Brasilia
Un juez del máximo tribunal brasileño ordenó el martes al presidente de la Cámara de Diputados instalar una comisión que estudie un juicio político (impeachment) contra el vicepresidente Michel Temer, similar a la que ya existe contra la mandataria Dilma Rousseff.
El presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, había decidido la víspera archivar ese pedido, pero según la medida cautelar emitida por el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Marco Aurélio Mello, "no respetó la configuración legal" de ese tipo de procedimientos.
Temer sería sospechoso de los mismos cargos que se le imputan a Rousseff: haber autorizado créditos incompatibles con el cumplimiento de las metas presupuestarias y sin la autorización del Congreso.
Cunha y Temer pertenecen al partido centrista PMDB, que la semana pasada rompió su alianza con el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Rousseff.
El pedido de impeachment contra Rousseff, aceptado por Cunha en diciembre pasado, se acerca a fechas decisivas: la Cámara baja debería pronunciarse al respecto hacia mediados de mes y, si aprueba el inicio del juicio de destitución, el Senado empezaría a tratarlo a partir de mayo con Rousseff apartada del cargo por 180 días.
En caso de que Rousseff sea destituida, Temer completaría su mandato, hasta fines de 2018.
Un número creciente de voces se hace oír en Brasil postulando que, para salir de esta grave crisis, se convoquen a nuevas elecciones, algo que según la Constitución solo podría ocurrir si tanto Rousseff como Temer pierden sus mandatos.
La justicia electoral estudia por su parte una denuncia de que su campaña electoral de 2014 recibió dinero procedente del megafraude de Petrobras, lo que podría anular la elección de la fórmula Rousseff-Temer.