Jerusalén
El Parlamento israelí comenzó este lunes sus trabajos en vistas a adoptar una ley que permitiría a Israel apropiarse de centenares de hectáreas de tierras palestinas en Cisjordania ocupada, bajo presión de los colonos.
El texto fue aprobado en comisión durante la mañana, a pesar de una serie de enmiendas presentadas por la oposición. Los diputados volverán a debatir por la tarde y su adopción es muy probable.
Esta legislación alarma a los defensores de la causa palestina y la comunidad internacional. La Organización para la LIberación de Palestina (OLP) la ve como "una declaración de guerra".
Por su parte, Arabia Saudita condenó inmediatamente la política de colonización israelí. Esta legislación de nuevas viviendas "está destinada a judaizar amplios territorios en Cisjordania, incluida Al Qods (Jerusalén en árabe)", anunció el Consejo de ministros en su reunión semanal presidida por el rey Salmán. Además, denuncia que "contraviene la voluntad de la comunidad internacional".
Sería la primera vez que Israel aplique su ley civil en Cisjordania, no solamente a personas sino a tierras reconocidas como palestinas, afirmó a la AFP el profesor de Derecho Amichai Cohen.
Además, reforzaría en lo que concierne al Derecho israelí la posición de quienes reclaman la anexión de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, los cuales desde el comienzo de la presidencia de Donald Trump, en Estados Unidos, parecen henchidos de optimismo, según los detractores del texto.
Unos 2.000 colonos se manifestaron en el exterior de la Knesset (parlamento) apoyando a la vez la propuesta de ley y a los (entre 200 y 300) habitantes de la colonia de Amona, que debe ser demolida antes del 8 de febrero, constataron periodistas de la AFP.
En un reflejo de lo que es el actual equilibrio de fuerzas en Israel, apenas una veintena de personas respondieron al llamado a manifestarse contra la ley lanzado por la organización anticolonización La Paz Ahora.
Texto polémico
El texto de ley, presentado por el 'lobby' procolonización, tiene por objetivo evitar nuevas situaciones como la de Amona, colonia construida en tierras privadas palestinas en Cisjordania. La justicia israelí ordenó su evacuación, provocando un verdadero psicodrama político.
Todas las colonias son ilegales según el derecho internacional, y la comunidad las ve como un obstáculo mayor para lograr la paz entre israelíes y palestinos, en tanto Israel las legitima, y distingue entre las validadas y las "salvajes", como Amona.
Los colonos rechazan un Estado palestino y a las tierras ocupadas las consideran parte de la Israel bíblica, por lo que para ellos las demoliciones son inaceptables.
La evacuación de Amona provocaría una áspera refriega con un forcing del lobby procolonización, muy tolerado por el gobierno de Benjamín Netanyahu.
"Israel, único país que destruye hogares judíos", rezaba una pancarta desplegada cerca de la Knesset.
La ley a debate permitiría declarar tierras israelíes a terrenos privados palestinos donde haya asentamientos judíos ilegales, ya sea porque ignoraban su condición legal o porque recibieron permiso del Estado sin una autorización formal. Los palestinos propietarios recibirían dinero u otros terrenos a cambio.
La Paz Ahora denuncia una "vasta empresa de invasión territorial, que asesta un golpe devastador" a la creación de un Estado palestino que coexista con Israel, clave de referencia internacional para la solución del viejo conflicto israelo-palestino.
Esta ley legalizaría al menos 3.921 viviendas israelíes, tanto en colonias "salvajes" como en otras reconocidas por Israel, según La Paz Ahora. Y, además de dejar de ser provisorias podrían extenderse. Se expropiarían como mínimo 800 hectáreas de tierras palestinas, añade.
El 23 de diciembre, el Consejo de seguridad de la ONU adoptó una resolución que condena la colonización.
Sin embargo, la aprobación de la ley sigue la dinámica instaurada inmediatamente después de la investidura de Donald Trump, quien anunció posiciones más favorables a los intereses de Israel que su antecesor, Barack Obama. En seis días, Israel hizo tres anuncios de colonización.
A pesar de sus "reservas" respecto a Trump, la OLP llamó a la Casa Blanca a intervenir, y al Consejo de seguridad "a reunirse para detener esta locura racista israelí".