Washington. El optimismo de las últimas semanas al parecer se disipó: Estados Unidos vuelve a plantear abiertamente la posibilidad de un fracaso en las negociaciones para salvar el acuerdo nuclear con Irán, al punto que amenazó a Teherán con recurrir a un plan B con lineamientos aún vagos.
“Un acuerdo de este tipo no es inminente, ni hay total certidumbre, y es por eso que durante buena parte del año nos hemos preparado para todas las hipótesis y para todos los escenarios”, dijo este martes el portavoz de la diplomacia estadounidense, Ned Price.
“Hemos discutido largamente las alternativas con nuestros aliados” en el Medio Oriente y con “nuestros aliados europeos” por lo que “estamos bastante preparados”, advirtió, sin precisar los detalles de un plan de contingencia.
“El balón está en la cancha de Teherán, a ellos corresponde tomar las decisiones que pueden considerarse difíciles”, declaró Price desde inicios de marzo, cuando parecía inminente un compromiso entre las mayores potencias e Irán para resucitar el acuerdo nuclear de 2015 que impediría a Irán adquirir la bomba atómica.
Ese pacto permitió levantar las sanciones económicas internacionales contra Teherán a cambio de restricciones a sus actividades nucleares.
Pero en 2018, el entonces presidente Donald Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo, al considerarlo blando.
Como respuesta, Teherán dejó de cumplir los límites a su programa atómico.
Desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca el año pasado, se pusieron en marcha negociaciones para salvar el acuerdo y levantar las sanciones estadounidenses a cambio de un regreso iraní a los pilares del texto.
“Todos los escenarios”
Según una fuente cercana al tema, Teherán exige la eliminación de la Guardia Revolucionaria -el ejército ideológico de la República Islámica de Irán- de la lista negra estadounidense de “organizaciones terroristas extranjeras”, siendo esto uno de los obstáculos clave para cerrar el compromiso.
Ferviente partidario de una solución negociada, el senador demócrata Chris Murphy dijo que mantener a los “Guardianes” en la lista negra “no tiene consecuencias prácticas”, lo que sugiere que Washington puede permitirse esa concesión.
Pero la derecha estadounidense e Israel, hostiles al acuerdo de 2015 y también a su reactivación, convirtieron esa condición en una línea roja.
A fines de 2021, cuando las conversaciones lucían (ya) estancadas, Estados Unidos comenzó nuevamente a blandir la amenaza de opciones “alternativas”
“El presidente Biden prometió que mientras él esté en el poder, no se le permitirá a Irán poseer un arma nuclear”, “sea con acuerdo o sin acuerdo”, insistía el lunes Ned Price.
“Por eso durante buena parte del año nos preparamos para todas las hipótesis, para todos los escenarios”, incluido el del fin del acuerdo de 2015, agregó el martes, y aseguró que esa posibilidad se discutió con los aliados de Washington en Medio Oriente y Europa.
Price, sin embargo, no precisó los detalles de un eventual plan de contingencia.
En otoño, el secretario de Estado Antony Blinken advirtió que Estados Unidos consideraba “todas las opciones” en caso de un fracaso diplomático, sin descartar el uso de la fuerza.