Kabul. Decenas de personas fallecieron por un doble atentado suicida este jueves reivindicado por el grupo Estado Islámico en el aeropuerto de Kabul, de donde ya fueron evacuadas más de 100.000 personas tras la llegada al poder de los talibanes.
El Pentágono aseguró que 13 soldados estadounidenses fallecieron en el ataque y 18 resultaron heridos. Por su lado, los talibanes informaron de entre 13 y 20 fallecidos y 52 heridos, aunque algunas fuentes apuntan a un balance más elevado.
Visiblemente emocionado, el presidente estadounidense Joe Biden prometió “perseguir” a los autores de estos atentados y calificó de “héroes” a los soldados fallecidos.
El grupo yihadista Estado Islámico reivindicó el ataque, que agrava la dramática situación en el aeropuerto de Kabul, inmerso en una operación de evacuación a contrarreloj para sacar del país a miles de extranjeros y afganos bajo protección occidental.
El 31 de agosto, plazo máximo de retirada de las tropas estadounidenses, debe terminar esta operación que, según indicó Estados Unidos después del ataque, permitió evacuar a más de 100.000 personas. No obstante, con la fecha límite acercándose, algunos países europeos ya anunciaron que finalizaban sus vuelos de repatriación.
Con su mandato duramente cuestionado por la caótica salida de Afganistán, un conmovido Joe Biden compareció en un discurso televisado después del ataque, que supuso el mayor número de bajas estadounidenses en un solo día en el país desde el 2011.
“No perdonaremos. No olvidaremos. Los perseguiremos y los haremos pagar”, manifestó Biden, quien aseguró que la operación de evacuación seguirá en marcha en el aeropuerto.
Confirmación de temores
Las dos explosiones confirmaron los temores de un posible ataque terrorista emitidos durante la jornada por las potencias occidentales, que habían recomendado a sus ciudadanos alejarse del aeropuerto.
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Más tarde, una tercera explosión sacudió Kabul en la madrugada de este viernes. El vocero talibán Zabihullah Mujahid aseguró que se trataba de una explosión controlada de tropas estadounidenses que destruían equipo en el aeropuerto, algo que no pudo ser confirmado independientemente.
Los talibanes, a través de su vocero Mujahid, condenaron “firmemente” el ataque, pero señalaron que “tuvo lugar en una zona donde las fuerzas estadounidenses son responsables de la seguridad”.
La amenaza del EI
La amenaza de un ataque terrorista era omnipresente porque grupos yihadistas como el EI son rivales de los talibanes, que por su parte exigían a los occidentales acabar cuanto antes con las operaciones de evacuación y abandonar el país, su objetivo durante 20 años de guerra.
Sunitas radicales como los talibanes, pero a la vez rivales de estos, los miembros del EI han masacrado a civiles en mezquitas, santuarios, plazas y hasta hospitales, y han tomado como blanco a musulmanes de facciones que considera herejes.
Cuando Estados Unidos y los talibanes cerraron en el 2020 el acuerdo que trazaba las líneas de la retirada de las tropas extranjeras, el EI los acusó de abandonar la causa yihadista.
Condena internacional
Los ataques desencadenaron mensajes de condena internacionales.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó el jueves a una reunión de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad para discutir sobre la caótica situación en Afganistán tras el atentado en Kabul, informaron diplomáticos.
Guterres envió cartas para invitar formalmente a Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China a reunirse el lunes, dijeron los diplomáticos. Un vocero de Guterres confirmó la reunión.
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La canciller alemana Angela Merkel denunció el atentado como “absolutamente despreciable”.
“Nuestra prioridad sigue siendo evacuar a la mayor cantidad de personas a un lugar seguro lo más rápido posible”, explicó por su parte el secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg.
El presidente iraní, Ebrahim Raisi, pidió cooperación internacional, en particular junto a Pakistán, para promover “seguridad y calma” en Afganistán, un país devastado por décadas de violencia ininterrumpida.
Varios países habían solicitado en vano aplazar la retirada de Afganistán hasta terminar la evacuación de todos los extranjeros y afganos bajo su protección.
Sin embargo, el gobierno estadounidense quería repatriar a todo su dispositivo militar que está protegiendo el aeropuerto.