Lima. AFP. Keiko Fujimori encabezaba el domingo la votación de los comicios presidenciales de Perú, seguida de Pedro Pablo Kuczynski en el segundo lugar, con el 20% de las actas escrutadas, anunció la oficina electoral, resultado que proyecta la posibilidad de un balotaje entre ambos el 5 de junio
Fujimori, de Fuerza Popular (derecha), obtenía 38,04% frente a Kuczynski, de Peruanos Por el Kambio (centroderecha) con 25,48%, mientras que Verónika Mendoza, del Frente Amplio (izquierda), se alejaba con un 16,22%, cuando se habían escrutado 15.511 actas nacionales.
En el Congreso unicameral (130 escaños), el partido de Fujimori se perfilaba como la principal fuerza, con una estimación de 65 bancas, seguida por 28 de Kuzcynski y los 20 del partido de Mendoza.
El pase de Keiko al balotaje fue ampliamente celebrado por fieles militantes en las afueras de su local de concentración en un hotel de la capital.
La ganadora de la primera vuelta fue recibida por sus seguidores con gritos enfervorizados de “Keiko presidenta, Keiko presidenta”, mientras agitaban banderas naranjas, color elegido por el padre de la aspirante, el hoy preso expresidente Alberto Fujimori, cuando creó su movimiento hace 26 años.
“Esos millones de peruanos que han confiado en el plan Perú –como denomina su programa de gobierno– obviamente están pidiendo un cambio. Esta es una gran responsabilidad que vamos a honrar”, aseguró.
Necesidad de conciliación. Keiko Fujimori de inmediato dejó en claro que necesitará conciliar para gobernar Perú.
“Este mapa que se ha dibujado nos muestra claramente que el Perú quiere la reconciliación, que no quiere más pelea (...) Tenemos que volver a pisar el acelerador del crecimiento para que llegue sobre todo a las poblaciones más alejadas”, dijo.
Temprano, su hermano Kenji, menor del clan Fujimori, había admitido que, de ganar la Presidencia, no podrán gobernar si no forjan alianzas.
En momentos en que Perú lamenta la muerte de siete personas tras un ataque de remanentes de la guerrilla Sendero Luminoso a un convoy militar en la selva central del país, en la víspera de los comicios, Keiko Fujimori aprovechó para recordar que ella podría combatirlos, como lo hizo su padre, que los diezmó.
“De llegar a ser gobierno vamos a devolver esa paz y tranquilidad que ayer se vio interrumpida (...) Lamentar también que este gobierno haya permitido que la delincuencia avance en las calles y que Sendero siga quitando la vida y derramando sangre en el país”, agregó.
Su padre fue presidente entre 1990 y el 2000, y hoy purga una pena de cárcel por corrupción y crímenes de lesa humanidad.
Keiko Fujimori había liderado, con un tercio de las preferencias de voto, los sondeos previos a los comicios , en los que había 10 candidatos en liza.
Otra elección. Pero los especialistas coinciden en que la segunda vuelta significa comenzar de cero. De acuerdo con las estimaciones, en caso de que se enfrente con Kuczynski –popularmente conocido como PPK– este tendría más posibilidades de ganarle a la hija de Fujimori que Verónika Mendoza, quien también se perfiló como favorita.
PPK, economista, concertista de flauta y primo del cineasta Jean Luc-Godard, tomó con calma las estimaciones, pero una amplia y distendida sonrisa evidenciaba su alegría.
“Quiero agradecer a todos los que votaron por mí o por otros. Vamos a trabajar, trabajar y trabajar”, dijo cuando ya el conteo rápido de las encuestadoras lo daba en el segundo puesto.
Keiko Fujimori perdió en la segunda vuelta en las anteriores elecciones cuando el vencedor fue el presidente saliente, Ollanta Humala.
En los últimos días hubo una campaña feroz contra la candidata de izquierda, una joven congresista que se metió sorpresivamente en la quiniela de los presidenciables con un mensaje fresco en el que preconiza un mayor papel del Estado.
Recaba su apoyo, sobre todo, en las zonas rurales y el sector menos favorecido de la sociedad, mientras que a Kuczynski lo apoyan las clases media-altas de Lima y Arequipa.
En un país con una economía boyante en la última década, pese a la desaceleración de los tres últimos años, que ha reducido a la mitad su crecimiento (en torno al 3%), “el hartazgo no está tanto del lado económico, sino del político, por la corrupción”, expresó Luis Benavente, director de la encuestadora Vox Populi.
Además de la corrupción, la inseguridad es otra de las grandes preocupaciones de los peruanos.
Unos 50.000 policías y militares fueron desplegados para garantizar la seguridad de la elección.