Badderen. Atte Ohman, un joven conscripto finlandés, se prepara para desembarcar en una gélida playa noruega, como parte de un ejercicio de la OTAN en el Ártico.
“Hay un dicho que dice: si quieres la paz, prepara la guerra”, explica el joven de 19 años. “Es exactamente lo que hacemos”, añade tomando su ametralladora.
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La maniobra, que tiene lugar en el Ártico, es parte de los ejercicios militares Steadfast de la OTAN, los más importante de la Alianza liderada por Estados Unidos desde que terminó la Guerra Fría.
Durante semanas, los ejercicios movilizan a cerca de 90.000 hombres y mujeres y decenas de navíos, blindados y aviones de combate.
Mientras paracaidistas italianos descienden hacia la playa desde helicópteros, barcazas de desembarco suecas convergen al lugar y tropas alpinas francesas, con los esquís puestos, se mantienen a la espera.
El mensaje es claro: la OTAN está lista para defenderse de una Rusia cada vez más agresiva, dos años después de que Moscú invadiera Ucrania.
Desde entonces, la Alianza se reforzó con la entrada de Finlandia y de Suecia, que se convirtió el jueves en su 32º miembro.
"Mostramos que estamos listos para defender nuestros territorios y es muy importante actuar juntos para reforzar nuestras capacidades", explicó el ministro sueco de Defensa, Pal Jonson, desde un punto situado en la frontera entre Noruega y Finlandia.
"De momento, las tropas rusas están empantanadas en Ucrania, pero Rusia ha comunicado sus grandes ambiciones de reconstituirse y adaptar sus fuerzas", aseguró.
La posibilidad de que Rusia ataque a un miembro de la OTAN no debe excluirse. Mientras Moscú puso su economía en modo guerra, las potencias occidentales experimentan cada vez más dificultades para proporcionar a Kiev las armas y las municiones que pide.
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El reto del Ártico
El jefe de las fuerzas armadas de Noruega, Eirik Kristoffersen, afirma que el número de tropas rusas estacionadas cerca de la frontera de su país representa menos de una quinta parte de lo que era antes de la invasión de Ucrania.
"Pero en el frente marítimo y aéreo, así como del punto de vista de las fuerzas nucleares, mantuvieron todas sus fuerzas intactas en la región", precisa.
La región del Ártico está ahora en el centro de la competencia entre Rusia y la OTAN. Desde la llegada del presidente Vladimir Putin al poder en 2000, las fuerzas rusas no han dejado de aumentar su presencia en la zona.
Tanto Finlandia como Suecia tratan de presionar a sus nuevos aliados para competir cada vez más con Moscú en esa región clave.
El Ártico se está convirtiendo en una zona estratégica y es por eso que "Rusia está invirtiendo mucho aquí, y que China vigila también la zona", explica el ministro de Defensa finlandés, Antti Hakkanen.
Según el contralmirante David Patchell, comandante adjunto de la Segunda Flota estadounidense, el cambio climático abrirá, según una estimación conservadora, el acceso a importantes recursos por un valor de unos 1.000 billones de dólares en la región.
Y al mismo tiempo, el deshielo implicará que el Ártico se vuelva navegable y conectará los océanos de todo el planeta. “Debemos aprender a trabajar en el Ártico”, explica.
"Trabajar en esas condiciones es un gran choque. Casi nunca vemos nieve así todos los días", comentó el cabo de la infantería de marina estadounidense, Joshua Maddox.
"El mayor desafío es el psicológico, sólo hay que estar muy bien preparado", dijo.
Su colega en los marines, el sargento Joshua Perezchoa,, afirmó por su parte que "si Putin decide ir más allá" y actuar de manera peor "que lo que ya está haciendo", estará ahí "para jugar mi papel, para ayudar a los otros países".
"Es nuestra misión", aseguró.