San Juan y Santo Domingo
El huracán más poderoso que ha golpeado a Puerto Rico en más de 80 años destruyó cientos de hogares, dejó sin electricidad toda la isla y provocó fuertes inundaciones el miércoles en una embestida que podría hundir el territorio en una mayor crisis financiera.
María dejó al menos a nueve personas muertas en el Caribe, tocó tierra el miércoles por la mañana en la localidad costera de Yabucoa mientras tenía fuerza de categoría 4, con vientos de 250 kilómetros por hora.
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Se pronosticaba que azote la isla -con población de 3,4 millones de personas- con vientos mortales entre 12 y 24 horas.
Distintas fuentes daban cuenta de una situación catastrófica en Puerto Rico. Las imágenes en las redes sociales mostraba calles inundadas, algunas de ellas con automóviles flotando a la deriva, y los residentes que llamaban a una radio local describían desastres desde todas partes de la isla.
"Una vez que logremos salir, vamos a encontrar nuestra isla destruida", dijo Abner Gómez, director de manejo de emergencias. "La información que hemos recibido no es alentadora. La tormenta ha destruido todo en su camino", agregó.
El gobernador, Ricardo Rosselló, pidió a sus ciudadanos que no se dejaran engañar porque el ojo de María haya pasado. "El peligro continúa. Hay aviso de inundaciones para todo Puerto Rico. Permanezcan en lugares seguros", escribió en Twitter.
Anunció que solicitó al presidente Donald Trump que declare a Puerto Rico, un territorio asociado a Estados Unidos, zona de desastre.
El fenómeno perdió fuerza después de azotar la isla y ahora era un huracán de categoría 2, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes (NHC) de Estados Unidos, pero los meteorólogos preveían que recupere fuerza para el jueves.
El vórtice del meteoro se ubicaba a unos 45 kilómetros al nor-noroeste de Aguadilla, Puerto Rico, y se movía con dirección noroeste a 19 km/h.
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Los pronósticos apuntaban a que María pasaría cerca de la costa nororiental de República Dominicana el miércoles en la noche y la mañana del jueves.
Gran impacto. Mientras María se acercaba a Puerto Rico, derribó torres de telefonía celular, tumbó árboles y provocó fuertes inundaciones, al dejar caer 50 centímetros de lluvia hasta el momento.
Se informó de que había inundaciones extensas, con decenas de automóviles sumergidos hasta la mitad en algunas zonas y muchas calles convertidas en ríos.
Las comunicaciones eran difíciles en el territorio, que quedó en un 100% sin energía eléctrica, un servicio que ya había demostrado fragilidades con el paso, hace dos semanas, del huracán Irma.
Pero esta vez la barrida fue completa. "La isla está sin energía y con pocas comunicaciones", manifestó Ricardo Castrodad, portavoz del sector San Juan de la Guardia Costera estadounidense.
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"Tan pronto pase la tormenta y las condiciones del tiempo sean seguras, el personal de la Guardia Costera saldrá a realizar las evaluaciones", dijo el oficial.
Félix Delgado, alcalde de la ciudad costera Cataño, contó que el 80% de las 454 casas en un vecindario conocido como Juana Matos estaba en ruinas. La comunidad pesquera de la bahía de San Juan fue golpeada por una marejada de más de 1,5 metros, agregó.
"Pasarán meses y más meses para que no podamos recuperar de esto" , señaló.
De acuerdo con la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, la devastación en la isla es "prácticamente absoluta".
La siguiente escala. En la vecina República Dominicana, el Gobierno suspendió la jornada laboral del jueves, tanto en el sector público como en el privado, como medida de prevención por el paso del huracán.
"El Gobierno se ha preparado para lo peor y la población también debe estarlo", dijo este miércoles el ministro administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta.
La suspensión de actividades, explicó, responde a recomendaciones de la Oficina Nacional de Meteorología y el Centro Nacional de Emergencia (COE) con el fin de "preservar vidas".
Ya se registraban lluvias y fuertes vientos en el este, especialmente en la localidad turística de Punta Cana y empezaban a reportarse comunidades aisladas por la crecida de ríos.
Este miércoles, en Santo Domingo, algunos acudieron a supermercados a abastecerse de alimentos e insumos básicos. En la mañana llovió y se sintieron vientos leves.