Nueva York. La esposa del Chapo Guzmán, la joven Emma Coronel, aseguró que su marido es un “excelente padre, amigo, hermano, hijo, pareja” y que ella es “un buen ser humano”, al culminar el monumental juicio del capo mexicano en Nueva York.
“Todo lo que se habló en el juicio sobre Joaquín, bueno y malo, para mí no cambia de ninguna manera la forma que tengo de pensar de él ya que tengo años de conocerlo”, dijo la exreina de belleza, de 29 años, en un mensaje difundido el jueves de noche en su cuenta oficial de Instagram, junto a una foto de la corte federal de Brooklyn.
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El juicio de casi tres meses contra Joaquín el Chapo Guzmán, de 61 años, acusado de traficar cientos de toneladas de droga a Estados Unidos a lo largo de un cuarto de siglo, culminó el jueves.
El próximo lunes el jurado comenzará a deliberar para decidir su suerte. Si es hallado culpable podría ser condenado a cadena perpetua.
Durante el proceso, excolaboradores del capo relataron que ordenó la muerte de decenas de rivales, socios sospechosos de ser soplones y policías que no aceptaban sus sobornos. Uno de sus exsicarios contó que lo vio torturar y ejecutar él mismo a tres narcotraficantes rivales.
Parte de las pruebas presentadas por la Fiscalía en el juicio indican que Coronel fue por lo menos cómplice del Chapo en su fuga de la cárcel de Altiplano en el 2015.
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Sin embargo, no ha sido inculpada de ningún delito y ha acudido a la corte casi todos los días para acompañar a su esposo.
Un testigo cooperante, exmano derecha del Chapo, contó que cuando el narcotraficante estaba encarcelado en ese penal en el 2014 y el 2015 pasaba mensajes a través de Coronel –que lo visitaba en la prisión– a sus cómplices para planificar su fuga a través de un túnel de 1,5 kilómetros de largo que llegaba hasta bajo la ducha de su celda.
En otro momento del juicio, la acusación difundió una llamada telefónica interceptada entre Coronel y el Chapo, en el que esta le pasa el teléfono a su padre. El Chapo entonces aconseja a su suegro sobre un cruce de drogas por la frontera con Estados Unidos.
"Mi nombre fue varias veces mencionado y expuesto en duda", admitió Coronel, una voluptuosa mujer mexicana-estadounidense alta y de largo cabello negro y lacio.
"De eso solo puedo decir que no tengo nada de qué avergonzarme. No soy perfecta, pero me considero un buen ser humano que nunca ha lastimado a nadie intencionalmente", afirmó Coronel, madre con el Chapo de dos niños mellizas de siete años.
El gobierno estadounidense no permite las visitas ni llamadas telefónicas entre el Chapo y su esposa. También les prohibió abrazarse brevemente en el tribunal durante el juicio.
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