Manila
La relatora especial de la ONU para las ejecuciones extrajudiciales condenó este viernes el uso de la violencia para combatir al narcotráfico en una visita no oficial a Filipinas, que ofuscó al presidente Rodrigo Duterte.
Agnès Callamard quería viajar a Filipinas desde el año pasado para investigar la controvertida "guerra contra las drogas" de Duterte.
En una presentación en la universidad estatal de Manila, Callamard advirtió sobre el uso de la violencia para combatir las drogas ilegales y señaló que monitorea de cerca la situación en Filipinas.
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"La 'guerra contra las drogas' no funciona", dijo.
"Escuché los testimonios de los familiares de las víctimas, vi el valiente trabajo de los actores de la sociedad civil, abogados, defensores de los derechos humanos, universitarios, senadores", dijo.
"Escuché debates entre los políticos, explicaciones de responsables del gobierno, y por supuesto vi las grabaciones de policías y militares, y todos dicen que hay otras soluciones, mejores soluciones", añadió.
La visita de Callamard, que no fue anunciada ni organizada por las vías habituales, tomó por sorpresa al gobierno filipino que afirmó que enviaría una protesta a la ONU.
"Al no contactar previamente a nuestro gobierno envió una clara señal de que no está interesada en tener una perspectiva objetiva sobre los temas que son de su responsabilidad", declaró en un comunicado Ernesto Abella, portavoz de Duterte.
Pero Callamard insistió en que informó a Manila sobre su viaje.
El gobierno respondió "acusando recibo de mi carta y reaccionando a la información sobre mi futuro viaje académico", dijo la abogada en un comunicado.
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Duterte invitó el año pasado a Callamard a viajar a Filipinas para investigar, pero fijó condiciones estrictas que la relatora de la ONU no aceptó.
Este viernes dijo a los periodistas que no viajó a Filipinas para hacer una investigación para la ONU, sino para participar, de manera privada, en un foro académico.
No obstante, la abogada se reunió con varios responsables de la sociedad civil y abogados.
La ONU subrayó este viernes que como relatora especial sobre las ejecuciones extrajudiciales, arbitrarias y sumarias, Callamard es un consultor 'ad honorem', y no un empleado de la organización internacional.
Duterte ganó las elecciones el año pasado con la promesa de erradicar el tráfico de drogas y de acabar con decenas de miles de presuntos delincuentes.
Desde entonces, la policía anunció que mató a 2.692 personas en operaciones antidrogas.
Y afirma que grupos no identificados mataron a otras 1.847 personas en incidentes vinculados a las drogas, mientras que 5.691 fallecimientos violentos son objeto de investigación.
El gobierno dijo que 35 oficiales de policía y tres soldados han muerto en operaciones antidroga.
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En un informe sobre la guerra contra la droga publicado en febrero, Amnistía Internacional (AI) acusó a la policía del país de disparar contra gente desarmada, pagar asesinos a sueldo para matar drogadictos y robar a aquellos que mataron.
Duterte llamó en el pasado a matar a los drogadictos y a los traficantes y prometió indultar a los policías, si se los condena por asesinato en el marco de la guerra contra las drogas. Pero Duterte insiste en que no alentó a la policía a quebrantar la ley.
El lunes, Filipinas debe defender su posición en la lucha contra las drogas en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
La audiencia en Ginebra es parte del proceso regular al que están sujetos todos los países.