Bagdad
El parlamento federal de Irak votó este martes en contra de la celebración del referendo sobre la independencia previsto el 25 de setiembre en el Kurdistán iraquí, consulta que podría tener importantes consecuencias en la región.
Esta decisión se produce cuando el parlamento de Kurdistán –que no se reunía desde hace dos años– anunció que lo hará este jueves para votar en favor del referendo, que fue anunciado en junio por el presidente de esta región autónoma, Masud Barzani.
El Kurdistán iraquí dispone desde 1991 de esa autonomía, que ha sido ampliada a lo largo de los años.
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El jefe del parlamento federal iraquí, Salim al Juburi, estimó que se trata de mantener "la unidad del territorio y del pueblo iraquí". Esta votación "impone al primer ministro tomar todas las medidas para proteger la unidad de Irak y entablar un diálogo serio" con las autoridades de la región autónoma del Kurdistán, aseguró.
Las autoridades de Bagdad y el propio primer ministro Haider al Abadi reiteraron en los últimos meses que consideran la consulta contraria a la Constitución.
Erbil –capital del Kurdistán iraquí autónomo– afirma no tener "otra opción" que convocar este referendo para garantizar los derechos de los kurdos, duramente reprimidos por el régimen de Sadam Husein, derrocado en 2003 tras la invasión estadounindense de Irak.
La convocatoria de la consulta popular, aunque no vinculante, ha suscitado la oposición de Washington, de varios países europeos y sobre todo de Turquía y de Irán por miedo de que atice las demandas separatistas de sus propias minorías kurdas.
Pero las próximas etapas, tras la decisión de este martes del parlamento iraquí, no están claras.
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Una eventual victoria del si en el referendo –pese a no ser vinculante– no generaría de inmediato el anuncio de la independencia, como ya advirtieron responsables kurdos, sino el inicio de "negociaciones" serias con Bagdad.
Los propios 5,5 millones de kurdos iraquíes están divididos sobre esta consulta popular. Todos quieren un Estado kurdo, pero algunos están en desacuerdo con la fecha elegida por el actual presidente de la región autónoma.
Algunos opinan que el proceso de independencia podría suponer un obstáculo a la lucha contra los yihadistas, llevada a cabo desde 2014 de forma conjunta por las fuerzas iraquíes y los peshmergas, los combatientes kurdos.
El próximo objetivo en esta batalla, anunciado por las autoridades iraquíes, es la reconquista de Hawija, uno de los dos últimos bastiones del grupo Estado Islámico (EI) en Irak, que se halla en la provincia de Kirkuk.
El referendo también es motivo de discrepancias porque esta provincia de Kirkuk, una zona petrolera disputada en el norte de Irak y bajo jurisdicción del gobierno federal, ha decidido participar en él en contra de la opinión de las autoridades centrales iraquíes.
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En fin, esta situación ha avivado las tensiones en esta región donde coexisten diversas comunidades, en particular árabes y turcomanas, y en la que están desplegados los combatientes peshmergas, así como importantes unidades paramilitares sunitas y chiitas.