Bogotá. Un grupo de exintegrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), entre ellos varios excomandantes, anunció el jueves que decidió volver a las armas tras acusar al gobierno de no garantizar sus derechos políticos luego de la firma del histórico acuerdo de paz en el 2016.
En tanto, el presidente Iván Duque ofreció una recompensa de casi un millón de dólares por información que lleve a la captura de los rebeldes.
En un video publicado antes del amanecer, el exjefe negociador rebelde Iván Márquez --cuyo nombre real es Luciano Marín-- apareció junto a un grupo de unos 20 guerrilleros fuertemente armados y condenó a Duque y a sus partidarios por quedarse de brazos cruzados mientras --aseguró-- cientos de activistas izquierdistas y más de 150 exrebeldes fueron asesinados desde el acuerdo de paz que pretendía poner fin a medio siglo de lucha armada en el país suramericano.
“Cuando firmamos el acuerdo de La Habana lo hicimos con la convicción de que era posible cambiar la vida de los humildes y los desposeídos, pero el Estado no ha cumplido ni con la más importante de sus obligaciones, que es garantizar la vida de sus ciudadanos y particularmente evitar el asesinato por razones políticas”, dijo.
La decisión del excomandante de volver a la guerra complica el panorama de seguridad en Colombia, donde varios grupos armados han incrementado sus operaciones y se disputan rutas de narcotráfico y otros recursos ilegales abandonados por las FARC tras la firma del acuerdo de paz.
También incrementa tensiones entre Colombia y Venezuela, pues el gobierno de Duque acusa al presidente venezolano, Nicolás Maduro, de brindar protección a Márquez y sus camaradas.
“Los colombianos debemos tener claridad de que no estamos ante el nacimiento de una nueva guerrilla, sino frente a las amenazas criminales de una banda de narcoterroristas que cuenta con el albergue y el apoyo de la dictadura de Nicolás Maduro,” expresó Duque desde Bogotá tras enterase del video.
El mandatario pidió a la Fiscalía que emita una orden de captura en contra de Márquez, quien hasta el momento goza de beneficios jurídicos otorgados por el acuerdo de paz.
En su alocución, Márquez acusó a Duque de entrometerse indebidamente en los asuntos internos de Venezuela. Según el exnegociador de las FARC, “la gran mayoría” de los colombianos se distancia de la absurda idea de ser lacayos de Washington “en una guerra injusta” contra el país suramericano.
Márquez estaba acompañado en el video por Seuxis Hernández, mejor conocido como Jesús Santrich, un exlider de las FARC que lo acompañó en los diálogos de paz y abandonó el proceso después de que Estados Unidos solicitó su arresto por acusaciones de narcotráfico.
Los exlíderes de las FARC aseguraron que se encuentran en Guainía, un departamento selvático al oriente de Colombia que limita con Venezuela, pero fuentes de inteligencia colombiana aseguraron al diario El Tiempo de Bogotá que el video habría sido grabado del lado venezolano de la frontera.
Alianza con el ELN
En el anuncio de su rearme, Márquez también se dirigió al Ejército de Liberación Nacional (ELN), un grupo guerrillero que no ha hecho paz con el gobierno de Colombia y aún opera en algunas zonas remotas del país.
Según Márquez, estaría dispuesto a concretar una alianza con esa guerrilla de corte comunista, que anteriormente competía con las FARC por territorio y negocios ilegales. “Buscaremos coordinar esfuerzos con la guerrilla del ELN y con aquellos compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas”, aseguró.
La decisión de rearmarse también expone las crecientes divisiones dentro del movimiento de las FARC, donde algunos excomandantes han perdido la fe en el proceso de paz y ponderan un posible regreso a la vida armada.
En el video publicado el jueves, Márquez también estaba acompañado por Henry Castellanos Garzón alias Romaña, y Hernán Darío Velásquez alias el Paisa, dos temidos excomandantes con amplio reconocimiento entre los integrantes del exgrupo guerrillero.
