Washington
Estados Unidos impuso el viernes las primeras sanciones financieras a Venezuela, que afectarán la emisión de deuda y que prohíben a los bancos norteamericanos realizar transacciones nuevas con el gobierno o con la empresa petrolera estatal PDVSA.
Las nuevas medidas siguen a las ya decretadas contra el presidente Nicolás Maduro y varios de sus colaboradores.
El gobernante reaccionó de inmediato y afirmó que las sanciones generarán un "gran daño"económico y financiero a su país. Además, convocó a una reunión en Caracas a las empresas estadounidenses que compran petróleo venezolano "para buscar soluciones a esta situación que ha creado este decreto que agrede a la economía y que declara un bloqueo financiero y económico".
Maduro acusó a la oposición de estar detrás del paquete de medidas dispuestas por Washington y y directamente mencionó al legislador Julio Borges como uno de las figuras promotoras de las sanciones.
Un decreto del presidente Donald Trump, el primero que afecta al país en su conjunto, "prohíbe transar nueva deuda emitida por el Gobierno de Venezuela y su empresa petrolera estatal".
"También prohíbe las transacciones en ciertos bonos existentes propiedad del sector público venezolano, así como los pagos de dividendos al Gobierno de Venezuela ", informó la Casa Blanca.
Hasta ahora, las sanciones de Washington a Venezuela se habían circunscrito a represalias financieras y jurídicas contra Maduro y una veintena de funcionarios y exfuncionarios de su gobierno, a quienes acusa de quebrantar la democracia, propiciar la corrupción o violar los derechos humanos.
La Casa Blanca dijo que en esta ocasión "para mitigar el daño al pueblo estadounidense y al venezolano", el Departamento del Tesoro emitirá licencias con un período de liquidación de 30 días para permitir transacciones que de otro modo quedarían prohibidas, entre ellas las vinculadas con exportación e importación de petróleo.
Torniquete al régimen. "Estas medidas están cuidadosamente calibradas para negar a la dictadura de Maduro una fuente crucial de financiamiento para mantener su mandato ilegítimo", precisó en un comunicado.
Como reflejo de la presión de la industria petrolera estadounidense, las disposiciones no interrumpen la exportación de petróleo venezolano a Estados Unidos, que es crucial para ambas naciones.
Washington y Caracas retiraron a sus respectivos embajadores desde el 2010. Pero hasta ahora mantienen estrechos vínculos económicos y comerciales, sobre todo en la industria petrolera.
Estados Unidos compra 800.000 barriles diarios de petróleo, de los 1,9 millones que produce Venezuela.
Venezuela está sumida en una profunda crisis económica, política e institucional. En medio de protestas opositoras que dejaron al menos 125 muertos entre abril y julio, el 4 de agosto Maduro instaló una Asamblea Constituyente con plenos poderes, desconocida por la oposición y varios países, entre ellos Estados Unidos.
"La dictadura de Maduro sigue privando al pueblo venezolano de alimentos y medicinas, encarcelando a la oposición democráticamente elegida y suprimiendo violentamente la libertad de expresión", enfatizó este viernes la Casa Blanca.
La agencia de calificación financiera SP Global Ratings advirtió en julio sobre el riesgo de impagos debido al deterioro de las condiciones económicas y el aumento de las tensiones políticas en Venezuela .
Entre octubre y noviembre, Venezuela y Petróleos de Venezuela S.A. (PDVSA) deberán pagar unos $3.800 millones en vencimientos de bonos.
El analista económico venezolano Rafael Quiroz se refirió el impacto negativo que pueden causar las sanciones.
"Eso nos afecta seria y directamente porque hay varios bonos de la República, como bonos de PDVSA, que están en posesión de personas naturales y jurídicas en Estados Unidos. Venezuela tiene compromisos que debe honrar", declaró.
"Vamos a disponer de menos divisas para importar alimentos y medicinas, que ya estamos necesitando", agregó
Al explicar en rueda de prensa las sanciones financieras, la Casa Blanca descartó que en lo inmediato se planee una operación militar contra Venezuela, una posibilidad evocada hace dos semanas por Trump, pero rechazada por los países latinoamericanos, incluyendo a los más críticos de Maduro.
"Evaluamos una amplia gama de opciones. Cualquier decisión será tomada en acuerdo con nuestros socios en la región. Ninguna acción militar está planteada en el futuro cercano", manifestó el general HR McMaster, asesor de seguridad nacional de Trump.
Golpe a Venezuela. Por su lado, el gobierno de Maduro deploró las nuevas sanciones estadounidenses contra la "democracia" venezolana y se preguntó si Trump busca "crear o promover una crisis humanitaria".
"Esta es la peor agresión", expresó el canciller Jorge Arreaza, tras reunirse en Nueva York con el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres. "Venezuela es una democracia", subrayó.
"¿Qué quieren? ¿Hacer pasar hambre al pueblo venezolano? ¿Eso es lo que quieren hacer?", agregó y dijo que para compensar el impacto, Caracas se acercará más a Rusia y China.
"Tomaremos todas las medidas que estén a nuestro alcance, en todos los ámbitos, para defender al pueblo de Venezuela y evitar que cualquiera de estas decisiones tenga efectos en las familias venezolanas", aseguró Arreaza.
Si bien las sanciones no afectan la venta de crudo venezolano a Estados Unidos, el mandatario aseveró el viernes que su país tiene "dónde vender" los 800.000 barriles diarios que coloca en ese país.
"Venezuela tiene mercado seguro para todo el petróleo que le vende a los Estados Unidos", insistió en una reunión con los ministros del área de energía y finanzas, transmitida en cadena de radio y televisión.