Managua. La Iglesia católica anuncio este sábado que seguirá apostando por el diálogo para resolver la grave crisis de Nicaragua, pese al ataque de fuerzas del Gobierno contra una iglesia en Managua donde estaban atrincherados unos 200 estudiantes, dos de los cuales murieron.
“Quiero reiterar el empeño de la iglesia local y la Santa Sede por su pleno apoyo al diálogo nacional (...) hay que tenerlo con vida”, afirmó el nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag en la Catedral de Managua, donde fueron llevados los jóvenes tras ser liberados.
El nuncio y el cardenal Leopoldo Brenes ayudaron este sábado a liberar a los estudiantes que estaban atrincherados desde el viernes en la iglesia Divina Misericordia, en el suroeste de Managua, asediada y tacada por antimotines y paramilitares.
El ataque dejó dos jóvenes muertos y "esto nos duele mucho", dijo el nuncio, quien ha acompañado las gestiones de obispos nicaragüenses para salvar la vida de manifestantes frente a las fuerzas gubernamentales.
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El representante del Vaticano pidió al Gobierno garantizar la vida de los estudiantes que lograron salir del templo, donde se refugiaron el viernes luego de ser atacados en las barricadas de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
El Papa Francisco "valora el diálogo y todos estamos conscientes que solamente con el diálogo se solucionan los problemas", respaldó el cardenal.
Esto pese a que el Gobierno nos ha llamado “asesinos”, afirmó Brenes, al referirse a insultos y agresiones sufridas por la Iglesia en sus gestiones para contener la violencia, que deja más de 270 muertos en tres meses de protestas.
"Lo hemos dicho en muchas ocasiones: ni un muerto más, pero lastimosamente hemos visto en estos días muchos nicaragüenses, indistintamente de su ideología y pensamiento, muchos civiles y también policías, que han perdido la vida", manifestó el cardenal.
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La Conferencia Episcopal media desde mayo en un diálogo entre la oposición y el gobierno de Daniel Ortega, a quien propuso adelantar las comicios del 2021 al 2019 para resolver la crisis, pero el presidente lo descartó.
Las protestas iniciaron el 18 de abril contra una reforma al sistema de pensiones pero se extendieron para reclamar la salida de Ortega, un exguerrillero de 72 años a quien los manifestantes acusan de instaurar una dictadura junto con su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.