Washington. Estados Unidos anunció este lunes sanciones contra personalidades, empresas y entidades de Bielorrusia, aumentando la presión sobre el régimen autoritario de Alexander Lukashenko, según un comunicado difundido por la Casa Blanca.
Un año después de elecciones consideradas por las potencias occidentales de “fraudulentas”, en las que Lukashenko consiguió su discutida reelección y a las que siguieron una ola de represión contra la oposición, la nueva orden ejecutiva endurece las sanciones de Estados Unidos en vigor desde el 2006 contra el régimen, ampliándolas a varios sectores claves de la economía de ese país fronterizo ruso.
Fraude y DD. HH.
“En lugar de respetar la clara voluntad del pueblo bielorruso, el régimen de Lukashenko perpetró un fraude electoral, seguido de una brutal campaña de represión para sofocar la disidencia”, afirmó el presidente de Estados Unidos Joe Biden.
“Las acciones del régimen de Lukashenko son un intento ilegal de retener el poder a toda costa”, dijo y agregó: “Estamos junto al pueblo bielorruso que reivindica valientemente la democracia”.
Un funcionario de la Casa Blanca había dicho que las sanciones contra Lukashenko se justifican por su continuo “ataque contra las aspiraciones democráticas y los derechos humanos del pueblo bielorruso, la represión transnacional y los abusos”.
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En paralelo el Tesoro también dispuso sanciones contra empresas, personalidad y entidades de Bielorrusia, incluido su Comité Olímpico nacional, tras el intento de repatriación forzosa de una atleta bielorrusa que participaba en los Juegos Olímpicos de Tokio.
Se trata de apuntar a empresas y empresarios que funcionan como “carteras” del régimen, mencionó la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en un comunicado aparte.
En ese sentido, se Identificó a aquellos que probablemente favorecerían tanto el enriquecimiento personal del presidente bielorruso como financiar su régimen, a cambio de diversos favores.
Entre las sancionadas figura Belaruskali OAO, una de las mayores empresas estatales de Bielorrusia y uno de los mayores productores de potasa del mundo. Se alega que es una fuente de riqueza ilegal para el régimen.
Golpe y III Guerra
El anuncio estadounidense llega poco después de la rueda de prensa anual del presidente bielorruso, que una vez más proclamó su victoria en una instancia electoral “completamente transparente” ante una oposición que preparaba un “golpe” en su contra.
“Se arriesgan a comenzar la Tercera Guerra Mundial ¿Es eso a lo que estás tratando de empujarnos a nosotros ya los rusos?”, expresó Lukashenko sobre las sanciones occidentales.
Lukashenko fue proclamado vencedor de los comicios con más del 80% de los votos, un resultado considerado fraudulento por muchos observadores y que despertó un movimiento de protesta inaudito en esta antigua república soviética dirigida por él desde 1994. A partir de la campaña electoral intensificó la represión contra sus opositores.
Sin embargo, incluso fue más allá. En los Juegos Olímpicos de Tokio, ya finalizados, la velocista bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya buscó protección para evitar que la obligaran a subir a un avión de vuelta a casa, diciendo que temía por su vida si regresaba a Bielorrusia después de haber criticado a sus entrenadores.
La velocista recibió una visa humanitaria de Polonia y comentó en una entrevista en Varsovia el lunes que le gustaría “que mi país fuera libre”.
Tsimanouskaya fue una de las muchas figuras deportivas bielorrusas que en agosto del 2020 criticaron públicamente la violencia contra los manifestantes en las protestas que se produjeron en el país exsoviético tras la votación presidencial.
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Estados Unidos acusó al Comité Olímpico de facilitar el blanqueo de dinero, la evasión de sanciones y de eludir las prohibiciones de visado.
Represión
En mayo, el gobierno de Lukashenko interceptó un avión de Ryanair y detuvo a un importante activista de la oposición y a su novia a bordo.
Días atrás fue hallado muerto en las afueras de Kiev, Ucrania, Vitali Shishov, un disidente que dirigía una organización de ayuda a exiliados bielorrusos y se investigaba si fue suicidio o una muerte motivada. Allegados acusan a los servicios especiales del régimen de Lukashenko, aunque éste ha negado que su país estuviera implicado en la sospechosa muerte
Una de las personalidades que más reclamó las sanciones fue Svetlana Tijanóvskaya, una dirigente que reemplazó sobre la marcha a su marido encarcelado y consiguió aunar todas las corrientes opositoras bielorrusas. Tras el triunfo de Lukashenko acabó en el exilio y actualmente es atendida en el extranjero por numerosos dirigentes occidentales, entre ellos Biden, que la recibió en julio.