París. La perspectiva de una “victoria” de Ucrania frente a Rusia, inimaginable a principios del conflicto, resurge en el discurso occidental con el aumento de la ayuda militar de varios países de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) a Kiev, pero ¿qué forma podría tomar?
Entre un “statu quo” con el actual frente y el hipotético retorno de Crimea a Ucrania, la naturaleza de esta victoria de Kiev es objeto de muchas conjeturas por parte de los analistas occidentales.
LEA MÁS: Rusia redobla ataques y EE. UU. advierte que Moscú quiere ‘anexionar’ regiones del este de Ucrania
Situación congelada
El escenario minimalista pasa por mantener la actual línea de frente en el terreno, donde la situación parece congelada.
Cuando Rusia lanzó su ofensiva el 24 de febrero, afirmó que quería limpiar de “nazis” y “desmilitarizar” Ucrania, pero ha rebajado sus objetivos tras no lograr apoderarse de la región de Kiev.
El ejército ruso se concentra ahora en el este del país vecino, donde intenta “liberar” toda la región del Donbás, una zona controlada en parte por Moscú a través de separatistas prorrusos desde 2014.
En este contexto, la hipótesis de una “guerra de oposición que se cronificaría sin que haya una importante escalada” aparece como uno de los posibles escenarios, según Marie Dumoulin, del Centro Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR).
“Los ucranianos podrían considerar [este escenario] como una victoria por descarte”, que les permitiría salvar Kiev y un acceso al mar, indica a la AFP el excoronel francés Michel Goya.
Si el ejército ruso “propone un cese del fuego, Kiev podría considerarlo como una forma de victoria” y los rusos podrían por su parte “reivindicar una victoria, relativa, pero una victoria al fin y al cabo”, explica.
Aunque esto parece poco probable por ahora, Moscú podría hacer valer ante su población la independencia autoproclamada de los dos territorios del Donbás, así como la toma de varias ciudades claves en el mar de Azov.
“Aún no hemos llegado a ese punto”, relativiza Goya. “Los rusos continúan su ofensiva y los ucranianos, que consiguieron repelerlos de Kiev, pueden pensar que también pueden expulsarlos del Donbás. En ese caso, me parece difícil imaginar un acuerdo”.
Más allá de los rusos, esto no quiere decir que los ucranianos lo acepten, ya que les supone “perder una parte de su territorio”, asegura Michel Duclos, antiguo embajador francés y consejero del Instituto Montaigne.
“Después de tantas atrocidades y secuestros de civiles ucranianos, Kiev no tiene otra opción que luchar para reconquistar todo su territorio”, abunda Margarita Assenova, de la Fundación Jamestown en Washington.
Regreso al 24 de febrero
Este escenario respondería a una de las reiteradas solicitudes de Kiev: la retirada de las fuerzas rusas de los territorios tomados desde el 24 de febrero.
Los ucranianos “quieren restaurar su soberanía, expulsar a las tropas rusas” y ser capaces de evitar que esto pase de nuevo, declaró al diario Le Monde Derek Chollet, consejero del departamento de Estado norteamericano.
Para Duchos, “esto sería una forma de victoria”, pero se necesita “una progresión militar y que la diplomacia encuentre un medio para salvar la cara” del presidente ruso, Vladimir Putin.
Y la retirada rusa no tendría sentido si Moscú no da garantías de que se abstendrá de intervenir en la política exterior de Ucrania, según la Fundación Jamestown.
Respeto a los territorios del Donbás controlados por prorrusos desde 2014, Kiev “no puede” abandonarlos y Moscú “no puede levantarse de la mesa” sin ellos, estima el historiador estadounidense Edward Luttwak.
Pero Moscú podría “presentar como una victoria” consultas organizadas en estos territorios de Donetsk y Lugansk para determinar si continúan siendo ucranianos o se unen a Rusia, agrega.
Devolución de Crimea
En el escenario maximalista, que muchos observadores ven poco realista, Kiev y sus aliados occidentales buscarían que la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014, volviera a Ucrania.
Aunque no está excluido que Kiev “pueda retomar la soberanía” de Lugansk y Donetsk, “no habrá solución negociada a corto plazo sobre Crimea”, estimó recientemente John Herbs, exembajador de Estados Unidos en Ucrania.
La devolución de esta península “parece imposible”, ya que “cuestionaría el régimen de Putin, para quien ha sido un formidable factor de legitimidad en su propio país”, explica Duclos.
Goya lo considera también “difícil”, salvo un “hundimiento repentino” de los rusos, pero “la relación de fuerzas es demasiado equilibrada para imaginar de repente una espectacular victoria”.