Washington. Las fuerzas de Estados Unidos en el norte de Siria iniciaron el lunes su retirada de las zonas cercanas a la frontera con Turquía, abriendo la vía a una ofensiva militar turca contra milicias kurdas y avivando temores sobre un resurgimiento yihadista en la región.
El presidente estadounidense, Donald Trump, justificó la decisión al afirmar que quería dejar que los protagonistas -"Turquía, Europa, Siria, Irán, Irak, Rusia y los kurdos"- la tarea de “resolver la situación”, y que su país debe salir de “ridículas guerras sin fin”.
En una serie de mensajes publicados en Twitter, Trump defendió el lunes la decisión como parte de su viejo anhelo de poner fin al despliegue de militares estadounidenses en conflictos de Oriente Medio, a los que calificó de “ridículas guerras sin fin”.
....almost 3 years, but it is time for us to get out of these ridiculous Endless Wars, many of them tribal, and bring our soldiers home. WE WILL FIGHT WHERE IT IS TO OUR BENEFIT, AND ONLY FIGHT TO WIN. Turkey, Europe, Syria, Iran, Iraq, Russia and the Kurds will now have to.....
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) October 7, 2019
La salida de Estados Unidos de la región limítrofe con Turquía despeja el camino para que Ankara, que considera a los guerrilleros kurdos un grupo terrorista, ponga en marcha una largamente planeada operación transfronteriza contra ellos en el norte de Siria.
A su vez, la medida debilita la posición estadounidense en el contexto de la guerra civil en Siria, una partida de ajedrez geopolítica que involucra también a Irán, Rusia, las potencias europeas e Israel.
En cierto sentido, el anuncio de Trump no debería sorprender a nadie.
Al manifestarse contrario a las costosas ocupaciones de Irak y Afganistán y, a pesar de su retórica beligerante, absteniéndose de ataques militares contra Irán, Trump cree estar dando una respuesta al cansancio de la opinión pública sobre estos conflictos, que aparentan no tener solución.
“Se suponía que Estados Unidos iba a estar en Siria por 30 días, eso fue muchos años atrás. Nos quedamos y nos hundimos más y más en la batalla sin un objetivo a la vista”, tuiteó Trump.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo este lunes que su Ejército estaba listo para lanzar en cualquier momento esas operaciones contra milicias kurdas en Siria, tras el anuncio de Washington de que no se opondría a esta intervención.
“Hay una frase que usamos siempre: podemos llegar cualquier noche sin aviso”, manifestó en una intervención en la televisión.
Las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), alianza de combatientes kurdos y árabes, indicaron en un comunicado que las “fuerzas estadounidenses se retiraban de las zonas fronterizas con Turquía” mientras que el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) confirmó una salida de las tropas de Estados Unidos de posiciones clave en Ras al Ain y Tal Abyad.
EE. UU. se hace a un lado
Esta situación refleja un claro cambio de estrategia por parte de Estados Unidos, que abandona así a los kurdos, cuyas milicias fueron el principal aliado de Washington en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Para las FDS, con su decisión, Estados Unidos "está a punto de destruir la confianza y la cooperación" entre las fuerzas kurdas y los militares estadounidenses. "La gente aquí tiene derecho a una explicación", tuiteó Mustafa Bali, portavoz de las FDS.
Las milicias kurdo-árabes advirtieron de que una operación turca provocaría el resurgimiento de la organización ultrarradical y terminaría con “años de exitosos combates” contra las yihadistas, lo que rechazó Ankara.
Algunos de los líderes de EI que han sobrevivido podrían regresar, según las FDS, y amenazaría también las cárceles y los campamentos que ellos dirigen y que albergan a numerosos yihadistas y sus familias.
Las FDS, apoyadas por la coalición internacional antiyihadista liderada por Washington, combatieron durante años contra el EI y conquistaron en marzo su último bastión en Siria, en Baguz.
Malestar en Washington
La decisión de Trump, de retirar tropas de su país del norte de Siria, provocó el lunes protestas e indignación entre sus aliados republicanos, que pidieron revertir ese “error”.
El senador Lindsey Graham, uno de los republicanos más cercanos a Donald Trump, solicitó “revocar la decisión” del presidente.
Graham, presidente del poderoso Comité Judicial del Senado y uno de los partidarios más francos de Trump en el Capitolio, describió la medida como un “desastre en ciernes” que “garantiza el resurgimiento” del Estado Islámico y sería una “mancha en el honor de Estados Unidos por abandonar a los kurdos”.
“Si este plan sigue adelante se presentará una resolución del Senado oponiéndose y solicitando la revocación de esta decisión. Espero que reciba un fuerte apoyo bipartidista”, expresó el congresista republicano en un tuit.
Hope and expect sanctions against Turkey – if necessary – would be veto-proof.
— Lindsey Graham (@LindseyGrahamSC) October 7, 2019
This decision to abandon our Kurdish allies and turn Syria over to Russia, Iran, & Turkey will put every radical Islamist on steroids. Shot in the arm to the bad guys. Devastating for the good guys.
El senador republicano Marco Rubio calificó la decisión del mandatario como un “grave error” que tendrá repercusiones más allá de Siria.
"Confirmará la visión de Irán sobre este gobierno y los alentará entonces a una escalada de ataques hostiles que a su vez pueden disparar una más amplia y peligrosa guerra regional", escribió en su cuenta de Twitter.
La Casa Blanca reaccionó en la mitad de la jornada al descontento generalizado.
En un tuit, Trump amenazó a Ankara con "destruir" su economía si hace algo que "sobrepase los límites", mientras un alto funcionario del Departamento de Estado declaró que las tropas que se han retirado del norte de Siria representan un "número muy pequeño".
Esta controversia se suma a una seguidilla caótica de decisiones sobre política exterior que han incomodado al establishment en Washington y a sus aliados extranjeros.
Desde el anuncio, luego cancelado, de una reunión con líderes talibanes hasta sus contradictorias posturas hacia Irán, Trump tiene al mundo acostumbrado a este tipo de comportamiento errático.
Pero el problema en Siria ha toca una fibra especialmente sensible.
En Washington prevalece la preocupación de que esta retirada sea vista como un triunfo por Irán y Rusia, pero también por Turquía, un aliado estadounidense que resulta cada vez más problemático.
Los aliados europeos de Estados Unidos también se están preparando para el peor escenario. Maja Kocijancic, portavoz de la Unión Europea, advirtió de un posible flujo "masivo" de refugiados.
Trump, sin embargo, apuesta a lo que él considera importante: adherirse a la ideología que lo llevó hasta la Casa Blanca y que se resume como “Estados Unidos primero”, con la que ha intentado romper con una creencia bien arraigada en Washington de que Estados Unidos precisa ser el líder del mundo.