Tokio. AFP. El japonés Iwao Hakamada, considerado el recluso que lleva más tiempo condenado a muerte en el mundo, fue liberado ayer en Japón para ser juzgado de nuevo, tras pasar medio siglo a la espera de ser ahorcado.
En los últimos años, surgieron dudas sobre la culpabilidad de Hakamada, de 78 años, condenado en 1968 por varios asesinatos cometidos en 1966, por lo cual el tribunal decidió volver a juzgar el caso.
Iwao Hakamada salió de la cárcel en compañía de una hermana mayor. En el exterior de la prisión lo esperaba una gran cantidad de fotógrafos y cámaras de televisión.
Hakamada, un poco encorvado pero con buen aspecto, parecía sorprendido por la decisión.
Detenido en 1966 y condenado a morir en la horca dos años más tarde, Hakamada ha sufrido en el corredor de la muerte, esperando su eventual ejecución durante casi medio siglo.
La pena capital fue confirmada por la Corte Suprema nipona en 1980, aunque desde entonces no se ha concretado.
Este exempleado de una fábrica procesadora de soya, quien fue durante algún tiempo boxeador profesional, fue declarado culpable de asesinar a su patrón, a la mujer de este y a dos de sus hijos.
En duda. Sin embargo, en estos últimos años aparecieron nuevos elementos, entre ellos análisis de ADN negativos, que probarían la inocencia de Hakamada.
Este siempre clamó que no tuvo nada que ver con el cuádruple asesinato, a pesar de haber firmado una declaración, según él bajo presión policial.
Un comité de apoyo, así como la Asociación de Abogados Japoneses, exigen desde hace mucho tiempo la revisión de este caso.
Mientras esperaba, su hermana Hideko desde hace 48 años visitaba la prisión, a pesar de que su hermano menor rechazaba verla.
Las nuevas revelaciones han puesto en jaque a la Justicia nipona. Inclusive uno de los jueces que decidió la pena capital había declarado que no estaba “convencido” de la culpabilidad de Hakamada.
Amnistía Internacional y otras ONG pidieron la reapertura, así como la revisión completa del caso.