Jerusalén. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó este viernes al ejército prepararse a evacuar a los civiles de Rafah, después de que Estados Unidos y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresaran preocupación por una operación militar contra este último refugio de los palestinos desplazados por la guerra en Gaza.
La presidencia palestina condenó este viernes “con vehemencia” los planes israelíes de extender la ofensiva militar en la Franja de Gaza a la ciudad de Rafah, donde se hacinan más de un millón de palestinos desplazados por la guerra.
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Esos planes, anunciados por el primer ministro Benjamin Netanyahu, constituyen “una amenaza real y un peligroso preludio” a la aplicación del proyecto israelí de “desplazar a los palestinos de su tierra”, afirmó en un comunicado la oficina del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas.
“Los palestinos no abandonarán su tierra y no aceptarán que se los desplace de su patria por la fuerza”, agregó.
El presidente estadounidense, Joe Biden, consideró que "la respuesta en Gaza, en la Franja de Gaza, ha sido excesiva", en una inusual critica a su aliado israelí por la arrolladora ofensiva que desencadenó hace más de 4 meses contra el movimiento islamista Hamás, que gobierna ese territorio de casi 2,4 millones de habitantes.
La guerra estalló el 7 de octubre, cuando milicianos islamistas mataron a más de 1.160 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250 en el sur de Israel, según un balance de la AFP basado en datos oficiales israelíes.
En respuesta, Israel lanzó una incesante campaña de bombardeos y operaciones terrestres contra Gaza, en las cuales murieron 27.947 personas, principalmente mujeres, niños y adolescentes, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás.
Las fuerzas israelíes concentraron inicialmente sus operaciones en la ciudad de Gaza, en el norte de la Franja, y luego se desplazaron hacia Jan Yunis, más al sur.
Pero el miércoles, Netanyahu ordenó preparar una ofensiva en Rafah, una localidad situada en el extremo sur del territorio, junto a la frontera cerrada con Egipto, donde se apiñan cerca de 1.3 millones de palestinos.
La cifra corresponde a más de la mitad de la población de la Franja de Gaza, por lo que se teme que una ofensiva militar provoque un baño de sangre.
Netanyahu "ordenó a las fuerzas y a los responsables de seguridad israelíes" entregarle un "plan combinado (...) para evacuar a la población y destruir los batallones de Hamás" en Rafah, según un comunicado de su oficina.
Pero el jefe de gobierno israelí, que prometió "aniquilar" a Hamás, no está dispuesto a darle una tregua que buena parte de ela comunidad internacional le reclama.
"Es imposible lograr el objetivo de la guerra sin eliminar a Hamás y dejando cuatro batallones de Hamás en Rafah", afirmó. Para ello, es necesario que "los civiles evacuen las zonas de combate", añadió.
Una precisión que llega después de que Estados Unidos advirtiera el jueves que Rafah podía convertirse en un "desastre" humanitario y asegurara que no apoyaría una operación "sin planificación y sin reflexión" respecto al destino de los civiles.
”Tragedia sin fin”
El jefe de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, volvió a pedir el viernes un "alto el fuego humanitario" y advirtió igualmente que cualquier ofensiva militar israelí en Rafah empeoraría la "tragedia sin fin" de la población.
"Si [Israel] realiza un ataque [terrestre] contra Rafah, moriremos en nuestras casas. No tenemos elección, no tenemos donde ir", declaró Jaber Al Bardini, un habitante de Rafah, de 60 años.
"Si atacan Rafah, habrá matanzas y un genocidio. No sé si podremos huir a Egipto o si las masacres nos alcanzarán", abundó Um Ahmed al Burai, una palestina de 59 años procedente de Al Shati, en el norte de la Franja.
Fotógrafos de la AFP vieron varios edificios de Rafah destruidos por bombardeos israelíes a primeras horas del viernes. Varias personas transportaban los cuerpos de tres niños, muertos en uno de esos ataques.
En las últimas 24 horas, al menos 107 palestinos murieron en los bombardeos lanzados contra el estrecho territorio de 362 km2, según el Ministerio de Salud del gobierno de Hamás.
En Jan Yunis, asediada desde hace varias semanas, las fuerzas armadas israelíes irrumpieron en el hospital Al Amal y "empezaron a registrarlo", informó la Media Luna Roja palestina, que gestiona el establecimiento.
Alrededor de 40 desplazados, 80 pacientes y 100 empleados permanecen aún en el recinto, que fue evacuado a principios de semana.
Aunque en teoría deban beneficiarse de una protección especial, en aplicación de las leyes de la guerra, los hospitales de Gaza han sido blanco frecuente de ataques desde que empezó el conflicto.
Negociaciones “difíciles”
En el frente diplomático, un "nuevo ciclo de negociaciones", auspiciado por Egipto y Catar, y con la participación de Hamás, empezó el jueves en El Cairo con el fin de obtener "calma en la Franja de Gaza" y un canje de rehenes en manos del movimiento islamista por presos palstinos en Israel, indicó un alto funcionario egipcio.
Una tregua de una semana a fines de noviembre permitió canjear a un centenar de rehenes por presos palestinos. Se estima que unas 132 personas capturadas el 7 de octubre permanecieron en Gaza y que 29 de ellas habrían muerto.
Una fuente de Hamás dijo a la AFP que las conversaciones de El Cairo están siendo "positivas".
La guerra en Gaza también exacerbó las tensiones en Líbano, Irak, Siria y Yemen, donde grupos apoyados por Irán han lanzado ataques en apoyo a Hamás, generando represalias de Israel y de Estados Unidos y sus aliados.
El norte de Israel recibió desde el jueves una treintena de cohetes lanzados desde el sur de Líbano, después de un ataque israelí contra un alto cargo del grupo Hezbolá que resultó gravemente herido.