Washington. Estados Unidos realizó este domingo en Kabul un ataque con dron contra un vehículo cargado de explosivos para “eliminar una amenaza inminente” del grupo Estado Islámico del Khorasan (EI-K) contra el aeropuerto, mientras continúan las últimas evacuaciones a pocos días de la retirada estadounidense.
“Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo hoy un ataque aéreo defensivo con drones”, lanzado desde fuera de Afganistán, “contra un vehículo en Kabul, que eliminó una amenaza inminente del EI-K contra el aeropuerto internacional” de Kabul, manifestó Bill Urban, vocero del mando central del Pentágono.
El ataque fue confirmado por un vocero talibán, quien dijo que un coche bomba que se dirigía al aeropuerto había sido destruido y que un posible segundo ataque había alcanzado una casa cercana.
El jueves, un ataque suicida en el aeropuerto reivindicado por del EI-K dejó más de un centenar de muertos, entre ellos 13 soldados estadounidenses.
“Estamos seguros de haber dado en el blanco”, afirmó Urban. “Estamos verificando la posibilidad de víctimas civiles”, agregó, y especificó que “no tiene indicios en este momento” en ese sentido.
“Fuertes explosiones secundarias del vehículo mostraron la presencia de una cantidad significativa de material explosivo. Permanecemos atentos a posibles amenazas futuras”, agregó.
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A solo dos días antes de la fecha límite para la salida de las tropas estadounidenses, se supo que el líder supremo de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, que nunca ha aparecido en público, se encuentra en Afganistán, en la ciudad de Kandahar.
“Puedo confirmar que está en Kandahar. Ha estado desde el comienzo”, afirmó el vocero talibán Zabihullah Mujahid. “Aparecerá pronto en público”, señaló a su vez el portavoz adjunto Bilal Karimi.
Akhundzada es jefe talibán desde el 2016, cuando salió desde una relativa oscuridad a supervisar el movimiento.
Alerta sobre nuevo ataque
El presidente estadounidense, Joe Biden, había dicho el sábado que un nuevo ataque era “altamente probable” después del atentado del jueves en el aeropuerto de Kabul.
En represalia por ese atentado, Estados Unidos llevó entonces a cabo el sábado un ataque con drones en Afganistán, matando a dos miembros del EI e hiriendo a un tercero, y advirtió que no sería “el último”.
Biden y su esposa Jill asistieron este domingo por la mañana en la base militar de Dover, al este de Washington, con las familias de los militares fallecidos cuando se conoció la noticia del último ataque aéreo.
Unas 114.000 personas han sido evacuadas desde que los talibanes tomaron el poder hace dos semanas.
El operativo aéreo liderado por Estados Unidos puede finalizar el martes 31 de agosto, por lo que miles de personas podrían no ser expatriadas, en su mayoría afganos que temen represalias por haber trabajado con las fuerzas militares o civiles extranjeros.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, declaró este domingo a la cadena ABC que todavía quedan “300 estadounidenses o menos” por evacuar de Afganistán.
Unos 100 países anunciaron este domingo en un comunicado que recibieron el compromiso de parte de los talibanes que ellos dejarían partir a todos los extranjeros y afganos que dispongan de un permiso para instalarse en otra parte, inclusive después de la salida de las tropas estadounidenses.
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¿Una ‘zona segura’?
En el aeropuerto de Kabul, último enclave controlado por las fuerzas extranjeras en Afganistán, ya no hay rastro de las caóticas imágenes de miles de personas desesperadas tratando de salir del país.
Criticado en su país y en el extranjero por su gestión de la retirada de Afganistán, Biden se comprometió a respetar el fin del plazo del puente aéreo. La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la Unión Europea habían pedido alargarlo unos días más para poder sacar a todos los afganos elegibles para recibir protección occidental.
Francia y el Reino Unido abogarán el lunes ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por crear una “zona segura” en Kabul para continuar con las operaciones humanitarias más allá del 31 de agosto, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron.
“Esto daría un marco a las Naciones Unidas para actuar de urgencia y permitiría sobre todo a cada uno asumir sus responsabilidades y a la comunidad internacional mantener la presión sobre los talibanes”, apuntó Macron al rotativo francés Le Journal du Dimanche.
Muchos países, entre ellos Francia, Italia, España, Alemania, Canadá y Australia, ya han dado por concluidas sus respectivas operaciones de evacuación, reconociendo en varios casos que dejaban atrás civiles afganos en peligro.
Por su parte, el papa Francisco instó este domingo durante la tradicional oración del Ángelus a seguir ayudando a los afganos, dos días antes de la retirada total estadounidense tras 20 años en el país, y oró por “una coexistencia pacífica” y “esperanzadora” en ese país.
Con su retorno al poder, los talibanes tratan de ofrecer una imagen más abierta y moderada. Pero muchos afganos temen una repetición del régimen fundamentalista y brutal que impusieron entre 1996 y el 2001, cuando fueron derrocados por la coalición internacional liderada por Estados Unidos.