Moscú. El jefe del gobierno austríaco, Karl Nehammer, dijo sentirse “más bien pesimista” después de su reunión con Vladimir Putin este lunes. Al salir del encuentro, el canciller declaró que su homólogo ruso sigue una “lógica de guerra” y quiere tener un “éxito militar” en Ucrania.
“Si me preguntan si ahora soy optimista o pesimista, soy más bien pesimista”, dijo Nehammer a los periodistas tras la reunión. ”No hay que hacerse ilusiones. El presidente Putin entró de lleno en la lógica de guerra y actuará en consecuencia”, añadió. Esta fue la primera reunión presencial de Putin con un dirigente europeo desde el inicio de la invasión de Ucrania, el 24 de febrero.
“Por la parte rusa, no tienen mucho interés en un encuentro directo” con el presidente ucraniano Volodimir Zelenski, explicó el líder del gobierno austriaco. No obstante, Vladimir Putin habría reiterado “su confianza”, a pesar de todo, en las negociaciones en Turquía, cuya última sesión tuvo lugar el 29 de marzo en Estambul.
Nehammer defendió su encuentro “cara a cara” en Rusia por “la importancia de tener un contacto personal para confrontar al presidente a la realidad de la guerra y transmitirle el punto de vista de los europeos”. En un comunicado previo a su declaración ante los medios, el canciller austríaco calificó su conversación de una hora con Putin de “directa, abierta y dura”.
“Yo mencioné los serios crímenes de guerra en Bucha y en otras localidades y destaqué que sus responsables deben ser llevados a la justicia”, detalló Nehammer. “Le dejé claro la urgencia de establecer corredores humanitarios para llevar agua, comida y evacuar a las mujeres, los niños y los heridos de las ciudades sitiadas”, añadió.
LEA MÁS: Tropas rusas se reagrupan en región ucraniana de Donbás; caída de Mariúpol es ‘inminente’
Su encuentro se desarrolló a puerta cerrada, sin imágenes, en la residencia del presidente ruso en Novo Ogaryovo, cerca de Moscú. La visita de Nehammer se decidió tras la entrevista en Kiev, el sábado, con el presidente Zelenski y en conversaciones con el jefe del gobierno alemán, Olaf Scholz, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan y los líderes de las instituciones de la Unión Europea, Ursula von der Leyen y Charles Michel. ”No hay un mandato europeo”, explicó el mismo lunes su ministro de Asuntos Exteriores, Alexander Schallenberg.