Moscú. Testigos de la tensión entre Rusia y los países occidentales, desconocida desde el fin de la Guerra Fría, los países del antiguo bloque comunista mantienen posiciones firmes y advierten de los riesgos de hacer concesiones ante Moscú.
La retórica francesa sobre las preocupaciones “legítimas” de Rusia, sumada a los estrechos vínculos energéticos de Alemania y Rusia han hecho que países como Polonia y los Estados bálticos desconfíen de la diplomacia de las grandes potencias.
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“Polonia tiene la posición más decidida y firme frente ante lo que hace Rusia”, afirmó esta semana a la televisión estatal Pawel Soloch, jefe de la Oficina de Seguridad Nacional polaca. Soloch se expresó así tras la reunión del martes en Berlín de los líderes de Francia, Alemania y Polonia, que se centró en la tensión con Rusia, cuya acumulación de tropas en la frontera ucraniana despertó el temor a una guerra a las puertas de Europa.
El presidente polaco, Andrzej Duda, insiste en la necesidad que los países occidentales muestren una posición unida. “Debemos de demostrar que es imposible dividirnos”, declaró en Berlín. El miércoles, la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, corroboró este punto de vista: “No vamos a poner en entredicho los principios fundamentales, incluido el derecho de cada nación a elegir su propio camino... Debemos mantenernos firmes y unidos”.
Rusia pide que se prohíba permanentemente el ingreso de Ucrania en la OTAN y quiere que la Alianza reduzca su presencia militar en los países excomunistas.
‘Recuerdos y percepción de la amenaza’
Según Marcin Zaborowski, experto político de Varsovia, “no es ningún secreto que Polonia adopta un enfoque de la crisis ucraniana diferente del que tienen Alemania y Francia. “Polonia es el mayor apoyo de Ucrania en Europa. Tenemos la frontera más larga con ese país, la diáspora más grande”, analizó el director político del centro de reflexión Globsec.
“Si Ucrania cayera definitivamente en la esfera de influencia rusa, eso tendría consecuencias negativas directas para la seguridad de Polonia”, señaló Zaborowski. Lo mismo ocurre para los países bálticos que, según él, parecen aún más beligerantes y han suministrado armas a Ucrania, incluso antes que Polonia.
Como antiguas repúblicas soviéticas, los países bálticos temen quedar también en el punto de mira de Rusia. “Todos los países de Europa Central y Oriental han sufrido la ocupación rusa, que durante mucho tiempo les impidió entrar en la UE”, manifestó Wojciech Przybylski, redactor jefe del grupo de análisis Visegrad Insight.
La ‘unidad prevalece’
El presidente ruso, Vladimir Putin, es consciente de la situación delicada de esos países, aunque niega que su preocupación esté justificada. “Los Estados bálticos y otros países vecinos supuestamente no se sienten seguros. ¿Por qué? No está claro”, expresó esta semana durante una rueda de prensa con su homólogo francés, Emmanuel Macron.
“En cualquier caso, lo están utilizando como pretexto para construir una política hostil hacia Rusia”, insistió, señalando el hecho de que estos países están suministrando armas modernas a Ucrania. Según Przybylski, Europa Central está mostrando una importante “determinación en su apoyo directo a Ucrania”.
Según el experto, a pesar del deseo de Putin de ver a Europa dividida, “la unidad prevalece” y no hay ninguna sensación de que Francia y Alemania quieran pasar por alto los intereses de los países del centro de Europa.
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