Teherán. Irán envió este martes una advertencia a Boris Johnson, flamante próximo primer ministro británico, en el sentido de que protegerá el golfo Pérsico, en plena crisis de los buques-cisterna entre la República Islámica y Reino Unido.
“Tenemos 1.500 millas (unos 2.400 km) de costas en el golfo Pérsico. Son nuestras aguas y las protegeremos”, tuiteó el ministro de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif.
Al tiempo que felicitó a Johnson por su llegada a Downing Street, Zarif recordó la posición de Teherán según la cual es “responsable de la seguridad y la libertad de navegación en el golfo Pérsico”.
La web del Gobierno iraní había citado antes declaraciones similares del presidente Hasán Rohaní, durante una reunión con el primer ministro iraquí, Adel Abdel Mahdi.
En una entrevista publicada este martes, el contraalmirante Hosein Jazandi, comandante de la Armada iraní, afirmó que Irán observa de cerca con drones “todos los barcos enemigos” en cuanto ingresan al Golfo.
Citado por la agencia semioficial Isna, el general de brigada Gholam Reza Jalali, comandante de la Defensa pasiva, señaló que la incautación del buque cisterna Stena Impero marcó “el fin del dominio británico sobre los mares”.
Región estratégica para el suministro mundial de petróleo, el Golfo es teatro de nuevas turbulencias políticas.
Estas son en parte fruto de la exacerbación de tensiones entre Teherán y Washington desde la retirada unilateral de Estados Unidos, en mayo del 2018, del acuerdo internacional sobre el programa nuclear iraní, firmado en Viena en el 2015.
Desde mayo, el sabotaje y ataques a buques en el Golfo -Estados Unidos acusa a Teherán, que niega-, así como la destrucción de un dron estadounidense por parte de Irán, han aumentado la presión regional.
La incautación, el viernes, por Irán del Stena Impero, petrolero con bandera británica, 15 días después de que las autoridades británicas hicieron lo mismo en Gibraltar con un buque-cisterna iraní, complica la crisis.
Reino Unido es uno de los tres Estados europeos aún comprometidos con el acuerdo de Viena.
Según Teherán, el 28 de julio habrá una nueva "reunión extraordinaria" en Viena, para intentar rescatar el acuerdo con Alemania, China, Francia, Gran Bretaña, Irán y Rusia.
La Unión Europea, que presidirá la reunión, indicó que tendrá lugar por iniciativa de París, Berlín, Londres y Teherán.
Los europeos piden a Irán que "respete plenamente" el acuerdo, según el cual Teherán se comprometió a no desarrollar la bomba atómica, limitar su programa nuclear y someterse a un régimen de inspección, a cambio de una reducción de sanciones internacionales.
Como respuesta a Washington y para presionar a los europeos, Irán comenzó a principios de julio a liberarse de varios de los compromisos del acuerdo, y amenaza con continuar.
Para mantener el acuerdo, Irán exige a las partes -sobre todos a los países europeos-, que tomen medidas eficaces para ayudarlo a sortear el embargo estadounidense y, sobre todo, que le permitan vender su petróleo al exterior.
El restablecimiento de las sanciones estadounidenses y la política de “presión máxima” de Washington asfixian a la economía iraní.