Washington. La prensa, la Unión Europea, la ONU y organizaciones defensoras de derechos humanos expresaron su indignación este lunes por el espionaje mundial a activistas, periodistas y políticos a través del programa informático israelí Pegasus, que tuvo como víctimas a varias personas del entorno del presidente mexicano.
Instalado en un teléfono móvil, este programa de la empresa NSO Group permite recuperar los mensajes de texto, fotografías, contactos e incluso escuchar las conversaciones de su propietario.
Esta investigación periodística, publicada el domingo por 17 medios internacionales, refuerza las sospechas sobre esta empresa israelí y se basa en una lista obtenida por el colectivo de periodistas France Forbidden Stories (historias prohibidas) y la organización de derechos humanos Amnistía Internacional.
En ella aparecen 50.000 números de teléfono seleccionados por clientes de NSO desde 2016 para un posible espionaje.
La lista incluye los números de 180 periodistas, 600 políticos, 85 militantes defensores de los derechos humanos o 65 empresarios, según la investigación realizada por el diario francés Le Monde, el británico The Guardian, el estadounidense The Washington Post y los medios mexicanos Proceso y Aristegui Noticias, entre otros.
Entre las víctimas, hay varios familiares y colaboradores del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, cuyos teléfonos fueron pirateados entre el 2016 y el 2017, cuando Obrador lideraba la oposición, indicó Aristegui Noticias.
También aparece entre los números espiados el del periodista mexicano Cecilio Pineda Birto, abatido pocas semanas después de haber sido inscrito en esta lista de NSO Group.
Además de México, localizaron buena parte de los números espiados en Marruecos y Arabia Saudita.
“No hablamos solo de algunos Estados delincuentes, sino del uso masivo de un programa de espionaje por al menos veinte países”, explicó este lunes la secretaria general de Amnistía Internacional, Agnès Callamard, en declaraciones a la BBC.
“Se trata de un ataque mayor contra el periodismo crítico”, aseguró.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo que este escándalo “tiene que comprobarse, pero si ese fuera el caso, es completamente inaceptable”.
La Alta Comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Michelle Bachelet, pidió una mejor “reglamentación” de la comercialización de estas tecnologías de vigilancia.
“Sin una reglamentación respetuosa con los derechos humanos, hay un peligro excesivo de que estas herramientas se utilicen para intimidar a las (personas) críticas y silenciar a los opositores”, aseguró.
El saudí Kashoggi, entre los afectados
NSO, creada en el 2011, ha recibido múltiples acusaciones de colaborar con regímenes autoritarios, sobre todo desde que en el 2016 Ahmed Mansoor, un opositor de Emiratos Árabes Unidos, alertó sobre este tipo de prácticas.
No obstante, la empresa israelí siempre negó estas acusaciones y esta vez reaccionó asegurando que se trata de “suposiciones erróneas y teorías no corroboradas”.
El medio digital francés Mediapart y el semanario de investigación Le Canard Enchaîné presentaron una denuncia en París, después de que se conociera que varios de sus periodistas fueron espiados por los servicios secretos marroquíes a través de Pegasus.
También integran esta lista corresponsales de grandes medios internacionales, como Wall Street Journal, CNN, France 24, El País o la AFP.
Otros números pertenecían a mujeres del entorno del periodista saudí Jamal Khashoggi, asesinado en el 2018 en el consulado de su país en Estambul por un comando formado por agentes procedentes de Arabia Saudí.
Marruecos niega su implicación
En la lista también aparecen números de políticos, entre ellos dos jefes de gobierno europeos, cuyos nombres se anunciarán en los próximos días, según los periodistas que revelaron el caso.
Marruecos, uno de los países que presuntamente más utilizó Pegasus según esta investigación, negó categóricamente este lunes el uso por parte de sus servicios de seguridad del software israelí.
El gobierno marroquí calificó de “falsas” estas informaciones que apuntan que sus servicios de seguridad “se infiltraron en los teléfonos de varias personalidades públicas nacionales y extranjeras y de responsables de organizaciones internacionales a través de un software”.
El ejecutivo húngaro también negó cualquier implicación, después de que Hungría fuera el único país de la Unión Europea salpicado por la reciente revelación periodística.
Los periodistas del “proyecto Pegasus” localizaron una parte de los poseedores de estos números y recuperaron 67 de estos teléfonos, cuyo pirateo con el programa de NSO Group fue confirmado a través de un estudio técnico en un laboratorio de Amnistía Internacional.
Antes de NSO, otras empresas israelíes, como Candiru, fueron acusadas de proveer programas de espionaje a gobiernos que vulneran los derechos humanos.