Hiroshima, Japón. AP. Japón conmemoró el jueves el 70.° aniversario del estallido de la bomba atómica en Hiroshima , y el alcalde de la ciudad, Kazumi Matsui, reiteró su petición al presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y a otros líderes mundiales de que redoblen los esfuerzos para crear un mundo libre de armas nucleares.
En una ceremonia en el parque de la Paz de Hiroshima, situado cerca del epicentro del ataque de 1945, decenas de miles de personas guardaron un minuto de silencio a las 8:15 a. m., la hora de la detonación. Después se liberaron docenas de palomas como símbolo de paz.
La bomba Little Boy , de Estados Unidos, que fue la primera bomba nuclear utilizada en una guerra, mató a 140.000 personas. Una segunda , Fat Man , cayó sobre Nagasaki tres días más tarde y cobró la vida de otros 70.000, llevando a la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial.
Estados Unidos alega que arrojó las bombas para evitar lo que habría sido un sangriento ataque por tierra a Japón, tras la dura batalla por las islas meridionales de Okinawa, en la que murieron 12.520 estadounidenses y unos 200.000 japoneses (cerca de la mitad, civiles).
Matsui describió las armas nucleares como “el mal absoluto y la inhumanidad definitiva”. Afirmó que deben abolirse y criticó a las potencias por conservarlas como amenaza para lograr sus intereses nacionales.
En el mundo hay todavía más de 15.000 armas nucleares, dijo.
Vean las cicatrices. El alcalde reiteró su invitación a los líderes mundiales para que, durante la cumbre del G-7, que se celebra el año que viene en Japón, visiten Hiroshima y Nagasaki y vean las cicatrices por sí mismos.
“Presidente Obama y otros gobernantes: por favor, vengan a las ciudades bombardeadas, escuchen a los sobrevivientes con sus propios oídos y descubran la realidad de las bombas atómicas”, expresó. “Sin duda, se verán inspirados para empezar a abordar un marco legal, incluida una convención sobre armas nucleares”.
El aniversario llega a un Japón dividido por la iniciativa del primer ministro, Shinzo Abe, de aprobar una impopular ley que expandió el papel internacional del Ejército un año después de que su gabinete decidió suavizar la Constitución japonesa, que renuncia a la guerra, al adoptar una nueva interpretación del texto.
“Debemos establecer un amplio marco de seguridad nacional que no dependa del uso de la fuerza, sino que se base en la confianza”, expresó Matsui. Pidió al Gobierno japonés conservar el “pacifismo de la Constitución” para liderar el esfuerzo global de la no proliferación de armas nucleares.
Abe también intervino en la ceremonia e indicó que, como único país que ha sufrido un ataque nuclear, Japón tiene el deber de presionar por la eliminación de las armas nucleares. Prometió defender la causa en conferencias internacionales que se celebrarán este mes en Hiroshima.
La edad promedio de los sobrevivientes de la bomba supera por primera vez los 80 este año, y reunir sus testimonios está considerado como una tarea urgente. En el último año murieron 5.359 hibakusha , como se conoce a los sobrevivientes, lo que eleva el total de muertos a 297.684.
A la ceremonia en Hiroshima acudieron la embajadora estadounidense, Caroline Kennedy, y representantes de más de 100 países, entre ellos Gran Bretaña, Francia y Rusia.
Little Boy cayó desde el bombardero B29 Enola Gay y destruyó el 90% de la ciudad. Una “lluvia negra” de partículas radiactivas siguió al cegador estallido y a la bola de fuego que provocó la bomba. Esa lluvia se ha relacionado con las altas tasas de cáncer y otras enfermedades vinculadas a la radiación registradas entre los sobrevivientes.