Ébola. El nombre del virus se deriva de un río de la República Democrática de Congo, donde fue identificado el primer brote, el 26 de agosto de 1976. Se caracteriza por su alta letalidad y, hasta ahora, la cuarentena es la única vía para lograr una posible cura ante el contagio.
El asomo de la reciente epidemia empezó en febrero en África occidental. Guinea fue el primer país en reportar casos; luego, Liberia, Sierra Leona y Nigeria.
En la actualidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) califica la epidemia como la más grave de los últimos tiempos , pues ya se registran 932 personas fallecidas a causa del virus.
La entidad sin fines de lucro Médicos Sin Fronteras (MSF) mantiene 350 doctores y especialistas en África. El coordinador de la entidad en México, Henry Rodríguez, concedió una entrevista a este diario, en la que explica el panorama ante la propagación del virus, la experiencia de campo y la posibilidad de controlar el brote. Este es un extracto de la conversación:
¿Cuál es el panorama que ve su organización? ¿Podría ser necesaria la adopción de medidas como, por ejemplo, restricciones a los vuelos a África y desde allí?
La situación es muy grave; no podemos ocultar que este es el peor brote en toda la historia. Desde febrero hemos estado diciendo que hay que tomar precauciones, que no es normal. El riesgo de que se expanda y se forme una epidemia como lo que está pasando en África es muy bajo porque el sistema de salud de otros países no se puede comparar con el africano. Además, si una persona estuviera infectada y se detecta a tiempo se puede contener y limitar el contacto. El virus no se transmite por vía aérea, no se transmite como otras enfermedades simplemente hablando o por estornudos, tos, sino que tiene que haber un contacto de fluidos.
¿Cuáles son las consecuencias del contagio?
Los síntomas son muy generales al principio. Te puede producir fiebre alta, dolor de cabeza, vómito, diarrea, dolor de garganta. Entonces es muy difícil saber si el paciente tiene ébola o no, ya después de que ha pasado el periodo de incubación, que más o menos varía de dos a 21 días, empieza el paciente a presentar hemorragias, vómito con sangre, diarrea con sangre, sangre por la nariz, incluso si llora pueden salir las lágrimas con sangre. Básicamente lo que el virus produce es una baja en las defensas.
”La debilidad les afecta mucho, están muy deprimidos, porque saben que tienen algo muy grave, que no tiene cura, que no los pueden tocar; están aislados.
”Lo que habíamos visto en las epidemias pasadas era que de cada 10 personas se morían nueve; en esta vemos que de cada 10 fallecen seis, o sea que esas cuatro que se han logrado salvar puede que sea porque los médicos tienen más experiencia, hay más recursos para la atención o también puede ser porque la cepa que está produciendo el virus se está comportando de una forma menos agresiva que antes”.
¿Hasta dónde puede llegar esta crisis regional si no se controla?
Nosotros creemos que está en el pico máximo y que ahora debe empezar a descender. Toda epidemia es así: se presenta con un número de casos muy elevado y después, por sí misma, baja poco a poco.
Recientemente, la BBC expuso, en un artículo, que la ignorancia y los prejuicios de la población constituyen un factor que afecta el combate del ébola. MSF, con base en su experiencia en el terreno, ¿se ha topado con estos problemas?
Absolutamente. Hay personas que dicen que les están haciendo magia negra; creencias como que es una confabulación en contra de estos países para eliminar la población, que hay petróleo ahí, cosas salidas de contexto. El personal médico va totalmente hermético, en un traje como de astronauta; entonces, imagínese llegar a una comunidad donde jamás han visto este tipo de cosas, pues ellos estaban identificando que más bien la enfermedad la estaban llevando los médicos en vez de ir a prevenirla o a curarla. ¿Por qué lo asociaban? Porque después de que los doctores identificaban casos sospechosos, esas personas fallecían. Entonces, estas creencias han hecho que apedreen a equipos, que los reciban con machetes y que entiendan mal el mensaje. Eso fue al principio.
”Hay familias en Liberia que tiran los muertos a la calle porque no quieren ser identificados como que en su casa hubo alguien con ébola. Ya es un estigma total; los vecinos van a querer que ellos se vayan porque van a pensar que también están infectados y que también pueden infectar a otras personas. Entonces, son medidas que están causando un caos debido a esto”.
¿Cómo analiza la posibilidad de una vacuna a corto plazo?
A corto plazo, la veo muy difícil. Ojalá me equivoque y ojalá fuera así de rápido, pero el experimentar con una vacuna toma años. Hay un rigor científico que requiere que tome tiempo, que se hagan pruebas.
¿Qué convierte a esta epidemia en la más grave?
Es la primera vez que se presenta en estos países. El ébola llegó y los habitantes no estaban preparados; nadie tenía idea de la enfermedad, ni cómo se trataba, ni cómo se prevenía. Antes se presentó siempre en Congo y Sudán, pero siempre había sido en el centro de África, nunca en estos países. También es que se presentó en una capital; antes siempre se había registrado en sitios totalmente aislados, en comunidades donde vivían entre 25 y 30 personas y allí mismo se contenía la epidemia y no avanzaba más. Sin embargo, esta vez, al estar en capitales, hizo que se propagara rápido y se disparara el número de casos.
¿Cómo ha sido la experiencia de los médicos de allá?
Es algo que genera mucho estrés y mucho sacrificio; hace un calor terrible y estar metidos en esos trajes es una tortura. Sin embargo, ellos han ido reemplazándose o sea, van y vienen para tener un periodo de descanso e ir preparando gente nueva para que en el futuro estemos con más y mejores equipos preparados. Entre nuestro equipo, hablaba con una enfermera española que está allí y me decía que obviamente uno no puede decir que tiene miedo o que uno está exento, pero genera una sensación de que quieres ayudar, de que quieres estar ahí adentro, pero tienes que, igualmente, tener una precaución extrema con todo.
”Igualmente, me contaba que tocaba a sus pacientes, con todas sus medidas de precaución porque la gente lleva semanas de que ningún ser humano se atreve a ponerles un dedo encima por el temor de contagiarse. Entonces, darles una palmada en el hombro, darles un toquecito con la mano, les brinda a ellos un soporte.
”Nuestros compañeros también nos contaban que son países muy populosos, llenos de gente en la calle, de tráfico, vendedores por todos lados y que ahorita eso está como un desierto; no se ve a nadie. Todos están en sus casas”.