Managua. El gobierno de Nicaragua denunció este jueves que los actos violentos que dejaron al menos 11 muertos el miércoles corresponden a “una conspiración” opositora y rechazó responsabilidad por los crímenes cometidos desde que estallaron las protestas en abril.
Un comunicado de la Presidencia señaló que esos actos obedecen a grupos de oposición con “agendas políticas específicas” que buscan “aterrorizar” a la población, lo que calificó como “una conspiración” que pretende destruir la seguridad y la vida en el país.
Al menos 11 muertos y 79 heridos fue el saldo de ataques de grupos de choque y fuerzas policiales a ciudadanos que se manifestaban este miércoles pidiendo justicia y democracia en Managua y otras ciudades, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
“No existen fuerzas de choque ni grupos paramilitares afines al gobierno, por lo que no podemos aceptar que se nos pretenda acusar de acontecimientos dolorosos y trágicos que no hemos provocado, que jamás provocaremos”, según el texto del gobierno del presidente Daniel Ortega.
Las acusaciones que señalan al gobierno como responsable de esos actos “son una provocación demencial” de esos grupos que denuncian “ataques inexistentes” para producir víctimas y culpar a la Policía, añadió el comunicado.
Esas “campañas difamatorias y calumnias (...) han pretendido entregar el país a la delincuencia y crimen organizado” para destruir la imagen del país, señaló.
El gobierno de Ortega condenó los crímenes cometidos desde el 18 de abril y rechazó “cualquier responsabilidad en esa violencia”, y se comprometió a “evitar más derramamiento de sangre y enfrentamientos fratricidas”.
#Nicaragua: la represión no cede ni siquiera el Día de la Madre. pic.twitter.com/hl28f9KmJR
— DW Español (@dw_espanol) May 31, 2018
El presidente nicaragüense “rechaza toda esta conspiración delincuencial” y reafirmó que el camino a la paz es el diálogo, por lo que instó a los obispos católicos a que llamen “a la calma y cese de toda violencia”, concluye el pronunciamiento oficial.
La Conferencia Episcopal, mediadora del diálogo entre el gobierno y la oposición, anunció que no reanudará las conversaciones en busca de una salida a la crisis que atraviesa el país mientras “el pueblo siga siendo reprimido y asesinado”.