Bagdad AFP, EFE, redacción Con unas fuerzas armadas que huyen frente al enemigo, un líder espiritual que llama a la guerra santa y decenas de miles de refugiados internos, Irak se hunde con rapidez en el caos.
La aguda crisis que vive el país se acerca aún más hacia un conflicto sectario abierto, tras el llamado hecho por la máxima autoridad chiita del país, el ayatolá Ali al Sistani, a la yihad contra los insurgentes sunitas.
Después de que el primer ministro, Nuri al Maliki , instase esta semana a la movilización de los civiles, la arenga de Al Sistani, quien encarna la conciencia moral de la comunidad chiita, corre el riesgo de abrir una nueva brecha entre las comunidades.
“ Los ciudadanos que puedan tomar las armas para luchar contra los terroristas deben presentarse como voluntarios en el Ejército para realizar este objetivo sagrado”, dijo, en nombre del ayatolá, su representante Abdelmahdi al Karbalai en el sermón de viernes.
Las tensiones entre sunitas y chiitas, soterradas bajo la dictadura de Sadam Husein (1979-2003), estallaron en los años posteriores a la ocupación, alcanzando el paroxismo tras el estallido de una bomba en 2005 en el minarete de la gran mezquita de Samarra, uno de los templos más sagrados del chiismo.
El baño de sangre de aquellos años vuelve ahora a la memoria de los iraquíes ante el avance del grupo yihadista sunita Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), con combatientes también en Siria.
Ayuda si, pero... Frente a una crisis que preocupa enormemente a Occidente, el presidente Barack Obama dijo ayer que examina todas las opciones, menos el envío de tropas, para ayudar a Irak.
“No enviaremos tropas estadounidenses nuevamente a combatir en Irak, pero pedí a mi equipo de seguridad nacional que prepare una gama de opciones que puedan ayudar a las fuerzas de seguridad iraquíes”, dijo Obama.
El gobierno de al Maliki pidió a Estados Unidos ayuda militar para oponerse al apabullante avance del EIIL.
Obama dijo al gobierno de Bagdad que fue el responsable del desastre al fracasar a la hora de evitar la división entre sunitas y chiitas.
“Estados Unidos no se involucrará en acciones militares cuando no existe un plan político de las autoridades iraquíes que nos dé garantías de que están preparados para trabajar juntos”, dijo el presidente.
Unas 40.000 personas han huido de los combates en Tikrit y Samarra, indicó la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) , que prevé una “prolongada crisis humanitaria” en Irak.
Desde el 10 de junio, los combatientes del EIIL lograron tomar Mosul y su provincia de Nínive, así como otras regiones, aprovechando la desbandada de las fuerzas de seguridad.
Los yihadistas avanzaban ayer desde tres puntos hacia Bagdad tras hacerse fuertes en los territorios conquistados en el norte, prosiguiendo una ofensiva fulgurante salpicada de ejecuciones sumarias, según la ONU.
Al Maliki aseguró que las tropas están listas para combatir. Fuentes parlamentarias dijeron que el Ejército se prepara para lanzar una guerra de guerrillas y retomar el control de Mosul.