Jerusalén. El ejército israelí anunció este miércoles estar “preparado para cualquier escenario” después de la muerte del segundo al mando de Hamás en Líbano, en un ataque atribuido a Israel que aviva el temor a una escalada en la guerra en la Franja de Gaza.
Las fuerzas armadas se encuentran “en un estado de alerta muy elevado en todos los ámbitos, tanto en defensa como en ataque”, declaró el portavoz militar israelí, Daniel Hagari.
“Estamos altamente preparados para cualquier escenario”, añadió el portavoz, sin atribuirse la responsabilidad de la muerte en un bombardeo el martes en Beirut de Saleh Al Aruri, de 57 años, número dos de Hamás.
Aruri falleció junto a sus guardaespaldas en un bombardeo israelí, que prometió destruir a Hamás tras los ataques del movimiento islamista del 7 de octubre, indicaron fuentes libanesas y del movimiento palestino.
Israel reportó otras muertes de comandantes y cargos de Hamás en Gaza, pero Aruri es el más importante hasta ahora. Su muerte marcó también el primer bombardeo israelí en la capital libanesa desde el inicio de las hostilidades.
El primer ministro de la Autoridad Palestina, Mohamed Shtayyeh, advirtió sobre los “riesgos y consecuencias” de su muerte, temiendo que el conflicto entre Israel y Hamás se propague por la región.
Un movimiento “cuyos líderes y fundadores caen como mártires por la dignidad de nuestro pueblo y nuestra nación nunca será vencido”, afirmó el líder de Hamás, Ismail Haniyeh.
En Líbano, el movimiento chiita Hezbolá prometió venganza y calificó la muerte como “un grave ataque contra Líbano (...) y un grave acontecimiento en la guerra entre el enemigo y el eje de resistencia”, expresión que designa a Irán y sus aliados regionales hostiles a Israel.
Por su parte, el primer ministro libanés, Najib Mikati, afirmó que esta muerte “busca arrastrar a Líbano” a la guerra.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Hosein Amir-Abdollahian, calificó el ataque de “operación terrorista cobarde”.
Los ataques de Hamás del 7 de octubre en Israel dejaron unos 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de esta agencia basado en cifras oficiales israelíes. Entre los fallecidos había más de 300 militares.
Los combatientes también tomaron unos 250 rehenes, de los cuales 129 siguen en cautiverio, según las autoridades israelíes.
Tras el ataque, Israel lanzó una ola de bombardeos y una ofensiva terrestre que ha dejado al menos 22.313 muertos, en su mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza.
Ataque a Media Luna Roja
El ejército de Israel afirmó que sus soldados en Gaza mataron a “decenas de terroristas” en combates del martes y allanaron un depósito de armas en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza.
En el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro de la Franja, varias personas intentaban el martes sacar cuerpos de los escombros tras un bombardeo.
“Hay unos 12 mártires hasta ahora, en su mayoría niños. ¿Cuál era su culpa? Uno de ellos es mi hijo de un mes, ¿qué le hizo él a Israel?”, preguntó Ghazi Darwish. “Mi otro hijo tiene cinco años y también fue martirizado”, agregó.
Más al sur, en Jan Yunis, la Media Luna Roja palestina afirmó que Israel bombardeó dos veces su sede, dejando “cinco bajas y tres heridos” entre los desplazados que se refugiaron en el lugar y en un hospital cercano.
Los ataques en Jan Yunis continuaron el miércoles, causando “numerosas” muertes, según el Ministerio de Salud de Gaza.
El conflicto desató una grave crisis humanitaria en Gaza, cuyos 2,4 millones de habitantes viven bajo el asedio y en su mayoría desplazados y abarrotados en campamentos improvisados.
“La gente de Hamás se oculta en sus casas y túneles mientras nosotros no conseguimos comida ni agua y morimos de frío”, dijo Wojud Kamal Al Shinbary, refugiado en la ciudad de Rafah (sur).
En medio de la amenaza de hambruna y enfermedades por la falta de ayuda, un barco británico entregó 87 toneladas de asistencia para Gaza, el primero en acceder por un nuevo corredor marítimo desde Chipre.
En Cisjordania ocupada, imágenes de AFPTV mostraron a multitudes en las calles de Ramala protestando por la muerte de Aruri.
La ciudad de Naplusa también se paralizó respondiendo a un llamado de huelga general.
En Arura, una pequeña aldea al norte de Ramallah, de donde era originario Saleh Al Aruri, la bandera verde de Hamás ondeaba sobre la casa familiar el miércoles.
“La noticia del martirio (de Saleh Al Aruri) es muy difícil para nosotros, pero él no vale más que los que murieron como mártires en Gaza, que son más de 20.000″, dijo a esta agencia Diya Zalum, una joven manifestante.