Baghuz. Las fuerzas kurdo-árabes, apoyadas por la coalición internacional antiyihadista liderada por Estados Unidos, bombardearon intensamente este domingo el último reducto del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria, con el objetivo de poner fin cuanto antes al “califato” autoproclamado hace casi cinco años.
Después de la evacuación de miles de civiles en los últimos días, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) mantienen desde el viernes una ofensiva contra los combatientes del grupo radical, atrincherados en un sector de la pequeña ciudad de Bahguz, en la provincia de Deir Ezzor, cerca de la frontera con Irak.
Después de haber reconquistado la mayoría de la ciudad, los combatientes kurdos y árabes mantienen a los yihadistas de EI en un área limitada.
Periodistas de la AFP en el lugar comprobaron que hubo también ataques aéreos contra las posiciones de yihadistas.
Otro reportero, desde unos 400 metros de distancia de la línea de fuego, escuchó los constantes disparos de artillería. Toda la zona se encontraba cubierta por una densa humareda como resultado de estos ataques.
Un depósito subterráneo de municiones estalló y provocó una enorme deflagración, que destruyó una parte de un campamento improvisado montado por os yihadistas.
Sobre el techo de una casa próxima al área de los ataques, un comandante de las FDS explicó que la mayor parte del campamento ya ha sido recuperado.
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"Hay túneles. No sabemos cuántos miembros de EI aún están en la zona. Están atrincherados. También hay muchas minas antipersonales en las casas y en todos los caminos", señaló el responsable militar.
Después de un crecimiento vertiginoso en el 2014, EI había proclamando un "califato" que cubría un enorme territorio a caballo entre Siria e Irak, donde aplicó una interpretación radical del Islam.
Sin embargo, ante continuas ofensivas militares en años recientes, el territorio del "califato" se redujo drásticamente, al punto de haber quedado actualmente limitado a las posiciones en una parte de Bahguz.
Contra esas posiciones las FDS mantienen la ofensiva incluso durante la noche.
Sobre el techo de la vivienda, el comandante Rustam Hassaké recibe informaciones sobre la marcha de las operaciones a través de un walkie-talkie.
Con ayuda de una tableta digital, determina coordenadas y luego solicita un ataque aéreo. Poco más tarde, un avión de origen estadounidense aparece en el cielo para lanzar sus bombas.
"Desde el inicio de esta ofensiva, hemos logrado capturar unas 13 o 14 posiciones", explicó el jefe militar. "Podemos escuchar sus comunicaciones por radio. Y los escuchamos hablar en ruso", dijo.
Los yihadistas, añadió, "utilizan muchos suicidas", especialmente mujeres. "Estamos frente a un enemigo que nos ataque con coches-bomba, con motos-bomba y con bicicletas-bomba", comentó.
Numerosas familias de yihadistas franceses en contacto con un periodista de la AFP insisten en que aún hay mujeres y niños en el último reducto de EI.
Desde inicios de diciembre, unas 53.000 personas –en su mayoría familias de yihadistas– han logrado huir de la zona de combate, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH, con sede en Londres).
Entre esa multitud, las FDS arrestaron a unos 5.000 sospechosos de pertenecer a EI y tratar de escapar mezclados entre los refugiados.
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La gran mayoría de los desplazados es trasladada hacia el campo de Al Hol, al norte de Siria, donde se hacinan en condiciones muy precarias.
La caída del reducto de Bahguz significaría el fin territorial del califato de EI. Ese grupo ya fue expulsado de Irak en el 2017, y actualmente planifica su supervivencia como organización clandestina.
Las Fuerzas Armadas estadounidenses han advertido que, sin una acción sostenida contra EI, esa organización radical necesitaría apenas entre 6 y 12 meses para un resurgimiento.
La batalla contra EI representa en la actualidad el principal frente de la guerra de Siria, que ya ha dejado unos 360.000 muertos desde el 2011. En la actualidad, el gobierno de Damasco ya recuperó el control de aproximadamente dos tercios del territorio del país.