Caracas, (EFE).- Con el triunfo del izquierdista Gustavo Petro en las elecciones presidenciales de Colombia, el opositor de Venezuela Juan Guaidó -proclamado presidente interino en 2019- pierde otro de sus puntales y continúa la merma de apoyos, ya que, a partir del 7 de agosto, el todavía mandatario del país andino, Iván Duque, deberá ceder su silla al electo.
Guaidó se aferra, desde hace más de tres años, al interinato presidencial, gracias al apoyo de países como Estados Unidos, Argentina, Chile o Perú, que ha ido variando a medida que en dichas naciones se produjo un cambio de mandato. De estos, solo el Gobierno norteamericano mantiene su respaldo.
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Ahora es el turno de Colombia con Petro -elegido presidente el pasado 19 de junio-, quien prometió en campaña abrir nuevamente la frontera con Venezuela, cerrada al paso vehicular desde hace casi siete años, un tema que ya abordó durante una conversación telefónica con el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, nada más conocerse su victoria.
Oposición, no gobierno
Petro no se ha referido a una posible relación con la oposición venezolana, pero el politólogo y socio director de Log Consultancy, Pablo Andrés Quintero, señaló a Efe que habrá una reducción en el apoyo e incluso una posible ruptura de relaciones entre representantes de Guaidó que viven en Colombia y el presidente electo.
A su juicio, la oposición podría tener algún tipo de relación con Petro siempre y cuando cambie su estrategia y “entienda que (en) el juego de roles son oposición, no Gobierno (...), el Gobierno está en Miraflores (sede de la Presidencia venezolana)”.
A principios de enero, la denominada Plataforma Unitaria del antichavismo acordó respaldar una prórroga, hasta el 31 de diciembre de 2022, a la “presidencia encargada (interina)” del exdiputado Guaidó, a la que varias figuras de la oposición se opusieron, con los que perdió apoyo también desde dentro.
La defensa de esta figura entre sus filas y la estrategia del bloque se ha ido reduciendo y, en el plano internacional, Estados Unidos es el principal país que mantiene su respaldo a Guaidó, pero incluso este ha cambiado desde el triunfo de Joe Biden, al tener un acercamiento directo con Maduro.
“La geopolítica de la región está cambiando cada día más, igual que en Europa, entonces la oposición tiene que entender eso y lo más importante es no depender única y exclusivamente de las decisiones que emana(n) (de) una embajada”, apostilló Quintero.
Venezuela no es prioridad
El politólogo y coordinador de posgrado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), Fernando Spiritto, explicó a Efe que el giro a la izquierda en América Latina no es homogéneo y -aseguró- es llamativo que el apoyo que recibe Maduro de países como Irán sea, a su juicio, “más significativo” que el que tiene en la región.
Sin embargo, agregó que Venezuela, en este momento, no es una prioridad en el escenario internacional, por los cambios en la geopolítica y por la imposibilidad del cambio político en el país de manera inmediata.
“En los últimos años, la comunidad internacional, especialmente los países latinoamericanos, desgastaron mucho capital político en la crisis venezolana y no pasó nada, se reconoció al gobierno de Guaidó, no pasó nada, y creo que esa comunidad internacional decidió retirarse, al menos por el momento”, subrayó.
Spiritto sostuvo que al giro a la izquierda en la región, se le debe sumar la situación geopolítica de la invasión rusa a Ucrania y la “debilidad tremenda de la oposición” que no “tiene capacidad de negociación en este momento, porque “lo ha perdido todo, el capital político lo ha perdido”.
“La pérdida del capital político significa que el gobierno interino o la oposición en general ha dejado de ser un interlocutor confiable en Venezuela, en todos aquellos factores que lo apoyan”, dijo.
Problemas a futuro
Aunque Guaidó no ha tenido una conversación directa con Petro, sí le pidió a través de Twitter que mantenga la “protección” a los venezolanos que viven en el país andino.
Las autoridades migratorias colombianas entregaron un millón de documentos de regularización a migrantes procedentes de la nación caribeña desde que comenzó, hace un año, la puesta en marcha del Estatuto Especial de Protección Temporal, que pretende la regularización de casi dos millones de venezolanos en Colombia.
La situación de los exiliados puede ser, a juicio de Spiritto, un problema para la oposición, así como el destino de la administración de la petroquímica Monómeros que opera en Barranquilla y es manejada por el equipo del exdiputado desde 2019 cuando fue reconocido por Colombia y Estados Unidos como “presidente interino”.
Monómeros fue sometida el año pasado por el Ejecutivo a “máxima vigilancia” debido a su situación económica, jurídica y administrativa.
En mayo pasado, Petro criticó al Gobierno de Duque por haber “quebrado” a la petroquímica, aunque hasta el momento no ha señalado cuál será su futuro.