Mariúpol. Rusia, a punto de apoderarse de la ciudad de Mariúpol tras semanas de bombardeos, mantuvo el miércoles su presión militar sobre el este de Ucrania, que recibió un espaldarazo de la Unión Europea (UE), decidida a hacer “todo lo posible” para que la exrepública soviética “gane la guerra” contra Moscú.
Rusia emplazó a los últimos soldados ucranianos en la ciudad portuaria de Mariúpol, atrincherados en el enorme complejo industrial de Azovstal, a deponer las armas antes de las 2 p. m. de Moscú.
LEA MÁS: Los ancianos, los grandes olvidados de la guerra en Ucrania
“Vivimos tal vez nuestros últimos días o nuestras últimas horas (...). El enemigo nos supera por diez a uno”, dijo el comandante ucraniano Serguiy Volyna, de la Brigada Marina número 36, desde los pasillos subterráneos de esa gran fábrica metalúrgica.
Además de los soldados y milicianos, hay al menos 1.000 civiles en el subsuelo del complejo industrial, indicó la autoridad municipal de Mariúpol, que estima en más de 20.000 el número de civiles muertos en la ciudad desde el inicio del asedio.
La viceprimera ministra ucraniana, Irina Vereshchuk, indicó que la evacuación de civiles prevista por un acuerdo “preliminar” con Rusia “no funcionó” y acusó a las tropas rusas de haber violado el alto el fuego y bloqueado a los vehículos.
El acuerdo, anunciado por la mañana, preveía evacuar a “mujeres, niños y ancianos” a través de un corredor hacia Zaporiyia, a 200 kilómetros al noroeste. La conquista de Mariúpol, sobre el mar de Azov, permitiría a Rusia establecer un corredor desde los territorios prorrusos del Donbás (este) hasta la península de Crimea, anexionada por Moscú en el 2014.
UE a los ucranianos: ‘No están solos’
“Ustedes no están solos. Estamos junto a ustedes y haremos todo lo posible para apoyar sus esfuerzos y hacer que Ucrania gane la guerra”, declaró en Kiev el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel en una rueda de prensa junto al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
“En Kiev hoy. En el corazón de una Europa libre y democrática”, escribió Michel en Twitter. “La Historia no olvidará los crímenes de guerra” cometidos por las tropas rusas, dijo anteriormente en Borodianka, una de las ciudades arrasadas cerca de la capital.
La llegada de Michel coincide con una intensificación de la ofensiva rusa en el sur y el este de Ucrania, que resiste a la invasión desde hace casi dos meses. El Departamento de Defensa de Estados Unidos indicó que Ucrania recibió de sus aliados piezas para sus aviones, pero no aviones de guerra completos, como lo había informado anteriormente.
Noruega anunció el envío de un centenar de misiles antiaéreos, en tanto que Washington prepara otro paquete de ayuda militar de $800 millones, menos de una semana después de anunciar otro por el mismo monto.
El Ejército ruso reveló por su lado que procedió con éxito al primer ensayo del misil balístico intercontinental Sarmat, un arma de nueva generación, que según el presidente ruso, Vladimir Putin, “hará reflexionar dos veces a quienes amenazan a nuestro país con una retórica desenfrenada y agresiva”.
LEA MÁS: Zelenski anuncia el inicio de la ofensiva rusa en el este de Ucrania
El Pentágono consideró en cambio que se trató de un ensayo de “rutina” y que no veía en él ninguna “amenaza”. El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, envió el martes cartas a Putin y Zelenski, pidiéndoles reunirse con ellos para “hablar de medidas urgentes para pacificar Ucrania”, indicó su portavoz.
Combates en Donbás y Járkov
Más allá de Mariúpol, los combates se recrudecen por todo el este. Tras una serie de ataques reivindicados por Moscú el martes, el Ministerio de Defensa ucraniano informó el miércoles de “intentos de asalto” en Sulygivka y Dibrivne y en la región de Járkov (noreste), así como en las importantes ciudades de Rubizhne y Severodonetsk, en la región de Lugansk (este).
El gobernador de esta última región, Serguéi Gaidai, llamó nuevamente a los civiles a huir. “La situación se complica hora a hora”, advirtió. Los bombardeos se intensificaron también en el sur, constataron reporteros de AFP. Las localidades de Mala, Tokmak y Orejov, a 70 kilómetros al sureste de Zaporiyia, sufrieron este recrudecimiento de la ofensiva.
Hace una semana, la guerra parecía lejana, pero “ahora, cuando llega esto del lado ruso, las casas tiemblan y es cada vez más frecuente”, dijo Vitali Dovnbia, un residente que ya tenía la maleta lista en el maletero de su coche.
Artur Kharlamov, llegado a Orejov tras huir el martes de Melitópol, bajo control ruso, aseguró que en el camino había tropas de ambos bandos preparando trincheras.
LEA MÁS: Al menos cinco millones de ucranianos huyeron de su país por la guerra
Finlandia debate entrar a la OTAN
La escalada llevó a países europeos que no integraban la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN) a plantearse su ingreso en la alianza transatlántica, a pesar de los mensajes disuasivos y amenazantes de Moscú. El parlamento finlandés empezó a debatir su adhesión, un paso que también contempla la históricamente reticente Suecia.
El conflicto está teniendo amplias repercusiones en la economía mundial, con una inflación de los precios del combustible y los alimentos entre otros.