Creciente inversión pública, mayor producción agrícola y minera, petróleo, servicios y la entrada en el continente de compradores como China e India están generando una clase media que pone a África a soñar con un futuro mejor.
No es aún un sector que tenga capacidad de ahorro, pero sí alguna capacidad de consumo, y esto basta para despertar el interés de los mercados y las esperanzas internas.
En el 2011, el Banco Africano de Desarrollo definió esa clase media como un sector constituido por individuos que gastan entre $2 y $20 al día.
La expectativa es que esta clase media africana crezca de 34% en la actualidad a 42% en el 2060; es decir, de 355 millones de personas en todo el continente, a 1.100 millones.
Un análisis del Standard Bank , de Sudáfrica, con operaciones en todo el continente, determinó , en agosto del 2014, que la clase media ha triplicado su tamaño en los últimos 14 años, y la tendencia apenas está tomando velocidad.
Con una definición de clase media que incluye a quienes gastan al menos $15 diarios, este crecimiento pasó de 4,6 millones de hogares en el 2000 a casi 15 millones en los 11 países con mejores indicadores económicos de la región, tomados como base para el estudio.
Paralelamente, el producto interno bruto (PIB) del continente ha crecido en no menos de 4% en la actual década. Por ello, analistas financieros europeos están presentando a los 54 países con otra cara: ya no la asistencia humanitaria, sino la de un buen sitio para invertir.
Nigeria, alineación estelar. A pesar de contar en el noreste de su territorio con uno de los grupos yihadistas más crueles, Boko Haram, Nigeria es el país con el mejor desempeño económico.
“Lo que ocurre en Nigeria es esperanzador: hubo elecciones (el 29 de marzo) en las que no se dieron incidentes graves ni reclamos de fraude”, señaló Rina Cáceres, catedrática de la Universidad de Costa Rica (UCR).
Los comicios los ganó el exgeneral Muhammadu Buhari, quien ya había gobernado entre 1983 y 1985 y fue conocido por sus medidas de austeridad.
“Fue un ‘basta ya’ de la sociedad a la corrupción e incapacidad del presidente Goodlock Johnatan, quien permaneció impávido ante el robo de recursos y ante las acciones de Boko Haram”, manifestó Cáceres.
Paralelamente, en la provincia de Kano, en el norte, con mayor influencia de Boko Haram, fue coronado en febrero como emir Lamido Sanusi , un reconocido banquero internacional, respetado por su integridad.
Sanusi fue presidente del Banco Central de Nigeria y destituido por Johnatan. Cáceres cree que la llegada de estos dos hombres al poder marca un momento especial que puede dar estabilidad política y unidad al país.
Buhari tiene muchos retos por delante. Uno es hacer frente a la caída de los precios del petróleo, que le genera el 14% de su PIB.
Tiene que enfrentar también la desigualdad social, la existencia de Boko Haram y la corrupción. En Nigeria, más del 60% de la población vive en la pobreza y más de 10 millones de niños y niñas no tienen acceso a la escuela.
Insuficiente. Claramente, África tiene un sólido crecimiento, pero aún es insuficiente para acabar con la pobreza y la desigualdad, dice el Banco Mundial en un informe del 2013.
Según el Banco, ese crecimiento seguirá aumentando, sustentado también por la inversión privada y el envío de remesas, que ascienden a $33.000 millones anuales.
“La pobreza y la desigualdad, así como la lentitud de los avances para reducirlas, siguen siendo inaceptables”, señala el informe del Banco. Casi uno de cada dos africanos vive hoy en situación de pobreza extrema y se cree que esa tasa disminuirá a entre 16% y 30% para el 2030.
La recuperación que muestra el continente es frágil porque enfrenta muchas amenazas que van desde los desastres naturales a los conflictos.
Pero, por ahora, África empieza a creer en sí misma.