Buenos Aires. Miles de personas, la mayoría jóvenes mujeres, se manifestaron este lunes en la capital argentina para decirle basta a la violencia machista, en la tercera marcha bajo la consigna "Ni Una Menos", que este año alzó su voz para pedir también la legalización del aborto.
Una multitud desafió la lluvia para manifestarse hasta la sede del Congreso Nacional, donde el 13 de junio se debatirá por primera vez una ley para despenalizar el aborto en Argentina.
Organizaciones feministas, estudiantiles y políticas confluyeron en ruidosas columnas bajo la consigna "sin aborto legal ya no hay Ni Una Menos".
La marcha se realiza a tres años de la primera manifestación callejera del movimiento lanzado como reacción al femicidio de Chiara Paéz, una adolescente de 14 años, embarazada y asesinada a golpes por su novio en 2015 en la provincia de Santa Fe.
Argentina, con 42 millones de habitantes, registró 292 femicidios en 2017, dos más que en 2016 pese a una movilización creciente.
En esta ocasión el reclamo por el aborto tiñó la convocatoria pese a los pedidos en contrario de la familia de Chiara y la de otro caso emblemático: el de Ángeles Rawson, una adolescente de 16 años asesinada y arrojada a un contenedor de basura tras resistirse a una violación.
El debate sobre el aborto divide aguas en la sociedad argentina, espejo de las posiciones en el Congreso donde las voluntades en favor y en contra están prácticamente igualadas.
La marcha de este lunes sucede a otra de gran convocatoria realizada el domingo en la que también se agitaron pañuelos verdes, símbolo de las feministas que reclaman una ley de aborto seguro y gratuito.
Se estima que en Argentina se realizan unos 450.000 abortos clandestinos, por los cuales un centenar de mujeres mueren cada año.
En las esquinas, grupos de jóvenes con sus rostros pintados alzaron carteles con consignas feministas.
Sobresalieron las columnas de estudiantes secundarios y universitarios.
"Somos los estudiantes que con nuestra formación vamos a dirigir al país en el futuro" afirma a la AFP Laura Hernández Arregui, de 17 años y presidenta del Centro de Estudiantes del Instituto Libre de Segunda Enseñanza (ILSE), un colegio univesitario tradicional de Buenos Aires.
Megáfono en mano y pañuelo verde al cuello, Laura encabeza una nutrida columna.
"La convocatoria es enorme, hay una gran toma de conciencia porque nos damos cuenta de lo importantes que somos y que sin compromiso no hay cambio posible", dice mientras camina sin pausa.
Más allá, arrodilladas en la calle, dos jóvenes dan los últimos toques a su bandera con la leyenda "Vivas nos queremos y libres también!".
Las dos piensan que hubo cambios en la sociedad argentina desde que se inició el movimiento tres años atrás.
"Y vamos por más, por la equidad de género y por el aborto legal seguro y gratuito para que no haya ni una menos de verdad", dice Mailén Martínez, de 21 años.
Su amiga, Sabrina Muñoz (23 años) asiente entusiasmada.
"Que desde la escuela hasta el almacén se hable del aborto ya es un cambio increíble porque hasta hace un tiempo aborto era una palabra prohibida”, afirma.
Entre la multitud muchas mujeres marchan con sus hijos, como Alejandra Esteban, de 40 años que trajo a su pequeño de 8 años para que participe “por primera vez”.
"Estamos acá para expresarnos contra la violencia machista. Como mamá me parece importante que él vea cuánta gente piensa lo mismo”, dijo Alejandra.
Sin embargo cree que en tres años “la situación de violencia no ha cambiado nada”.
"Es muy triste, nos siguen matando. Pero no hay que bajar los brazos, hay que seguir acá luchando, gritando y comprometiéndonos", afirma.