Kiev. “En el momento de la explosión, los niños estaban desayunando”, dice conmocionada Natalia Slessareva, de 54 años, empleada de la guardería Stanitsa Luganska, bombardeada el jueves en el este de Ucrania.
“La explosión tuvo lugar alrededor de las 9 a. m. Estaba en la lavandería. La onda expansiva me lanzó hacia la puerta. Ya no sentía el lado derecho de mi cabeza”, relata a la AFP. En la sala de deportes de la guardería, una pared está perforada por un proyectil. Los ladrillos que cayeron están ahora entre los juguetes de los niños.
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En el momento de la explosión, veinte niños estaban en el comedor, quienes iban a bajar al pabellón deportivo justo después. “Si la explosión se hubiera producido 15 minutos más tarde, las consecuencias podrían haber sido catastróficas”, añadió Slessareva.
En tiempos normales, 57 niños suelen asistir a esta escuela, pero esta vez, la mayoría se había quedado en casa por las restricciones sanitarias. Stanitsa Luganska, una pequeña ciudad en la línea del frente del este de Ucrania, fue golpeada por un bombardeo el jueves. Los líderes occidentales reaccionaron indignados mientras los separatistas denunciaron una manipulación de Kiev.
Según el Ejército ucraniano, 32 proyectiles cayeron sobre la ciudad. Tres empleados de la escuela resultaron heridos. Otro proyectil cayó sobre el parque infantil, donde se puede observar un cráter en forma de embudo entre dos toboganes.
‘No logro calmarme’
Avisada por el colegio, Natalia, de 38 años, corrió a recoger a su hijo de dos años. “Nos precipitamos en el coche con mi marido para recoger al niño”, dijo, sin dar su apellido. “Tenía mucho miedo, no hay ningún refugio antibombas en esta guardería, solo paredes gruesas. Se puede ver que fueron dañadas. No logro calmarme”, añadió.
Una parte de las tiendas de la ciudad permanecían cerradas tras los bombardeos por falta de electricidad. Algunos habitantes cubrieron sus ventanas con bolsas de plástico ya que muchas fueron reventadas por las explosiones.
“Estaba tranquilo antes de Año Nuevo, pero ahora han empezado a disparar con más fuerza”, comentó un hombre que recogió fragmentos de vidrio en su balcón del segundo piso de un pequeño edificio. Desde el 2014, el este de Ucrania está inmerso en una guerra entre fuerzas ucranianas y combatientes separatistas, apoyados militarmente por Moscú, según Kiev y los países occidentales.
A pesar de numerosos intentos de alto el fuego, algunos de los cuales fueron relativamente respetados, los combates nunca cesaron del todo y causaron más de 14.000 muertos. Desde noviembre, Moscú tiene concentrados a más de 100.000 soldados cerca de la frontera ucraniana, lo que hace temer una operación militar contra Kiev y una reanudación a gran escala de los combates en la zona.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenksi, denunció que los bombardeos eran una “provocación” y el primer ministro británico Boris Johnson acusó a Moscú de querer “desacreditar” a Kiev para justificar una invasión. Los separatistas de Luhansk, por su parte, acusaron a Kiev de haber aumentado el número de bombardeos con armas pesadas para “empujar el conflicto hacia una escalada”.
Boris Johnson acusa a Rusia de intentar ‘desacreditar’ a Ucrania
Por su parte, el primer ministro británico, Boris Johnson, acusó a Rusia de querer “desacreditar” a Kiev para justificar una invasión, después del bombardeo, escenario de un conflicto con separatistas prorrusos.
“Una escuela infantil fue bombardeada en una operación concebida para desacreditar a los ucranianos, concebida como un pretexto, una provocación falaciosa que justifique una acción rusa”, afirmó Johnson durante una visita a una base militar en Inglaterra.
Enfrentados desde hace ocho años en el este del país, el ejército ucraniano y los separatistas prorrusos se acusan mutuamente de bombardeos en esa zona. Anteriormente, la ministra británica de Relaciones Exteriores, Liz Truss, de viaje el jueves a Kiev, ya había acusado a Rusia de “fabricar pretextos para una invasión de Ucrania”.
La canciller dijo también estar “muy preocupada por las informaciones de hoy (jueves) que muestran un refuerzo de la agresión rusa: más de 7.000 tropas adicionales en la frontera y un ataque a una escuela infantil”.
En un comunicado publicado en Facebook, el ejército ucraniano acusó a los combatientes separatistas de atacar “con especial cinismo” la localidad de Stanitsa Luganska, incluida una escuela de pequeña infancia.
Por su parte, las autoridades de la región separatista de Lugansk, citadas por la agencia de noticias rusa Interfax, anunciaron que “la situación en el frente se ha deteriorado en las últimas 24 horas”.
Rusia, expresó su “profunda preocupación” y afrimó desde el martes que está retirando parcialmente sus tropas de la frontera ucraniana, pero los países occidentales han desmentido estas afirmaciones al unísono.
EE. UU. alerta sobre más provocaciones rusas
Asimismo, el secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, advirtió que Rusia podría utilizar pretextos para una invasión a Ucrania, a raíz de “preocupantes” reportes sobre bombardeos en regiones controladas por separatistas prorrusos en el este del país.
“Hemos visto las informaciones sobre los bombarderos, y es algo realmente preocupante. Hemos dicho ya que los rusos podrían hacer algo como esto para justificar un conflicto militar”, dijo Austin a periodistas después de una reunión en Bruselas con los ministros de defensa de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
El funcionario estadounidense afirmó que Rusia siguió aumentando su contingente y capacidad militar junto a las fronteras de Ucrania, aunque el gobierno en Moscú insistió en que se inició la retirada de esas tropas.
Austin aseguró que el número de soldados rusos ya se aproximaba a 150.000, y aseguró que “vemos que algunas de esas tropas se acercan poco a poco a esa frontera”. Los aliados de la OTAN, afirmó Austin, detectaron a fuerzas rusas “volar en más aviones de combate y de apoyo. Los vemos agudizar su preparación en el Mar Negro. Incluso los vemos abastecerse de sangre”.
Fuerzas ucranianas y separatistas prorrusos en la región oriental de Lugansk intercambiaron en la jornada acusaciones de una escalada en los combates. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó que la alianza miliar estaba “preocupada” con la posibilidad de que Rusia busque un pretexto para invadir Ucrania. “Todavía no hay claridad ni certeza sobre las intenciones rusas, no sabemos qué pasará”, añadió.
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