Rechazo y censura
Sin embargo, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, quien fue el máximo comandante militar de la antigua guerrilla y ahora dirige el partido político Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), se distanció de sus antiguos compañeros, con quienes tuvo tensas relaciones en el último año.
En una entrevista con Blu Radio pidió disculpas a sus compatriotas y a la comunidad internacional, y sostuvo que la gran mayoría de los exrebeldes siguen comprometidos con el proceso de paz.
“Yo tengo los sentimientos encontrados”, manifestó. “Primero, es una desafortunada noticia, pero a la vez también coloca las cosas en su sitio. Se acaba esa ambigüedad porque estábamos en una situación muy compleja desde hace rato”.
“La gran mayoría de la gente que se ha mantenido dentro del proceso se sigue manteniendo porque cree en él, está convencida, tiene preocupaciones, pero ese mensaje sí puede calar en algunos compañeros que están indecisos, puede hacernos algún daño”, agregó.
El alto comisionado de paz, Miguel Ceballos, declaró en diálogo telefónico con la radio local RCN que percibía el anuncio como “una noticia triste para aquellos que genuinamente quieren seguir en la implementación de los acuerdos de paz”.
Ceballos señaló que los grupos disidentes de las FARC tienen aproximadamente 2.500 miembros, que incluyen excombatientes desilusionados con el proceso de paz, así como nuevos reclutas.
El expresidente Juan Manuel Santos, quien rubricó los acuerdos de paz, tuiteó: “El 90% de las FARC sigue en el proceso de paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con toda contundencia. La batalla por la paz no se detiene!”.
El 90% de las Farc sigue en el proceso de paz. Hay que seguirles cumpliendo. A los desertores hay que reprimirlos con toda contundencia. La batalla por la paz no se detiene!
— Juan Manuel Santos (@JuanManSantos) August 29, 2019
Entre los opositores a lo pactado, el exmandatario y senador Álvaro Uribe (2002-2010) alzó la voz más fuerte:
“El pais (sic) tiene que ser consciente que proceso de paz no hubo, sino el indulto para algunos responsables de delitos atroces a un alto costo institucional”, escribió en Twitter.
Unos 7.000 combatientes rebeldes entregaron sus armas a observadores de Naciones Unidas como parte del acuerdo negociado con el apoyo de Estados Unidos, Cuba y Noruega, y según el gobierno de Colombia, 90% de los excombatientes aún están cumpliendo con los acuerdos.
El jueves, Naciones Unidas instó al gobierno colombiano y a las FARC a “redoblar” esfuerzos para cumplir los acuerdos, que incluyen la puesta en marcha de proyectos productivos para excombatientes y garantías para su participación en política entre otros temas.
Asuntos espinoso
Uno de los puntos más controversiales del acuerdo ha sido la implementación de un tribunal especial conocido como la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), que ofrece sentencias reducidas para excombatientes que cuenten la verdad sobre crímenes de guerra y tomen pasos para reparar a las víctimas. La mayoría de los exrebeldes que colaboran con la JEP no tendrán que pasar tiempo en la cárcel.
Duque ha buscado limitar las acciones de este tribunal durante su mandato argumentando que facilita la impunidad, pero políticos de centro-izquierda han argumentado que la JEP debe seguir funcionando para dar garantías a excombatientes y cumplir con el espíritu de los acuerdos.
El jueves, la magistrada Patricia Linares, titular de la JEP, anunció que comenzará un trámite para despojar a Márquez y los demás exinsurgentes que aparecen en su video de sus beneficios jurídicos.
Por ello, en caso de ser capturados, Márquez y sus seguidores estarían sujetos a la Justicia ordinaria.
“La decisión equivocada de un grupo de personas que traicionaron sus compromisos con la paz, con Colombia y con el mundo, no puede ser suficiente para truncar un anhelo en el que confluyen las voluntades de todos los colombianos”, argumentó Linares.