Washington. El presidente estadounidense, Joe Biden, calificó este miércoles de “criminal de guerra” a su par ruso, Vladímir Putin, y anunció una ayuda militar masiva a Ucrania, donde los civiles fueron blanco de bombardeos frente a una tienda y en un mercado, en el norte, y huyendo de Mariúpol, en el sur.
“Creo que (Putin) es un criminal de guerra”, respondió Biden a una periodista que lo interrogó en la Casa Blanca. Su secretaria de prensa, Jen Psaki, afirmó luego que Biden estaba “hablando con el corazón” después de ver imágenes de “acciones bárbaras de un dictador brutal a través de su invasión de un país extranjero”.
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La réplica rusa no se hizo esperar. “Consideramos inaceptable e imperdonable semejante retórica por parte del jefe de un Estado cuyas bombas mataron a centenas de miles de personas en todo el mundo”, aseguró el vocero de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Biden había anunciado poco antes un aumento a $1.000 millones del monto de la ayuda prometida a Ucrania, contra $200 millones prometidos inicialmente para hacer frente a la invasión. “Ayudamos a Ucrania a adquirir sistemas de defensa antiaérea adicionales y de más largo alcance”, manifestó Biden, especificando que la ayuda incluirá drones.
Comprando pan
Los reportes de bombardeos contra blancos civiles ucranianos se multiplican, cuando la invasión entra en su tercera semana y las tropas rusas intentan completar el cerco de Kiev, la capital ucraniana. Diez personas que hacían fila para comprar pan en Chernígov murieron por la mañana cuando soldados rusos les dispararon de forma “premeditada”, según la Fiscalía ucraniana.
Por la noche, las autoridades dieron parte del hallazgo de cinco cadáveres, entre ellos tres niños, bajo los escombros de un bombardeo en la misma ciudad. En Járkov, tres personas murieron y cinco resultaron heridas en el incendio de un mercado, provocado por los bombardeos, informaron los servicios de rescate.
Por la tarde, disparos de cohetes Grad contra un convoy de civiles que abandonaban la asediada ciudad portuaria de Mariúpol causaron un número indeterminado de muertos y heridos, según el ejército ucraniano. En esa misma ciudad, confrontada a una dramática falta de alimentos, agua y medicamentos, un teatro donde había “centenas de civiles” fue alcanzado por un bombardeo ruso, anunció la alcaldía, indicando que hasta el momento carecía de un balance de víctimas.
En Kiev, los habitantes de la capital deben respetar un toque de queda hasta el jueves por la mañana. Según las autoridades municipales, Kiev vive un “momento peligroso”.
Ovación en el Congreso
En un discurso virtual ante el Congreso estadounidense, donde recibió una ovación de pie, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, pidió de nuevo a Estados Unidos y sus aliados de la OTAN una zona de exclusión aérea sobre Ucrania para protegerla de los ataques rusos.
“Necesito su decisión, su ayuda”. “¿Es mucho pedir, crear una zona de exclusión aérea sobre Ucrania, para salvar a la gente?”, preguntó. Dirigiéndose en inglés a Biden, afirmó que liderar el mundo libre también significa ser el “líder de la paz”.
Poco después, el jefe de la OTAN reiteró que no se va a enviar tropas a Ucrania pero que la Alianza transatlántica fortalecerá su flanco oriental. La OTAN ha resistido hasta ahora a las peticiones de implicarse directamente en el conflicto, por temor a desatar una Tercera Guerra Mundial entre dos beligerantes con enormes arsenales nucleares.
Advertencia de Putin
Putin aseguró, en una reunión del gobierno televisada, que la operación se desarrolla “con éxito” y comparó la acción de los países occidentales a las persecuciones contra los judíos en Europa oriental a fines del siglo XIX e inicios del XX.
“Occidente ha dejado caer la máscara de la decencia y comenzó a actuar de manera odiosa. Se imponen paralelismos con los pogromos antisemitas”, expresó, reiterando no tener la intención de “ocupar” Ucrania.
Antes de dirigirse ante el Congreso estadounidense, Zelenski urgió a sus compatriotas a no desfallecer, pero dio a entender que el conflicto terminaría con un acuerdo negociado. “Todas las guerras terminan con un acuerdo”, indicó, refiriéndose a las “difíciles” pero “importantes” negociaciones que continúan entre Kiev y Moscú.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que Austria y Suecia podrían ser tomados como modelos de neutralidad para Ucrania. Pero la idea fue rechazada tajantemente por Kiev. “Ucrania se encuentra en una guerra directa con Rusia. Por tanto, el modelo solo puede ser ‘ucraniano’” y debe contar “con una base de garantías sólidas en materia de seguridad”, dijo el negociador ucraniano Mijailo Podoliak.
No obstante, Zelenski sí ha admitido que Ucrania tenía que aceptar que no entrará a la OTAN. Impedir esa adhesión fue uno de los argumentos principales usados por Rusia para justificar su ofensiva.
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‘Guerra económica relámpago’
Por ahora, los países occidentales han optado por aislar a Rusia diplomática y económicamente, aplicando duras sanciones que podrían llevarla a un default de su deuda. Putin prometió ayudas financieras a los particulares y a las empresas para hacer frente a la avalancha de sanciones y aseguró que la “guerra relámpago” económica contra su país fracasó.
Este miércoles, Rusia debía reembolsar $117 millones en intereses de dos bonos de deuda, el primer pago de una serie prevista en marzo y abril. Unos $300.000 millones de las reservas de Rusia están congelados en bancos occidentales. Las sanciones también forzaron la salida de Moscú de varios foros políticos y deportivos internacionales.
En momentos en que Moscú refuerza su control sobre las informaciones publicadas sobre el conflicto, el regulador ruso de telecomunicaciones Roskomnadzor bloqueó las páginas de al menos 30 medios y también bloqueó la página web de la BBC.