Ana Quirós se encontraba con unos 200 manifestantes a la orilla de la carretera, frente al centro comercial Camino de Oriente, en Managua, cuando los vio llegar.
Era una turba de motorizados, quienes de inmediato se abalanzaron sobre el grupo.
"Es importante aclararle a la gente en Costa Rica que cuando decimos que la gente es atacada, es atacada por dos tipos de grupos. Uno es la Policía, con toda su fuerza de antimotines y los efectivos policiales. Y dos, por fuerzas paramilitares del gobierno, que arma a ciudadanos, que no merecen llamarse ciudadanos, pero arma a gente que movilizan en motocicletas con palos, con tubos, con cadenas, incluso con armas. Debo decir que quienes me atacaron a mí personalmente, fueron estos, que aquí se les llaman los motorizados", explicó Quirós a La Nación vía telefónica.
Ella tiene doble nacionalidad: es nicaragüense y también costarricense. Vive en ese país, donde es directora del Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (Cisas).
"Llegaron aquí donde estábamos manifestándonos un grupo, pacíficamente, a quitarnos las mantas, a atacarnos, a robarnos, y a golpearnos con tubos, con cadenas", relató Quirós.
"En mi caso particular, yo me acerqué para proteger a una persona que la estaban pateando en la calle, en el piso, y en ese momento fui identificada por ser activista, por ser defensora de derechos humanos, y la emprendieron contra mí a tubazos. Recibí golpes en la cabeza y en la espalda. En la cabeza tengo dos heridas, y en la mano me quebraron dos dedos. Tendré que someterme a cirugía para reconstruir los huesos", continuó la manifestante.
La foto de Quirós circuló a partir del miércoles, día que ocurrieron los hechos, como parte de las imágenes que ilustran la represión que experimentan quienes protestan contra las reformas al seguro social que planea implementar el gobierno.
"Aún estando golpeada, estando sangrante, nos seguían tirando piedras, mientras unos muchachos trataban de darme los primeros auxilios. Tuvimos que refugiarnos en un comercio, y estuvimos sitiadas ahí más de una hora, antes de poder salir para recibir atención médica", recordó Quirós, quien ahora se encuentra recuperándose en su casa.
A pesar de la violencia que sufrió, ella dice estar orgullosa de la respuesta de sus compatriotas, quienes, desde distintas comunidades del país, se suman paulatinamente a las protestas.
Quirós destaca que en el movimiento participan personas jóvenes y de regiones que no se organizaban para exigir cambios desde hacía muchos años.
"Empezaron a reaccionar en lugares que el Frente y el gobierno consideraron su patio trasero, que son las universidades públicas”, señaló Quirós.
La activista asegura que el temor latente entre sus vecinos, es que en algún momento se envíe el ejército a las calles.
"Es un temor, porque sabemos cómo actúa el ejército. El ejército es un órgano represivo, desafortunadamente. Si bien en algún momento fue en defensa del pueblo, hoy no podemos tener ninguna confianza en la actuación del ejército, como tenemos la certeza, en el caso de la policía, que actúa en contra de la población. La Policía, en el momento en que me atacaron a mí, ahí estaba. Estaba en frente de nosotras, sin embargo no hizo nada por protegernos, si no que protegía a los atacantes”, contó Quirós.