Washington. Estados Unidos anunció el martes el envío de sistemas avanzados de misiles a Ucrania, pero falta responder cómo funcionan y si esta ayuda será la que determine un cambio de juego en la guerra entre Kiev y Moscú.
La nueva arma es el sistema Himars (High Mobility Artillery Rocket System) o MLRS, una unidad móvil que puede hacer lanzamientos múltiples de misiles de precisión guiados. Tanto Ucrania como Rusia ya operan sistemas MLRS, pero los Himars tienen un rango de alcance y de precisión superior.
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El sistema de cohetes permitirá a Ucrania “impactar más precisamente a sus objetivos clave en el campo de batalla”. Sin embargo, se planea limitar su alcance para evitar que se usen en blancos dentro de Rusia.
“No vamos a enviar a Ucrania sistemas de misiles que puedan impactar dentro de Rusia”, aseguró el presidente estadounidense, Joe Biden, el lunes.
¿Qué sistema proveerá Estados Unidos?
Se trata de una versión modernizada del sistema M142 Himars, montado en un ágil sistema sobre ruedas y más liviana que la versión sobre orugas del M270 MLRS desarrollado en los años 70.
El sistema Himars tiene un alcance promedio de 80 kilómetros con una batería precargada de seis misiles guiados de 227 milímetros (los M270 tienen dos), o bien una carga de misiles tácticos ATACMS, según oficiales estadounidenses.
Un pequeño grupo puede operar el Himars, cambiar una carga de misiles disparada y montar una nueva en minutos, sin ayuda de otros vehículos. El anuncio no detalló cuántos de estos sistemas serían entregados a Ucrania.
¿Por qué son tan valiosos?
Los MLRS le darán a Ucrania la capacidad de atacar objetivos rusos detrás de las líneas enemigas y desde posiciones más lejanas y mejor protegidas de las propias armas de largo alcance rusas.
Los misiles guiados por GPS que dispara el Himars tienen un alcance que casi duplica el de los obuses M777, recientemente entregados a Ucrania. Esos casi 80 kilómetros de alcance libran al Himars de la artillería enemiga, mientras que ponen a las baterías rusas en riesgo.
Este sistema también puede poner bajo amenaza los suministros rusos que sufren por deficiencias logísticas. Estados Unidos no proveerá los sistemas ATACMS, cuyo rango de alcance llega a los 300 kilómetros.
Algunos analistas indicaron que el Himars podría producir un “cambio de juego” en la guerra, en momentos en que Ucrania parece estar sufriendo bajo la feroz artillería rusa. Pero otros expertos creen que el Himars no significa un repentino giro en la guerra.
¿Por qué Washington limita su alcance?
Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania el pasado 24 de febrero, Estados Unidos es muy cuidadoso de no apoyar a Kiev con acciones que puedan provocar que Moscú lleve la guerra más allá de las fronteras ucranianas.
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Esto incluye no respaldar abiertamente ataques de Ucrania dentro de Rusia. Varias veces Kiev usó sus propios cohetes, drones y helicópteros para golpear objetivos de corto alcance cerca de las provincias de Kursk y Belgorod.
Si Estados Unidos proveyera los misiles ATACMS para usar en los Himars, teóricamente podrían dotarlos de la capacidad de atacar grandes centros urbanos rusos y bases militares.
Los “ucranianos han dado garantías de que no usarán estos sistemas contra el territorio ruso”, puntualizó un oficial estadounidense.