclear. Estados Unidos terminaría así con el esfuerzo unilateral de Trump de evitar que otras naciones compren crudo iraní.
En ese escenario, en cuestión de meses Irán estaría en capacidad de vender potencialmente más de un millón de barrilles por día, lo que aliviaría los precios globales del petróleo, elevados por cuenta de la invasión rusa de Ucrania.
Biden asumió el mandato apuntando a revivir el acuerdo, que en el 2018 hizo trizas su predecesor Trump, quien además impuso durante su período una batería de nuevas sanciones contra Irán. Sin embargo, Irán presionó con vehemencia en los diálogos de Viena, incluso negándose a ver en persona al enviado estadounidense Rob Malley.
En un punto de inflexión, Estados Unidos dijo en agosto que Irán derribó uno de los obstáculos clave, que Biden sacara la lista negra de Trump a la Guardia Revolucionaria como grupo terrorista. La administración Biden alegó que la retirada del acuerdo de Trump no hizo más que acelerar el trabajo nuclear iraní.
Irán niega que esté buscando fabricar un arma nuclear, pero faltó a compromisos que adquirió bajo el acuerdo del 2015. Sin embargo, la inteligencia de Estados Unidos dijo que ahora estaría más cerca de construir una bomba nuclear si se lo propusiera.