Finhaut-Emosson. Suiza es de los países más ricos del mundo, pero su dependencia del gas ruso y de las nucleares francesas amenaza la nación alpina con una escasez de energía o incluso apagones este próximo invierno.
Con cientos de plantas hidroeléctricas esparcidas por los Alpes, Suiza produce energía de sobra durante los meses de verano. Aunque al llegar el frío, debe recurrir a la importación.
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En general esto no es un problema, pero este año, con la guerra en Ucrania y la reducción del suministro de gas ruso a gran parte de Europa, la amenaza de una escasez grave de energía se hace cada vez más real. Suiza no es el único país europeo en alerta, si bien su situación es especialmente precaria dado que carece de instalaciones de almacenamiento de gas.
Habitualmente depende de las importaciones de los países vecinos de la Unión Europea (UE), especialmente de la electricidad producida con gas en Alemania. Sin embargo, ahora que el bloque se preocupa por su propio suministro, Suiza, país externo a la UE, se encuentra al final de la cola.
Para agravar el problema, la vecina Francia tuvo que paralizar la producción en la mitad de sus reactores nucleares debido principalmente a problemas de corrosión, incide en declaraciones a AFP Stéphane Genoud, profesor de gestión energética en la universidad suiza HES-SO.
Suiza trabaja para mejorar su sistema de producción y almacenamiento de energía, pero ni siquiera la gran apertura el próximo mes de una nueva y potente central hidroeléctrica de bombeo y almacenamiento evitará los problemas de este invierno.
‘Batería gigante’
La planta Nant De Drance se encuentra en una cueva a 600 metros bajo tierra y a una altitud de 1.700 metros, a solo unos pocos kilómetros del Mont Blanc, el pico más alto de Europa Occidental.
A diferencia de las centrales hidroeléctricas normales, que crean energía liberando el agua de presas a través de turbinas, los sistemas de bombeo y almacenamiento no se quedan sin energía cuando los embalses se vacían.
De hecho, la planta Nant De Drance, situada entre dos grandes presas a alturas distintas, funciona “como una batería gigante”, dijo Robert Gleitz, de la compañía energética suiza Alpiq, accionista clave de la instalación.
Durante los picos de demanda produce energía de forma tradicional, enviando agua desde el embalse superior de Vieux-Emosson hacia el embalse inferior de Emosson. Pero cuando la producción de energía solar y eólica es alta y la demanda es inferior, el agua del Emosson es bombeada hacia el embalse superior, almacenando el exceso de electricidad generada.
“Cuando hay demasiada electricidad en la red, almacenamos el agua en la presa superior”, dijo Gleitz a AFP durante una visita a sus instalaciones. De esta forma puede impulsar la producción durante los tiempos de alta demanda, como el invierno, y de paso reducir la necesidad de importar energía.
Apagones de varias horas
Gleitz advirtió que la planta ayudará a afrontar breves picos de consumo, pero poco puede hacer ante una escasez a largo plazo. La central “complementa una producción de electricidad renovable que sigue siendo muy baja”, dijo Nicolas Wüthrich, del grupo conservacionista Pro Natura.
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Esta organización, entre otras, lamentó desde hace tiempo la demora de Suiza para desmantelar sus viejos reactores nucleares y realizar la transición hacia las renovables. El país contaba solo con 37 turbinas eólicas en el 2020, mientras los expertos aseguraron que necesitaría 750 para alcanzar el objetivo gubernamental para el 2050 de producción de energía renovable.
La organización suiza a cargo de garantizar el acceso a la energía en tiempos de crisis advirtió a finales del 2021 que estaba “emergiendo un alto riesgo de escasez de electricidad”.
Y los eventos geopolíticos ocurridos desde entonces no hicieron más que aumentar esta posibilidad. Suiza advirtió ante la exageración del riesgo, pero ha reconocido que se está preparando para una posible escasez de energía.
El responsable de la comisión federal de electricidad, Werner Luginbuhl, alertó del riesgo de repetidos apagones de varias horas. En ese sentido, minoristas de todo el país reportaron una avalancha de consumidores interesados en paneles solares y generadores.