Tikrit, Irak. AP y AFP. Soldados iraquíes y milicianos chiitas entraron ayer a Tikrit, ciudad controlada por el grupo Estado Islámico (EI), con lo que se apoderaron de un bastión de los extremistas sunitas.
Fuerzas aliadas entraron a la ciudad por el vecindario de Qadisiya, situado al norte de la urbe, donde las autoridades establecieron con prontitud una línea de suministro para reforzar a las tropas, dijo a la cadena de televisión estatal iraquí el jefe de la Policía de Salaheddin, Kheyon Rasheed.
“ Los terroristas se están apoderando de los autos de civiles para abandonar la ciudad y tratan de conseguir una vía de escape”, agregó. Se desconocía inmediatamente si las tropas y milicias enfrentaron resistencia.
Un funcionario local de Salaheddin, que habló con la condición de no ser identificado, también confirmó el ingreso.
Imágenes de video de The Associated Press (AP) mostraron a soldados y milicianos cuando marchaban, en la ciudad, junto a vehículos militares con la bandera iraquí y enseñas chiitas.
En las últimas semanas, el EI ha sufrido duros golpes en importantes puntos del califato que proclamó a finales de junio, tras una ofensiva fulminante con la que conquistó vastos territorios en Siria e Irak.
“Pudimos controlar el hospital militar de Tikrit, cercano al centro de la ciudad”, aseveró un general del Ejército, quien también rehusó ser identificado.
“Estamos llevando a cabo una batalla muy delicada porque no estamos enfrentándonos con combatientes sobre el terreno, sino con un terreno lleno de trampas y francotiradores. Nuestros movimientos son lentos”.
Manifestó que las fuerzas que entraron en Qadisiya incluían al Ejército y la Policía, así como a miembros de la fuerza de voluntarios de las Unidades Populares de Movilización.
Otras fuentes militares y políticas confirmaron que las fuerzas iraquíes habían retomado el control de una parte significativa de Qadisiya, una extensa barriada del norte de la localidad.
Palmo a palmo. Por otra parte, la ciudad estratégica de al-Alam, en el norte de Tikrit, estaba el miércoles totalmente controlada por el Gobierno, informó un periodista de la AFP en el lugar.
En paralelo a la ofensiva de ayer, el grupo yihadista llevó a cabo atentados coordinados contra áreas controladas por el Gobierno en la ciudad de Ramadi (oeste). Siete ataques con coche bomba, casi consecutivos, mataron a al menos 17 personas e hirieron a 38, dijeron médicos y policías.
El Gobierno ha estado enfrentándose durante meses con militantes del EI que controlan la mayoría de los barrios en los suburbios de Ramadi y que suelen atacar a las fuerzas de seguridad.
Cuentas de redes sociales afines con el Ejército Islámico dijeron que un belga, un sirio y un militante del Cáucaso estaban entre los atacantes suicidas.
Algunos oficiales sugirieron que el número de coches bomba podría haber sido incluso mayor, pero añadieron que el EI no había podido ganar terreno.
En tanto en Bagdad, varios atentados dejaron a al menos 17 muertos, incluido un ataque con un coche bomba que dejó nueve muertos y 30 heridos en el barrio de Hurriya.
Al otro lado de la frontera, en Siria, el EI lanzó una ofensiva el miércoles para intentar conquistar la ciudad kurda de Ras al Ain (norte), fronteriza con Turquía, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Ras al-Ain, situada en la provincia de Hassak y que tenía alrededor de 50.000 habitantes antes de la guerra, está controlada por la principal milicia kurda de Siria, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG).
Los combates dejaron decenas de muertos en los dos bandos, según el OSDH, que se apoya en una extensa red de fuentes en Siria.
La ciudad está situada a unos 30 kilómetros de Tal Tamer, que los yihadistas quieren tomar para abrir un corredor entre la provincia de Alepo (norte) y la frontera iraquí y Mosul.
El noreste de Siria es estratégico para los yihadistas, pues ofrece un pasaje hacia Turquía pero sobre todo hacia Irak.