Jerusalén. Israel prometió el miércoles eliminar al nuevo líder de Hamás, Yahya Sinwar, a quien acusa de ser uno de los cerebros del ataque del 7 de octubre que desató la guerra en Gaza. Sinwar fue nombrado tras el asesinato en Irán de su predecesor, lo que avivó las tensiones en Medio Oriente.
El ataque con explosivos en el que murió Ismail Haniyeh no fue reivindicado, pero Irán y Hamás, en el poder en Gaza, lo imputaron a Israel y prometieron venganza.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó que su país está “determinado” a defenderse y preparado “tanto defensiva como ofensivamente”. El jefe del ejército israelí, general Herzi Halevi, prometió “encontrar” y eliminar a Sinwar, nombrado el martes como nuevo líder del movimiento islamista palestino.
“Nos esforzaremos para encontrarlo, atacarlo y que sea reemplazado como jefe del comité político” de Hamás, dijo Halevi. Israel acusa a Sinwar, de 61 años, de ser uno de los cerebros del ataque lanzado el 7 de octubre por Hamás en territorio israelí, que desencadenó la guerra en Gaza. Sinwar no aparece en público desde ese día.
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Un alto mando de Hamás afirmó a esta agencia que la elección de Sinwar envía un mensaje de que el movimiento “sigue el camino de la resistencia”.
Horas antes del asesinato de Haniyeh, un bombardeo reivindicado por Israel mató en un suburbio de Beirut a Fuad Shukr, comandante militar de Hezbolá, aliado de Hamás y respaldado por Irán. Los dos ataques intensificaron las tensiones en la región y amenazan con extender el conflicto de Gaza, que dejó casi 40.000 muertos en el estrecho territorio palestino, de 2,4 millones de habitantes.
Hezbolá e Irán prometieron represalias. Hasán Nasrallah, jefe del movimiento armado libanés, declaró que están “obligados a tomar represalias”. Hezbolá felicitó a Sinwar y afirmó que su nombramiento reafirma que “el enemigo no ha logrado sus objetivos”.
Comunidad internacional trabaja para negociaciones
La Organización para la Cooperación Islámica (OCI), integrada por 57 países, consideró a Israel “enteramente responsable” del asesinato de Haniyeh, durante una reunión en Arabia Saudita. Mamadou Tangara, ministro de Relaciones Exteriores de Gambia, cuyo país preside la organización, declaró que el “atroz” asesinato de Haniyeh agrava “las tensiones y conduce a que el conflicto adquiera mayores dimensiones e implique a toda la región”.
Ante el riesgo de una extensión de la guerra, la comunidad internacional trabaja contrarreloj para calmar la situación y relanzar las negociaciones con vistas a un alto el fuego y la liberación de los rehenes retenidos en Gaza por Hamás. Los contactos diplomáticos se multiplican, especialmente entre los países mediadores en el conflicto en Gaza: Estados Unidos, Catar y Egipto.
Antony Blinken, jefe de la diplomacia de Estados Unidos, principal aliado de Israel, pidió a Irán e Israel que eviten una “escalada” militar. Masud Pazeshkian, presidente iraní, pidió a los países occidentales dejar de apoyar a Israel para “evitar” una guerra regional.
El nombramiento de Sinwar sembró dudas sobre la perspectiva de una tregua en Gaza, aunque Estados Unidos consideró que esta está “más cerca que nunca”. “Hay una buena propuesta para las dos partes y ambas deben aceptarlas para que podamos ponerlas en marcha”, dijo John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos.
En la Franja de Gaza, muchos habitantes se muestran pesimistas. Sinwar, que pasó 23 años en las cárceles israelíes y perteneció al brazo armado de Hamás, “es un combatiente ¿cómo podrán desarrollarse las negociaciones?”, declaró a esta agencia Mohamed al Sharif.
Otros gazatíes creen que las discusiones sobre un alto el fuego podrían cobrar impulso con Sinwar, quien supuestamente vive en el territorio palestino, a diferencia de Haniyeh, que residía en Catar. “Espero que esto acelere el final de la guerra, ya que Sinwar vive en la Franja de Gaza, entre la población asediada”, afirmó Hani al Qani.
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La guerra estalló el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a 1.198 personas, en su mayoría civiles, en el sur de Israel, según un balance basado en datos oficiales israelíes. Entre los muertos había más de 300 militares. También tomaron 251 rehenes, de los cuales 111 siguen secuestrados en Gaza aunque 39 de ellos habrían muerto, según el ejército israelí.
La ofensiva israelí en Gaza dejó hasta ahora 39.677 muertos, según el Ministerio de Salud de este territorio gobernado por Hamás desde 2007, que no detalla el número de civiles y combatientes muertos.
Israel lleva casi una semana en alerta a la espera de la prometida respuesta de Irán y sus aliados. También hay fuertes temores a una escalada en Líbano, donde desde el inicio de la guerra, Hezbolá intercambia disparos casi diarios con el ejército israelí a lo largo de la frontera entre ambos países.
Una fuente de seguridad libanesa informó sobre dos muertos, entre ellos un civil y un miembro de Hezbolá, en un ataque israelí en la región de Jwaya, en el sur de Líbano. El ejército israelí indicó que había eliminado a un “terrorista” en este sector. Hezbolá señaló que en respuesta había lanzado cohetes hacia el norte de Israel.
En este contexto, varios países pidieron a sus ciudadanos que abandonaran Líbano y algunas aerolíneas suspendieron sus vuelos a Beirut.