Territorios Palestinos. Israel enfrenta este miércoles crecientes presiones de sus aliados debido a su guerra contra Hamás. El presidente estadounidense, Joe Biden, criticó el bombardeo “indiscriminado” sobre Gaza en respuesta a los ataques del 7 de octubre.
La Asamblea General de la ONU pidió un “alto el fuego humanitario inmediato en Gaza”, en un texto no vinculante aprobado la noche de este martes, evitando condenar a Hamás por el ataque lanzado contra Israel, que según las autoridades israelíes dejó 1.200 muertos.
Israel bombardea este estrecho territorio palestino en respuesta al ataque lanzado por Hamás el 7 de octubre. El 27 de octubre, sus tropas iniciaron una operación terrestre con el objetivo de “aniquilar” al movimiento islamista, que gobierna en Gaza desde 2007.
El Ministerio de Salud de Hamás afirma que 18.608 personas murieron desde el inicio de la ofensiva israelí, en su mayoría mujeres y menores de 18 años.
El martes por la noche, los bombardeos y los enfrentamientos armados continuaron principalmente en la ciudad de Gaza, Jan Yunis y Rafah, según periodistas de esta agencia.
El Ministerio informó que unas 50 personas murieron. Los combatientes de Hamás siguieron lanzando cohetes, interceptados en su mayoría, hacia Sederot y otras comunidades del sur de Israel.
El ejército afirmó que golpeó una célula de milicianos en la ciudad de Gaza “lista para lanzar cohetes hacia Israel”. Según el cuerpo militar, 115 de sus soldados murieron en la guerra, diez de ellos el martes.
El portavoz del ejército de Israel, Daniel Hagari, indicó que 135 rehenes tomados por los combatientes de Hamás en el ataque contra Israel siguen cautivos en Gaza.
Críticas de Estados Unidos
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, informó este martes tras una conversación con el presidente estadounidense Joe Biden que Israel recibió el “pleno respaldo” de Estados Unidos. Sin embargo, admitió que existe “desacuerdo” entre los aliados sobre cómo será gobernada Gaza después del conflicto.
Según Biden, Israel comienza a perder el respaldo internacional “por el bombardeo indiscriminado” en Gaza. Posteriormente suavizó sus palabras, reiterando su apoyo a Israel y afirmando que “la seguridad de los palestinos inocentes sigue siendo una gran preocupación”.
Después de que Estados Unidos vetara el viernes una resolución del Consejo de Seguridad para pedir un alto el fuego en la Franja de Gaza, la Asamblea General aprobó el martes un texto similar. De los 193 países miembros de la ONU, 153 votaron a favor, 23 se abstuvieron y diez votaron en contra, entre ellos Israel y Estados Unidos.
En una declaración conjunta inusual, los primeros ministros de Australia, Canadá y Nueva Zelanda afirmaron este miércoles que están “alarmados por la reducción de espacio de seguridad para los civiles en Gaza”.
Según Naciones Unidas, 1,9 millones de los 2,4 millones de sus habitantes fueron desplazados por el conflicto.
El Centro de Satélites de Naciones Unidas (UNOSAT) determinó que el 18% de las infraestructuras del estrecho territorio han resultado dañadas desde el inicio de la guerra, según una imagen satelital tomada el 26 de noviembre.
“Infierno en la tierra”
Las organizaciones humanitarias alertan de que, en breve, el asediado territorio estará desbordado por las enfermedades y la hambruna. La Franja de Gaza es un “infierno en la tierra”, según Philippe Lazzarini, jefe de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA).
El sistema de salud está colapsado y en ruinas. El gobierno de Hamás aseguró el miércoles que sus suministros de vacunas infantiles se agotaron, advirtiendo de las “consecuencias catastróficas”.
El Banco Mundial advirtió que “la pérdida de vidas, la velocidad y el alcance de los daños son incomparables”. A mediados de noviembre, la mitad de las carreteras y el 60% de las infraestructuras de comunicación, salud y educación estaban dañadas o destruidas.
El martes, Hamás afirmó que las tropas israelíes “asaltaron el hospital Kamal Adwan” en la ciudad de Gaza. La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) había informado previamente de combates en sus inmediaciones, e indicó que unas 3.000 personas estaban atrapadas dentro.
El ejército no reaccionó, pero Israel suele acusar al grupo islamista de usar túneles bajo hospitales, escuelas y mezquitas, con fines militares. Hamás rechaza estas acusaciones.
Los temores de una conflagración regional siguen creciendo por las frecuentes escaramuzas en la frontera entre Israel y Líbano, donde se encuentra el movimiento Hezbolá, y por los ataques de otros grupos respaldados por Irán contra las fuerzas estadounidenses y aliadas en Irak y Siria.