Hong Kong. El choque entre Estados Unidos y China escaló este viernes debido a una nueva ley de Pekín que según Washington y sus aliados occidentales recorta la autonomía de Hong Kong.
La situación en la excolonia británica se agrega a una larga lista de temas que enfrentan a Washington y Pekin: el origen de la covid-19, la guerra comercial, Taiwán y la minoría uigur.
"La acción del gobierno chino contra Hong Kong es la última de una serie de medidas que disminuyen el prestigioso y orgulloso estatus de la ciudad", una "tragedia" para todos, dijo el presidente estadounidense Donald Trump en los jardines de la Casa Blanca.
Pekín "no ha cumplido su palabra al mundo para garantizar la autonomía de Hong Kong", agregó.
La escalada se produjo tras el rechazo de China a abordar en el Consejo de seguridad de la ONU las "serias preocupaciones" que causa en occidente la situación en Hong Kong.
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Trump anunció el inicio del proceso para eliminar las exenciones comerciales que goza Hong Kong, pues "ya no es lo suficientemente autónomo como para justificar el tratamiento especial que le hemos otorgado al territorio".
Y agregó: "Estoy ordenando a mi administración que comience el proceso de eliminar la política que le da a Hong Kong un trato diferente y especial. Esto afectará la gama completa de acuerdos, desde nuestro tratado de extradición hasta nuestros controles de exportación de tecnologías de doble uso y más, con pocas excepciones".
El mandatario también anunció que impedirá el ingreso al país de ciudadanos chinos que representen un "riesgo" potencial para la seguridad.
"Por años, el gobierno de China ha espiado para robar nuestros secretos industriales (...) Hoy emitiré un edicto para asegurar más la vital investigación universitaria de nuestra nación y para suspender el ingreso de ciertos ciudadanos de China a quienes hemos identificado como posibles riesgos de seguridad", dijo.
Pulso en la ONU
Poco antes, Estados Unidos y Reino Unido habían urgido a China a abordar las “serias preocupaciones” sobre la autonomía de Hong Kong en una sesión del Consejo de Seguridad de la ONU convocada por ellos y rechazada por Pekín.
Occidente teme que la nueva ley china coarte las libertades que Pekín prometió mantener a Hong Kong cuando Londres le devolvió el territorio en 1997 e implique el fin de la autonomía política del enclave, donde el movimiento de protesta intenta, por su parte, volver a las calles.
"Esperamos que el gobierno chino haga una pausa y reflexione sobre las serias y legítimas preocupaciones que esta propuesta (ley) ha planteado tanto en Hong Kong como en todo el mundo", dijo Johnathan Allen, segundo en la representación de Reino Unido ante la ONU.
Por su lado, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Kelly Craft, instó a los países de la organización "a que se unan a nosotros" para exiguir a China que "honre los compromisos internacionales asumidos con esta institución y con el pueblo de Hong Kong".
China, una de las cinco potencias que ostentan derecho a veto en el Consejo de Seguridad de la ONU, rechaza cualquier encuentro formal y acción internacional sobre Hong Kong.
'Sin interferencia’
Tras la reunión del Consejo, el embajador de Pekín ante la ONU, Zhang Jun, advirtió que “cualquier intento de utilizar a Hong Kong para intervenir en los asuntos internos de China estará condenado al fracaso”.
Zhao Lijian, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, dijo que “el Consejo de Seguridad no es un instrumento que Estados Unidos puede manipular como le plazca”.
La nueva ley china castiga la secesión, la subversión del poder del Estado, el terrorismo y actos que pongan en riesgo la seguridad nacional, en tanto permite a sus agencias de seguridad operar abiertamente en Hong Kong. Además, castiga la injerencia extranjera en el territorio semiautónomo.
Hong Kong, que siempre ha mantenido una actitud desafiante ante Pekín, reinició en el 2019 un movimiento de protesta contra la influencia de China, con gigantescas manifestaciones que contribuyeron a un aumento de las ideas proindependencia, hasta entonces minoritarias en la excolonia británica.
China afirma que Washington juega con fuego al apoyar públicamente las protestas y acusó a los manifestantes más radicales de actividades "terroristas".
En virtud del principio "un país, dos sistemas", que rige las relaciones con Pekín desde que el territorio fue devuelto por Reino Unido a China en 1997, Hong Kong tiene una amplia autonomía, libertad de expresión y una justicia independiente.
China arguye que la ley, aprobada el jueves, se aplicará solo a "una pequeña minoría de personas sospechosas de cometer crímenes contra la seguridad nacional", según el editorial del Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista de China.
Sin embargo, en Hong Kong, la oposición dice que abre el camino a un retroceso sin precedentes de sus libertades.
“Es el fin de Hong Kong”, dijo Claudia Mo, diputada prodemocracia en el Consejo Legislativo hongkonés. “A partir de ahora, Hong Kong será una ciudad china como las demás”.