Han pasado seis meses desde que el 24 de febrero al amanecer, el presidente ruso Vladímir Putin anunció una operación militar en Ucrania para “desmilitarizar y desnazificar” el país y defender a las “repúblicas” separatistas del este, cuyas independencias había reconocido tres días antes.
Con esto, dio paso a una guerra que se ha convertido en el mayor conflicto armado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, que ya ha provocado considerables consecuencias económicas y financieras en todo el planeta debido a la prolongación de los combates, principalmente un incremento en los precios de los combustibles y los cereales.
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En un principio, Putin y las fuerzas rusas lanzaron lo que pensaban sería una operación relámpago en Ucrania, con la consigna de tomar Kiev en los primeros días de combates, pero la ofensiva se transformó en un conflicto que ha dejado una estela incalculable de destrucción y muerte a su paso.
La guerra entra, este jueves, en su séptimo mes, tras cumplir medio año de combates este 24 de agosto, día en que también se celebra la independencia de Ucrania. Luego de seis meses desde que inició el conflicto, hay pocos signos de progreso entre las partes.
¿Qué ha pasado hasta el momento? ¿Qué impacto ha generado la guerra? ¿Cuándo podría terminar el conflicto? Acá le explicamos:
¿Qué ha pasado hasta el momento?
Rusia lanzó la ofensiva en Ucrania el pasado 24 de febrero. Desde entonces, el conflicto no prosperó como esperaban las fuerzas rusas, que tenía en mente una rápida ocupación, y se enfrascó en una guerra que no vislumbra un desenlace en el futuro cercano.
Por un lado, Rusia, a quien Occidente le aplicó sanciones económicas desde el inicio de los combates, intentó rodear Kiev, la capital ucraniana, pero se topó con una feroz resistencia que le impidió hacerse con la ciudad. Moscú centró desde entonces su ofensiva en el sur y en la cuenca del Donbás, bajo control parcial de los separatistas prorrusos desde 2014.
Tras la retirada de los rusos, se descubrieron decenas de cadáveres de civiles en Bucha y otras localidades cercanas a Kiev, por lo que la Corte Penal Internacional (CPI) abrió una investigación por crímenes de guerra. De momento, la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) reporta 5.587 civiles muertos, con corte al 22 de agosto. Incluyendo 149 niñas, 175 niños y 38 menores cuyo sexo se desconoce.
También confirmaron que al menos 7.890 civiles resultaron heridos. Sin embargo, la ONU considera, sin temor a equivocarse, que las cifras reales pueden ser aún mayores, ya que algunos reportes no se han podido corroborar o del todo no hay información.
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De su lado, el Ejército de Ucrania reconoció cerca de 9.000 bajas en sus filas a la víspera de los seis meses de guerra, que coinciden con la celebración de la independencia del país europeo, aunque ese dato no ha sido corroborado de forma independiente.
Por su parte, las fuerzas rusas dieron su último reporte en marzo, cuando confirmaron la muerte de 1.351. El número real de decesos del Ejército ruso sigue siendo muy incierto, aunque en este mes el Pentágono estimó sus bajas en unos 20.000 soldados.
Las cifras de refugiados son igual de alarmantes. La ONU registra más de 6,8 millones de refugiados de Ucrania en todo Europa, según su última estimación. De ellos, más de 3,9 millones de personas se acogieron a la Protección Temporal o a esquemas nacionales de protección similares en el viejo continente.
Luego de seis meses, con los combates enfrascados en el este y sur de Ucrania, oficiales de ese país afirman que Rusia controla el 20% de su territorio, incluyendo toda la provincia de Lugansk, en el este, y la mayor parte de la ciudad de Jersón, en el sur, así como Crimea, anexionada de forma irregular en el 2014.
¿Qué impacto ha generado la guerra?
El 2022 se veía como un año de recuperación económica tras la pandemia de la covid-19, con el fin de los confinamientos en una gran mayoría de países. Sin embargo, la guerra en Ucrania dio un giro de 180 grados a esas percepciones sobre la economía mundial, amenazada de recesión y con una inflación disparada.
“Hace escasos seis meses, el panorama macroeconómico era muy diferente al de hoy. Las cosas han cambiado y no para mejor”, estimó la agencia calificadora S&P Global. De América Latina a Estados Unidos y de Europa a África, el caso es el mismo. Alimentos, gasolina, materiales y todo lo demás está más caro.
El encarecimiento es bastante notable en productos como los combustibles, el trigo, los aceites y fertilizantes. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Rusia y Ucrania representan solo 2% del Producto Interno Bruto (PIB) y del comercio mundial.
No obstante, juegan un papel determinante en el mundo, ya que son centros neurálgicos del comercio de granos, fertilizantes y energía, por lo que la guerra disparó los precios. Para aliviar un poco la crisis, Rusia y Ucrania firmaron un acuerdo con Turquía y la ONU para permitir la exportación de granos y productos agrícolas a través del Mar Negro.
En tanto, en Europa, los países de ese continente que utilizan gas ruso se preparan para un invierno complicado, ante la escasez de ese recurso proveniente de Moscú. El suministro de gas ruso se cortó en Letonia, Bulgaria, Dinamarca, Finlandia, Holanda y Polonia. En el resto de países, el flujo va secándose.
¿Cuánto puede durar el conflicto?
Los dos países han sufrido daños humanos y materiales incalculables, pero Moscú y Kiev parecen decididos a pagar el coste de una larga guerra de desgaste, debido a que ninguna de las partes se ve dispuesta a un alto el fuego o a conversaciones de paz.
Los ucranianos libran lo que para ellos es una lucha por defender su nación; mientras Vladímir Putin considera el conflicto como parte de la resistencia de Rusia a la expansión de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en sus fronteras.
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El apoyo de Occidente juega un papel clave en el desenlace de los combates, pues han sido un aliado indispensable de las fuerzas ucranianas para contrarrestar los ataques rusos, pese a que no han detenido del todo su avance, lograron disminuir el avance de Rusia en el Donbás y en la costa del mar Negro.
Si el conflicto se enquista durante el invierno y el año 2023, el futuro dependerá en buena parte de ese apoyo occidental a Kiev, sujeto al impacto que el conflicto está teniendo en los hogares en forma del incremento en los precios de los productos.
El Ejército ucraniano tampoco presenta riesgos de colapso, y Zelenski ha sido claro en que no aceptará una negociación en la que pierdan los territorios ocupados, incluyendo Crimea. Si sus aliados siguen facilitando ayuda, las fuerzas de Rusia podrían erosionarse y, con el paso del tiempo, la situación podría volverse tensa contra Putin antes de las elecciones presidenciales del país, en marzo del 2024. Aunque para él, es inaceptable cualquier noción de derrota.
Con información de AFP