Washington y Damasco. EFE y AFP. Los primeros ataques aéreos contra los yihadistas del Estado Islámico (EI ) –en la noche del lunes– fueron “muy efectivos”, pero son “solo el principio” de una larga campaña en Siria, declaró ayer el vocero del Pentágono, contraalmirante John Kirby.
Esos golpes contra el EI, en los que participaron fuerzas de Estados Unidos y cinco países árabes –Jordania, Catar, Baréin, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos– causaron al menos 120 muertes entre los combatientes ultrarradicales sunitas, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Más de 150 bombas, la mayoría guiadas; 47 misiles Tomahawk, bombarderos B-1, cazas F-15, F-16 y, por primera vez, los F-22 Raptor se utilizaron en [[BEGIN:INLINEREF LNCVID20140923_0004]]la arremetida[[END:INLINEREF]].
“Este esfuerzo va a llevar tiempo; habrá desafíos en el futuro, pero vamos a hacer lo que sea necesario para luchar contra el grupo terrorista, por la seguridad de nuestro país, de la región y del mundo”, dijo ayer el presidente Barack Obama.
Por su parte, el Gobierno de Siria, que previamente había exigido su permiso para lanzar ataques en su territorio contra los yihadistas, manifestó ayer el respaldo a “los esfuerzos internacionales” para acabar con el terrorismo.
El mandatario Bashar al-Asad advirtió de que el éxito contra el EI no debe depender solo de la acción armada, sino del compromiso de respetar resoluciones internacionales para detener cualquier tipo de apoyo al terrorismo.
Horas antes de iniciar los bombardeos, Estados Unidos informó de su intención a las autoridades sirias, por medio de los canales diplomáticas de Naciones Unidas, puntualizó la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.
Pero en ningún momento “coordinaron” o hubo contactos militares previos, aseveró.
Inicio exitoso. Las fuerzas militares estadounidenses llevaron el peso de los ataques, en tres oleadas: la primera con el lanzamiento de misiles guiados desde aguas internacionales contra el grupo Khorasan (veteranos de al-Qaeda) y las dos siguientes con cazas, bombarderos y drones contra instalaciones del Estado Islámico.
Los golpes apuntaron a sitios de entrenamiento, centros de comando, bases, depósitos y vehículos armados en las regiones de Raka (norte), epicentro del poder del EI; Deir Ezzor (noreste), Hassaka (noreste) y Bukamal (norte).
El director de operaciones del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, teniente general William Mayville, indicó que el Pentágono aún evalúa los resultados de los ataques, pero confió en que “fueron contenidos, exitosos y con mínimos daños colaterales (a los no combatientes)”.
Mayville agregó que el grupo Khorasan se encontraba “en las fases finales para ejecutar grandes ataques contra objetivos occidentales y potencialmente en territorio estadounidense”.
Según analistas de inteligencia, la hasta ahora poco conocida célula de veteranos de al-Qaeda ha aprovechado la guerra en Siria para reclutar yihadistas occidentales con el fin de usar sus pasaportes y entrar así más fácilmente a Europa y Estados Unidos.
En este sentido, el jefe antiterrorista de la Unión Europea (UE), Gilles de Kerchove, reveló que la cantidad de europeos que partieron a combatir a Siria o Irak ascendió a 3.000 cuando hace apenas unos meses eran 2.000.